Rusia ataca la sede del gobierno ucraniano en su ofensiva más grande

Rusia lanzó este domingo su mayor ofensiva aérea desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, con más de 800 drones y 13 misiles dirigidos contra distintas ciudades de Ucrania. El ataque dejó al menos cinco fallecidos y decenas de heridos, además de provocar un incendio en la sede del gobierno ucraniano en Kiev, un hecho sin precedentes en tres años y medio de conflicto.

El bombardeo impactó en el edificio donde se reúne el consejo de ministros, ubicado en el corazón de la capital. Según constató la agencia AFP, llamas y humo cubrieron parte del techo mientras helicópteros lanzaban agua para controlar el fuego. La policía acordonó la zona mientras los equipos de emergencia trabajaban en el lugar.

“Por primera vez, el techo y los pisos superiores resultaron dañados debido a un ataque enemigo”, declaró la primera ministra, Yulia Sviridenko, a través de Telegram. “Restauraremos los edificios. Pero no podemos recuperar las vidas perdidas. El enemigo aterroriza y mata a nuestra gente todos los días en todo el país”, agregó.

Reacciones internacionales al bombardeo de Rusia

El presidente Volodímir Zelenski aseguró que la ofensiva solo prolonga la guerra y denunció que Moscú “prefiere la matanza” a la diplomacia. Señaló además que conversó con su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien ofreció apoyo adicional para reforzar la defensa aérea de Ucrania.

Macron condenó el ataque en la red social X, afirmando que Rusia “se encierra cada vez más en la lógica de la guerra y el terror”. En esa misma línea, el primer ministro británico, Keir Starmer, calificó las acciones de Moscú como una burla a la diplomacia, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, las describió como “cobardes ataques” que demuestran la falta de compromiso de Vladimir Putin con la paz.

Europa mantiene la intención de enviar tropas a Ucrania en caso de alcanzarse un acuerdo de paz con Rusia, con el fin de garantizar su cumplimiento. Sin embargo, el Kremlin ya ha catalogado esas condiciones como “inaceptables”.

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Víctimas civiles y daños en varias ciudades

Los bombardeos en Kiev provocaron la muerte de una mujer y su bebé de apenas dos meses en un edificio residencial de nueve plantas en el oeste de la capital, de acuerdo con las autoridades fiscales locales. Más de veinte personas resultaron heridas, entre ellas una mujer embarazada que sufrió un parto prematuro y se encuentra en estado crítico junto a su hijo.

El saldo mortal se extendió a otras regiones. En Zaporiyia, al sur, una mujer falleció el domingo por la mañana; en Sumi, una persona murió el sábado tras otro ataque, y en Dnipropetrovsk se confirmó una quinta víctima.

La fuerza aérea ucraniana reportó que este operativo fue el más intenso desde el inicio del conflicto, destacando la magnitud del despliegue ruso. Según datos oficiales, las tropas de Moscú mantienen ocupada alrededor del 20% del territorio ucraniano.

Un conflicto prolongado y de alto costo humano

En más de tres años de combates, decenas de miles de personas han muerto, convirtiendo esta guerra en el enfrentamiento más sangriento que ha visto Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Para Ucrania, la reconstrucción material parece posible con el respaldo internacional, pero la pérdida de vidas humanas sigue siendo el costo más doloroso de la ofensiva.

El nuevo ataque refuerza la percepción de que Moscú no está dispuesta a frenar su estrategia militar y, por el contrario, intensifica los golpes contra objetivos clave, como en esta ocasión la sede del propio gobierno en Kiev. Mientras tanto, Ucrania continúa apelando al apoyo diplomático y militar de sus aliados occidentales para resistir una guerra que, lejos de concluir, se encuentra en una peligrosa fase de escalada.