Un grupo de manifestantes, la mayoría encapuchados, destruyó este sábado al menos dos autobuses en la urbe venezolana de Ureña, fronteriza con Colombia, y uno fue incendiado, en medio de los disturbios por el cierre de los puentes que comunican ambas naciones ordenado por Nicolás Maduro.
Los manifestantes usaron piedras y palos para romper los vidrios de estos vehículos rojos, que son un signo propagandístico del chavismo gobernante en Venezuela.
Las unidades de transporte estaban dentro de una escuela a la que ingresaron varios de los encapuchados, luego de correr de allí a un centenar de chavistas que estaban pernoctando en el sitio.