La cifra de muertos en la explosión durante el robo de gasolina en un oleoducto en Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo, aumentó de 73 a 79 personas con el fallecimiento de seis personas en el hospital.
“Se han agregado a los 73 contabilizados, seis más, y podemos señalar que 79 mexicanos han fallecido a consecuencia de esta explosión”, afirmó en rueda de prensa el ministro de Salud, Jorge Alcocer.
Detalló que de las 81 personas que fueron hospitalizadas tras la explosión el viernes en la tarde, 66 continúan en centros médicos, 12 fallecieron, dos fueron dados de alta y una persona decidió tomar el alta voluntaria.
El recientemente nombrado fiscal general de México, Alejandro Gertz, señaló que de momento no se conocen las causas de la explosión.
“La fuerza de la explosión fue de tal naturaleza que prácticamente lo único que quedaron fueron los terrenos, que son parte de los trabajos de investigación junto con las declaraciones de los testimonios”, remarcó.
Pese a la reciente tipificación del robo de combustible como delito grave, explicó que no se busca “victimizar” a toda la población, pero sí hallar a los culpables.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confió en que este plan contra el robo de hidrocarburos acabe con la corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex) y fortalezca la empresa.
“Las instituciones estaban secuestradas por bandoleros, por una pandilla de rufianes, de corruptos”, apuntó al hablar de otras administraciones.
Dijo que los Gobiernos anteriores vivían “en las alturas”, y rechazó así la posibilidad de trasladarse en helicópteros o aviones privados, aunque acontezcan tragedias.
Las imágenes muestran a varios forenses examinando los cuerpos carbonizados de quienes murieron producto del incendio provocado por el robo de combustible en México.
Reiteró que seguirá con el combate frontal a la corrupción: “Aunque me llamen mesiánico, hay que purificar la vida pública del país”.
Defendió la labor del Ejército en esta tragedia. “Actuaron muy bien”, agregó, y recordó que no se puede reprimir a la ciudadanía.
La tensa espera para identificar a las víctimas de la explosión de México
Con el semblante roto por las largas horas de incertidumbre, los familiares de las víctimas de la explosión producida durante el intento de robo masivo de gasolina el pasado viernes deambulan por los hospitales y funerarias del estado mexicano de Hidalgo en busca de cuerpos calcinados.
Familias enteras recorren los hospitales con la esperanza de que sus allegados estén heridos, mientras que otros con menos confianza se amontonan en el exterior de las funerarias con el temor de que sus familiares sean uno de los 79 muertos contabilizados oficialmente hasta ahora.
Se teme que el número de fallecidos sea aun mayor, no solo porque varios heridos presentan quemaduras de gravedad, sino por la cantidad de desaparecidos de entre los centenares de personas que se agolparon el viernes en el conducto de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex) para extraer ilegalmente la gasolina de una toma clandestina.
Los nervios de los familiares son cada vez más visibles mientras unos y otros gritan nombres y aportan descripciones vagas como “hombre” o “mujer”, o aluden a prendas y complementos como “reloj” o “anillo” que ayuden a identificar a los muertos o heridos.