Los doce niños y el tutor rescatados de una cueva de Tailandia han perdido de media dos kilos de peso durante los quince días que permanecieron enclaustrados en la gruta, pero su vida no corre peligro, dijeron hoy fuentes médicas.
Algunos de los menores sufren cuadros leves de neumonía, pero ninguno de ellos registra problemas graves de salud, apuntó en rueda de prensa uno de los facultativos encargados de evaluar el estado de salud del grupo, ingresado en el hospital provincial de Chiang Rai.
Las operaciones de salvamento se completaron este martes con el rescate de cuatro niños y un adulto, lo que estuvo precedido por la liberación de cuatro menores el lunes y otros cuatro durante la misión del martes.
Para la arriesgada misión, los buzos colocaron a los escolares una máscara especial que cubre toda la cara y permite respirar de una manera más natural, así como comunicarse con los rescatadores.
Los últimos cinco rescatados llegaron la noche del martes al centro médico con síntomas de hipotermia por las duras condiciones que han sufrido al pasar 17 días dentro de la cueva y por la fría temperatura de las aguas que tuvieron que atravesar con la ayuda de dos buzos para alcanzar el exterior.
Medios internacionales destacan la fuerza de los menores y su entrenador por mantener el ánimo y espíritu de supervivencia tras permanecer más de dos semanas atrapados en la cueva. Y las historias de lo que ocurrió en las tareas de rescate empiezan a surgir, una de las primeras es la de Adul.
Adul Sam-on tiene 14 años y es miembro del equipo de fútbol infantil Mu Pa (Jabalíes Salvajes) que quedó atrapado en la cueva. Su dura historia de vida le dio una habilidad que tuvo gran utilidad para que él, su entrenador y sus compañeros salieran con vida, describe una publicación de Infobae.
Los padres de Adul lo llevaron a Tailandia cuando apenas tenía seis años. Ellos vivían en una zona de Birmania donde dominaban la guerrilla, el cultivo de opio y el tráfico de metanfetamina. En el país asiático pidieron ayuda en una iglesia para que le dieran la educación que ellos no pudieron tener.
El adolescente, en las mismas situaciones que sus demás compañeros, hambrientos y agotados, tuvo un papel determinante en el rescate: fue el intérprete de los buzos británicos. Por su historia de vida, el descendiente de la etnia Wa, emigrado sin nacionalidad, habla con fluidez inglés, tailandés, birmano y mandarín, descubrió The New York Times.
“El martes, en la ciudad fronteriza de Mae Sai, donde Adul ha sido educado por profesores cristianos, por fin hubo una razón para celebrar”, escribió la autora de la crónica Hannah Beech.
Sus profesores en el colegio Ban Pa Moea alaban sus dotes lingüísticas, sobre todo en inglés. Él era el único capaz de conversar con los buzos británicos que los encontraron un lunes por la noche, relatan medios locales.
Mae Sai está cerca del llamado Triángulo Dorado, la triple frontera donde convergen Tailandia, Myanmar y Laos. “Un centro de contrabando y un santuario para miembros de varias milicias étnicas que han pasado décadas impulsando la autonomía del gobierno de Myanmar que los reprime rutinariamente”, describió el periódico de Nueva York.
Según detalla la publicación de Infobae, Adul es el mejor alumno de su clase en la escuela en Mae Sai. Por su desempeño y su habilidad obtuvo enseñanza gratuita y almuerzo diario.
Para el rescate, el grupo tuvo que aprender a bucear en cuestión de días, una tarea difícil si se tiene en cuenta que muchos no sabían nadar.
Nuevo video de niños hallados en cueva de Tailandia
Se dio a conocer un nuevo video de los 12 niños y su entrenador de fútbol encontrados al cabo de nueve días en una cueva de Tailandia. Se los ve delgados pero "en buena salud", mientras persisten dudas acerca de la fecha de evacuación.
Dos buzos, uno delante y otro detrás, ha acompañado a cada uno de ellos por un laberinto de galerías parcialmente inundadas, con desniveles y visibilidad nula.
La dificultad de la operación quedó patente con la muerte el jueves pasado de un voluntario, antiguo miembro de los grupos de élite de la Marina, al quedarse sin aire durante una inmersión.
El portavoz oficial de los operativos, Narongsak Ossottanakorn, declaró que espera que este incidente sirva de ejemplo a los niños para que se conciencien sobre la importancia de la seguridad.