¿Vacaciones o agotamiento? Aprende a planear un descanso que te de energía

Vacaciones, ese anhelado momento para "desconectar", descansar y recuperar energía. Sin embargo, para muchas personas la experiencia resulta todo lo contrario: regresan más cansadas, agobiadas o incluso con la sensación de haber desperdiciado el tiempo libre.

Este fenómeno es más común de lo que parece. María Méndez, experta en logística de viajes de negocios y presidenta de la organización Vacation is a Human Right (VIAHR), lo escucha a menudo: "Personas que terminan sus vacaciones exhaustas, atrapadas en una especie de maratón turística, sin haber tenido un verdadero momento de pausa".

¿El problema? Según Méndez, radica en una mezcla de mala planificación y en cómo la cultura de la hiperproductividad ha contaminado incluso nuestro tiempo libre.

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"Queremos exprimir cada minuto, hacer más, ver más, no perdernos nada. Pero olvidamos que el objetivo de descansar es, justamente, bajar el ritmo", explicó.

Las trampas más comunes del "descanso"

Un error muy frecuente es trasladar el ritmo laboral al contexto vacacional.

Aunque cambiamos de escenario, seguimos conectados al celular, revisando correos, resolviendo pendientes mentales. El descanso no ocurre por arte de magia: necesita intención.

Además, el bombardeo digital y las redes sociales han creado una presión silenciosa por tener "vacaciones instagrameables". El resultado son viajes centrados en la foto perfecta, no en el bienestar real.

La idea central es simple pero poderosa: recordar por qué estamos tomando vacaciones. No es solo por cambiar de escenario, sino para descansar y reconectar. "No es el destino… es cómo vives el viaje", dijo Méndez.

En tiempos donde el descanso parece un lujo, VIAHR insiste en que las pausas deben verse como una necesidad vital, no como un premio. Y como todo lo importante, requieren atención, intención y un poco de planificación consciente.

Vacaciones que sí recargan: cómo planificarlas mejor

Para evitar que el descanso se convierta en una fuente más de estrés, María Méndez ofrece cinco claves prácticas para que las vacaciones cumplan realmente su función reparadora:

Prioriza el bienestar, no la foto: las mejores vacaciones no son las que generan más "likes", sino las que dejan huellas positivas en tu cuerpo y mente. Apagar notificaciones, usar dispositivos distintos para temas laborales y personales, o incluso dejar el celular en casa en ciertas salidas, puede marcar la diferencia.

Busca equilibrio entre descanso y actividad: no se trata de dormir todo el día ni de llenar la agenda. El punto medio es lo ideal, mezclar momentos de calma con actividades que nos den placer, sin presión ni sobrecarga.

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Naturaleza y novedad: explorar nuevos lugares —especialmente si hay playa, bosque o montaña— mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. El contacto con la naturaleza y el cambio de entorno físico estimulan la creatividad y la calma.

Planifica con anticipación: organizar las vacaciones no solo reduce imprevistos, sino que también genera bienestar previo. Un estudio del Institute for Applied Positive Research reveló que el 97 % de las personas siente felicidad al planear un viaje, y el 74 % encuentra en esa anticipación una forma de relajarse.

Escucha a tu cuerpo: dormir cuando lo necesitas. Comer lo que tu cuerpo te pide. Caminar si te apetece. El cuerpo suele saber lo que necesita mucho antes que la mente. Y también sabe cuándo parar.

(Artículo elaborado con asistencia de IA)