El Salvador vuelve a ser noticia en el mundo

La imposición de la reelección presidencial indefinida en El Salvador, el camino inminente a una dictadura, ha vuelto a ser nota de interés de los principales periódicos internacionales, lo cual garantiza el registro histórico y jurídico de la atrocidad para sus efectos a futuro.

Esta es, además, una prueba de que hay preocupación en el mundo sobre el autoritarismo imperante en el país y no todos se tragan eso de que, “como no hay ataques pandilleros, El Salvador está mejor”, como dicen muchos en la “diáspora” —precisamente porque no viven aquí ni se vendrían—, a pesar de que imperan las violaciones a los derechos humanos, la captura y abusos contra inocentes —ocho mil reconocidos oficialmente y el drama de los venezolanos en el Cecot—, la corrupción y una economía que solo favorece a los que están en el poder.

La comunidad internacional muestra cautela ante estos hechos y, aunque la administración Trump ha dado cierto respaldo al gobierno salvadoreño, no se pronunció solemnemente, sino a través de un “portavoz” al que no identifican, como guardando distancia desde ya por futuros efectos.

Es que la imposición de la reelección presidencial indefinida, la supresión de las segundas vueltas, la unificación de los comicios presidenciales, legislativos y municipales son parte de una jugada para consolidar al actual régimen, pues jugar limpio y democráticamente le significa el riesgo de perder y que se destape la olla de tropelías.

Por eso han seguido un proceso para parir leyes a conveniencia, desmontar las instituciones y colocar a figurones incondicionales, desde la Asamblea, las cortes, ministerio público y demás organismos de fiscalización, que de igual manera temen rendir cuentas en un futuro.

Para todo esto los mismos que juraron “cumplir y hacer cumplir la Constitución” se han dado a la tarea de reformarla de la manera más sucia, primero quitándole los candados o “normas pétreas” impunemente y luego sobre los artículos que prohibían la reelección presidencial continua.

Sin embargo, los constituyentes de 1983 le colocaron más candados para impedir la entronización de dictaduras, como el que obliga a la alternancia en el poder, por cual esta reforma está viciada al contradecirlo.

Muchos, dentro y fuera del país, vergonzosamente dirán “y qué importa, si el país está bien?” o “no importa que violen la Constitución y las leyes” pero no dirían lo mismo si ellos o sus familias hubieran sido víctimas de violaciones a sus derechos, saqueos a sus ahorros de pensiones o la apropiación indebida de sus bienes o ya no haya dinero para pagar salarios porque todo se fue a un “hoyo negro”.

El gobierno alega que tiene todas las facultades para hacer reformas, pero no para saltarse o prostituir las leyes. No fue para esto que hubo una guerra de 12 años, miles de muertos y se firmaron acuerdos de paz para construir un mejor país.

Así como han acaparado el poder tendrán que responder por todo lo que pase

Sin embargo, centralizando el poder en la presidencia, todo lo que pase es su responsabilidad, de "lo bueno lo malo y lo feo", lo que se extiende a los actos, delitos, amenazas y muertes que las fuerzas bajo su mando perpetren, tanto fuera de los presidios y puestos de policía como dentro de las cárceles, incluyendo las torturas que vienen siendo denunciadas desde que fue montada la red de gulags en el país y lo que  involucra al carcelero mayor, denunciado en la lista Engel como corrupto. 

También deberán responder por la vida y el trato hacia Ruth López, nombrada internacionalmente como una de las cien mujeres más influyentes del mundo, al igual que lo que pueda sucederle al abogado constitucionalista Enrique Anaya, columnista de este Diario, así como a las personas inocentes capturadas, muchas de las cuales han muerto en los penales, como el transportista Roberto Jaco o el joven detenido por supuesto contrabando de cosméticos.

Al otorgarse a sí mismo la plena autoridad, el desabastecimiento de medicamentos en los hospitales, los despidos masivos de médicos y personal especializado, la carencia de alimentos, todo ello recae en la cúspide del aparato estatal e indirectamente en los funcionarios que son nombrados y obedecen las órdenes que emanan de Capres, no hay otra salida, ninguna excusa...