“Modernos caballos de Troya” en redadas en Los Ángeles
Además de la brutalidad y el racismo con que se denunció que procedieron para capturar a decenas de inmigrantes, también indignó que llegaron escondidos en un camión para mudanzas.
La Ciudad de Los Ángeles, California, fue sacudida la semana anterior por la noticia de que agentes federales montaron redadas pese a la prohibición expresa de dos tribunales.
Además de la brutalidad y el racismo con que se denunció que procedieron para capturar a decenas de inmigrantes, también indignó que llegaron escondidos en un camión para mudanzas, un “moderno caballo de Troya”, como fue llamada la operación en contra de lo ordenado por los tribunales: no pueden sembrar el terror con redadas ni andar enmascarados como facinerosos ni detener a nadie por su apariencia o raza.
Pero como es lo usual con la nueva administración, los agentes llegaron enmascarados y subieron al mismo camión a decenas de pobres vendedores de comida y otros que esperaban conseguir trabajo frente a un populoso centro comercial.
Estos operativos —en los que ya comenzaron a caer incluso ciudadanos estadounidenses y residentes legales y por los cuales los funcionarios ya enfrentan multimillonarias demandas— efectivamente recuerdan la histórica incursión contra Troya, cuyos gobernantes pensaron que el caballo de madera había sido enviado como regalo por los dioses y no pudieron concebir que estaba plagado de tropas que se tomaron la amurallada ciudad y abrieron sus portones a la invasión, como se narra en La Ilíada y La Odisea, de Homero.
A los niños y jóvenes en la antigua Grecia parte de su educación se hacía leyéndoles La Ilíada y La Odisea, para despertar en ellos el amor a la literatura, a las tradiciones heroicas de los tiempos homéricos, a la belleza del lenguaje.
Desde que el mítico Homero escribió ambas epopeyas, estas se venían pasando de una generación a otra recitándolas de memoria, hasta que en el siglo V antes de Cristo el dictador ateniense Peisistratos recogió las distintas versiones, las unificó y depuró, lo que luego ha llegado hasta nosotros.
La Ilíada, que inicia cuando la Musa habla de las desgracias que a los Aqueos (los atacantes griegos de Troya) les causara la cólera "del valiente Aquiles, hijo de Peleo" por la muerte de Patroclo, su amigo y por las señas su amante, cuyo cadáver fue prácticamente desmembrado, continuando con una narrativa, poéticamente de lo más excelso de la literatura universal, de los encuentros entre los guerreros de uno y otro bando, destacando figuras como Ajax deTalemon que muere en un encuentro pero que vuelve a reaparecer más adelante, al igual que otros de igual arrojo.
Las cadencias poéticas hacen presa de los lectores, muchos de los cuales durante los sueños nocturnos las repiten dada sus maravillosas cadencias... la obra suele leerse sin hacerla de lado en los momentos que se le dedican.
Hay quienes valoran La Odisea sobre La Ilíada, la aventura del "astuto Odiseo", a quien le tomó diez años volver de Troya hasta su patria en Ítaca, donde un grupo de pretendientes intentan seducir a su esposa, que promete aceptar a uno al finalizar un manto que durante el día teje y que luego en la noche lo vuelve a su estado original.
Al llegar finalmente a Ítaca disfrazado como mendigo, su perro lo reconoce pero luego muere de la emoción del reencuentro, uno de los pasajes más conmovedores de la literatura universal...
La Ilíada y La Odisea: dos epopeyas a la cabeza de la literatura mundial
¿Hubo una guerra entre Troya y los griegos o fue un mito? Un negociante alemán, Heintich Schlieman, se propuso descubrir la historia, en el proceso estableciendo el fundamento de la arqueología actual, descubriendo "varias Troyas" colocadas unas sobre otras y encontrando el motivo del antagonismo entre griegos y troyanos: el control del comercio que se mueve por los Dardanelos…
En sus memorias, Schlieman cuenta cómo, al descubrir el tesoro de Priamo, mandó a casa a sus trabajadores y luego cubrió con las joyas a su joven esposa, unos exquisitos trabajos de orfebrería que actualmente joyeros griegos imitan…
Al llegar a Grecia, Schlieman estaba soltero, por lo que puso un anuncio diciendo que se casaría con una joven que recitara de memoria La Ilíada: una linda muchacha se presentó; cuando él le preguntó la razón de su llegada, ella le dijo que era por su dinero; la mandó de vuelta a casa, pero al día siguiente la buscó de nuevo.
Fue una historia de amor muy linda. Las joyas se exhiben en el museo Pushkin de Moscú.
Tanto La Ilíada como la Odisea están a la cabeza de los poemas épicos más hermosos jamás escritos, obras que perduran para siempre en la memoria de quienes las leen...

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