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Florence Nightingale y las normas que todo hospital debe cumplir

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Por El Diario de Hoy
Publicado el 08 de julio de 2025


Durante la guerra de Crimea (1853-1856), Florence Nightingale, una enfermera británica (1820-1910), tomó bajo su cargo un hospital de campaña, lo que le hizo iniciar una serie de medidas que cambiaron radicalmente como deben estas instituciones operar en beneficio de los pacientes que acuden a ellas.

—Inició limpiando las instalaciones para que no hubiera desorden en ningún punto, ni basura, suciedad alguna;

—se ocupó en lavar la ropa que entraba en contacto con los enfermos y el personal, una práctica que se mantuvo durante el tiempo en que ella tuvo a su cargo las instalaciones, normas que luego se establecieron en todos los hospitales británicos y de allí al resto del mundo. Si Nightingale viviera, se enfrentaría seguramente a la "nueva religión" de los antivacunas, uno de cuyos adeptos y al que han nombrado para dirigir el sector salud de los Estados Unidos es Robert Kennedy Jr., a quien su propia prima hermana, la hija de John Kennedy, denuncia prácticamente tildándolo de “charlatán”, pese a lo cual la administración estadounidense lo sostiene pues lo que vale sobre cualquier otra consideración es la absoluta lealtad, ser un "yes man" en todo momento.

—Bajo Nightingale el instrumental quirúrgico fue cuidadosamente limpiado para evitar que al tratar a los pacientes no les contaminaran las heridas.

En esos tiempos los cirujanos de campaña limpiaban EN SUS BOTAS los cuchillos con que operaban a los infelices heridos, práctica que ocasionaba la muerte de un muy alto número de los desafortunados pacientes;

A lo anterior se sumó un principio que ya desde el médico griego Hipócrates, que vivió entre los siglos Quinto y Cuarto antes de Jesucristo, se enfatizaba: toda persona lesionada debe ser atendida por los médicos, indistintamente de la condición que sea.

Gracias a los cuidados de Nightingale, la mortalidad de los heridos se redujo a un dos por ciento. La ya legendaria enfermera cuidaba a los heridos indistintamente del bando del que formaran parte.

Sin embargo, en nuestro suelo esto último no se aplica, ya que se ha denunciado que ciertos amigos del oficialismo recibe tratos especiales mientras la población no sólo no recibe atención inmediata, sino que debe esperar hasta meses para hacerse exámenes especializados, y hasta años para que les construyan el principal sanatorio público, porque se dio prioridad a un hospital para mascotas.

Para "colmar la copa", el gobierno ha reducido a la mitad al personal de limpieza de los hospitales del Seguro Social, un hecho más que escalofriante pues agranda el riesgo de infecciones y más particularmente si sucede lo mismo dentro de las cárceles.

Organizaciones como el Socorro Jurídico Humanitario han informado que hasta ahora 410 detenidos por el “estado de excepción” han muerto bajo custodia penitenciaria, muchos de ellos por denunciadas torturas que el gobierno niega, o enfermedades que han adquirido en las prisiones o ya tenían y se les agravaron con el encierro porque no les entregaron los medicamentos y alimentos que les llevan sus familias.

El Salvador recuerda a sus héroes de la pandemia 

Al hablar de un modelo de entrega y abnegación humanitaria no podemos dejar de recordar a los 84 médicos, 39 miembros del personal de enfermería, 34 de servicios de apoyo sanitario, 28 profesionales de apoyo en otras áreas y dos estudiantes de medicina que murieron luchando contra la pandemia del coronavirus (2020-2021).

Pero también no se puede olvidar que, después que el gobierno llamó “héroes” a estos profesionales, muchas familias denunciaron que se les negó el pago del seguro de vida aprobado por la Asamblea y solo se les dijo que “se acabaron los fondos” y no se toque más el tema. 

El Salvador tiene una deuda imperecedera con estos hijos valientes.

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