Santa Ana 20oC   96% H San Salvador 22oC   95% H San Miguel 22oC   97% H Surf City 21oC   93% H
  mapa
EDH

Temporada de Navidad Conciertos en El Salvador Festivales Turismo en El Salvador Noticias

Banner versión desktop Banner versión móvil
   CONTENIDO DE ARCHIVO: ¡Estás navegando en el pasado! 🚀 Da el salto a la nueva versión de elsalvador.com. Te invitamos a visitar el nuevo portal país donde coincidimos todos.
Jose Albino Tinetti

El legado de Albino Tinetti

Su integridad y amor por la causa, junto con su indiscutible genialidad, contribuyeron a las primeras reformas constitucionales y judiciales que abrieron camino a la paz en democracia. En su recorrido por la vida, el doctor sembró poderosas semillas entre los jueces mejor preparados del país, a través del Programa de Formación Inicial para Jueces, y entre miles de profesionales de distintas carreras.

Avatar del autor

Por Guillermo Miranda Cuestas
Publicado el 19 de marzo de 2025


El doctor Tinetti jamás buscó aparecer en las páginas del periódico, como lo reiteró varias veces ante mis insistentes invitaciones. Figurar no era lo suyo. Pero a escasas horas de su fallecimiento, ciertamente sin su permiso y ojalá con su perdón, me atrevo a contarles quién fue este maestro que cultivó el conocimiento de la Constitución en numerosas generaciones — y por qué su legado, en una nueva era global que ya muestra varios pasajes oscuros de la humanidad que creíamos resueltos, es más relevante que nunca.

De mirada firme y palabra corta, su sentido del humor y brillantez intelectual se enmarcaron siempre en su integridad intachable. Quienes le observamos en su vida docente y profesional podemos asegurar, sin temor a exagerar, que fue uno de los hombres más correctos y consecuentes que hemos conocido. Su irremediable modestia y despreocupación por las tentaciones del reconocimiento, la vanidad y el ego quizá explican, en buena medida, su enorme estatura moral. Ni su liderazgo entre las juventudes universitarias, ni su paso por una de las mejores universidades del mundo, ni sus posiciones de liderazgo en elevados cargos públicos y privados torcieron los principios y el verdadero enfoque del doctor Tinetti: su amor por la causa del conocimiento y la justicia.

Comprender el derecho desde su cúspide rectora, desde los valores y las garantías que la sociedad y la Constitución establecen, no es tarea fácil. De hecho, es un ejercicio tedioso, denso, confuso, que requiere de una mente atenta y de cierta dosis de abstracción y realidad de forma casi simultánea. A pesar de ello, la entrega inigualable del doctor nos llevó a explorar las ciencias jurídicas con entusiasmo y a abrazar su causa y hacerla nuestra.

Esa entrega se reflejaba en sus “libras de amor”, como le llamaba a centenas de páginas escritas por él mismo en las que sintetizaba diversas corrientes del derecho. Antes de cada examen nos alertaba de las peligrosas “sirenas”, aquellas bien intencionadas trampas que desorientaban a estudiantes con poca preparación y medían nuestras competencias académicas con rigurosidad. Sus correcciones incluían mensajes y dibujos personalizados que nos motivaban a perseguir la excelencia. Su cátedra de derechos fundamentales concluía con la película sobre el holocausto “La vida es bella”, con el fin de despertar en el aula niveles de empatía y esperanza ante el abuso de poder y las violaciones sistemáticas. Su devoción a la enseñanza solo era superada por su devoción a su familia, a su amada esposa y a sus hijos y nietos de quienes siempre hablaba con notable cariño y orgullo – en sus palabras exactas, “su principal razón de vivir”.

Su integridad y amor por la causa, junto con su indiscutible genialidad, contribuyeron a las primeras reformas constitucionales y judiciales que abrieron camino a la paz en democracia. En su recorrido por la vida, el doctor sembró poderosas semillas entre los jueces mejor preparados del país, a través del Programa de Formación Inicial para Jueces, y entre miles de profesionales de distintas carreras. Su teorización del estado y de la Constitución, centrada en la dignidad humana y en los valores de libertad, justicia y bien común y desarrollada en su cátedra y en obras emblemáticas del constitucionalismo salvadoreño, nos inspiran ahora en medio de un siglo XXI colmado de sirenas que nos atraen, una vez más, hacia el odio y los atropellos.

En este contexto tan desafiante, el legado de Albino Tinetti vive en nuestro compromiso diario por construir un destino más promisorio. El Salvador ha perdido a uno de sus mejores hijos y más abnegados maestros – “caso y paradigma de mentoría en el Derecho Constitucional salvadoreño, canon y virtud de su excelencia”, como le reconociera el jurista Fernando Marroquín Galo. Desde la comunidad ESEN, le estaremos infinitamente agradecidos por su extraordinaria dedicación, incluso durante el “invierno de su vida”, como solía referirse a estos últimos años. ¡Qué fortuna la nuestra de haber entrado a su clase, doctor Tinetti! Gracias por su ejemplar servicio y felicidades por tan merecido descanso.

Abogado.

💡
¿Qué deseas ver ahora?