Santa Ana 20oC   87% H San Salvador 23oC   94% H San Miguel 23oC   94% H Surf City 23oC   94% H
  mapa
EDH

Temporada de Navidad Conciertos en El Salvador Festivales Turismo en El Salvador Noticias

Banner versión desktop Banner versión móvil
   CONTENIDO DE ARCHIVO: ¡Estás navegando en el pasado! 🚀 Da el salto a la nueva versión de elsalvador.com. Te invitamos a visitar el nuevo portal país donde coincidimos todos.

¿Por qué persiguieron a los primeros cristianos?

Avatar del autor

Por Mario Vega
Publicado el 10 de agosto de 2025


La respuesta común que los creyentes dan a la pregunta de por qué fueron perseguidos los primeros cristianos es: por predicar la palabra de Dios. Tal respuesta es una verdadera simpleza porque deja de lado el contexto en que esa palabra se predicó y las implicaciones que tenía. Es importante hacer notar que la mayor parte de las persecuciones no fueron ejecutadas por dirigentes religiosos, sino por autoridades seculares romanas. Lo cual es revelador de que las verdaderas causas estaban lejos de ser religiosas.

 El cristianismo nunca fue declarado ilegal en una ley específica romana. Los cristianos, igual que los demás cultos, tenían libertad de creer y enseñar lo que desearan. El problema siempre fue que los primeros creyentes llevaban a sus últimas consecuencias la práctica de su fe y ello representaba un desafío para el aparato propagandístico del imperio. Por ejemplo, los cristianos se negaban a participar de la divinización del emperador. La insistencia de las Escrituras cristianas de que Jesús es el Señor contradecía la propaganda romana que presentaba al emperador como el artífice de la paz y el benefactor de la humanidad.

Además, los cristianos se negaban a participar en rituales públicos que sostenían y alababan el orden imperial. Vivían como una minoría con valores diferentes al imperio y eso los puso en conflicto directo con el poder y la sociedad. Por su resistencia a dejarse asimilar por el sistema político comenzaron a ser denunciados, perseguidos, juzgados, torturados y ejecutados. Su rechazo a rendir honores al emperador fue visto como un acto de traición política y, por ese motivo, les aplicaron penas que eran reservadas para los subversivos.

 Aunque el Nuevo Testamento no narra la muerte de Pablo, existen fuentes cristianas antiguas, como las de Clemente Romano, Eusebio y otros, que afirman que fue ejecutado en Roma por decapitación. Lo cual era el privilegio de los ciudadanos romanos. Según el derecho romano, un ciudadano, como Pablo, tenía derecho a una muerte rápida y sin humillación pública. Pero la fe que la persona profesara no era una causal de la pena capital, mucho menos para un ciudadano romano. La razón de su ejecución fue que lo consideraron un traidor y rebelde por su insistencia en enseñar la existencia de un único Señor, el cual era Jesucristo.

Pedro, quien no era ciudadano romano, sí recibió la pena capital de la crucifixión. Esta se reservaba para los piratas, opositores políticos y esclavos rebeldes. Pedro, como Pablo, proclamaba que Jesús era el Señor, no el César. Rechazaba participar en el culto imperial, lo cual, era considerado un acto de traición o subversión. Su mensaje socavaba las bases religiosas y simbólicas del poder romano.

El repudio de la sociedad romana hacia la exclusiva fidelidad cristiana al único Señor se ve expresada en el comentario del historiador romano Tácito, quien, hablando de la persecución a los cristianos, la justifica por su «odio al género humano». De esa forma, describía el rechazo al sistema político y social imperial de los creyentes a quienes les atribuía odio a las personas cuando la realidad no podía ser más contraria a su idea. 

El imperio romano toleraba las religiones siempre que no pusieran en peligro la unidad del Estado. Pero la radicalidad del cristianismo la interpretaban como una forma de provocación moral. Desde ese punto de vista, se mostraban complacientes con la persecución y ejecución de cristianos. Cuando Herodes decidió eliminar a Santiago, lo hizo por razones puramente políticas. Herodes buscaba congraciarse con los judíos para reforzar su poder y la estabilidad de su reino. La ejecución de Santiago fue un gesto populista que contó con la complicidad pasiva del gobernador romano. Aunque no era ilegal ser cristiano, los creyentes eran vistos como agitadores potenciales.

La fe sincera de los cristianos no era compatible con la glorificación política a ningún hombre o sistema. Eso era algo que incomodaba a todos los niveles del poder. Los cristianos no encajaban con la propaganda romana generalizada y su mensaje los colocaba en conflicto con el mundo. Pero ellos entendían la respuesta política violenta que recibían como parte del precio de seguir a Jesús fielmente. Su martirio fue una consecuencia natural de su coherencia.

Pastor General de la Misión Cristiana Elim

💡
¿Qué deseas ver ahora?