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Oscar Picardo El Diario de Hoy

Los medios de comunicación ¿opositores?

“El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad” (Gabriel García Márquez)

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Por Oscar Picardo Joao
Publicado el 25 de mayo de 2025


Partamos de una idea central: La mala prensa es más mito que realidad; el problema es que hay demasiados políticos corruptos y la mejor solución es repetir y etiquetar a los periodistas como “opositores” para evadir la responsabilidad y seguir en la impunidad. Típico…

El concepto “oposición” representa la acepción básica y simple de la expresión de ideas opuestas a un gobierno, es decir, opuestas al oficialismo en un momento político de la historia. La forma más elaborada y efectiva de oposición es la de los partidos políticos en los estados democráticos, en este caso la oposición no pretende la destrucción del Estado, sino exclusivamente su reforma de sus políticas o del gobierno dentro del cauce previamente acordado por los funcionarios públicos que lo dirigen.

Según el Diccionario de Ciencias Políticas de Bobbio, Matteucci y Pasquino (2002) oposición: “Es la unión de personas o grupos que persiguen fines contrapuestos a aquellos que buscan los grupos o personas que detentan el poder político o económico que son reconocidos institucionalmente como autoridades respecto de las cuales los grupos de oposición hacen resistencia, sirviéndose de métodos y medios constitucionales-legalistas o ilegales y violentos”.

El término se emplea para hacer referencia al partido o partidos que no ostentan el poder político materializado en el gobierno y las políticas y programas que éste promueve. La oposición se considera un elemento básico y esencial de los regímenes democráticos. Su importancia radica en que son el factor de control y limitación de los gobiernos en turno y la alternativa a la formación de nuevos gobiernos.

El peso político y función de la oposición va también de acuerdo con el régimen político. En un régimen presidencial, la oposición adopta varias formas, ya sea de obstrucción, de competencia o de alianza. En un régimen autoritario se utiliza el concepto oposición como una etiqueta para identificar a los “enemigos” del régimen.

Con frecuencia, algunos personajes del oficialismo o simpatizantes tildan con ligereza de “opositores” a cualquier persona o a instituciones que no comulgan de manera integral con las ideas, proyectos o propuestas del gobierno. Académicos, líderes religiosos, periodistas, médicos, docentes, empresarios, artistas, economistas, y un largo etcétera suelen ser etiquetados como “opositores”.

Desde nuestra perspectiva, el periodismo no hace otra cosa que registrar los hechos que suceden en el país o desarrollar investigaciones relacionadas con la cosa pública. Los resultados, la evidencia y los datos que se consignan en los periódicos y noticieros demuestran los niveles de ineficiencia, corrupción, clientelismo, compadrazgo, entre otras circunstancias (también algunas noticias positivas). Exponer estas realidades no es una tarea “opositora”, sino un mandato democrático que tiene el periodismo y los medios de comunicación. ¿Es una estrategia opositora presentar los problemas de diseño del tramo Los Chorros en la carretera Panamericana?, ¿es culpa de los medios y de los periodistas?

El uso de fondos públicos siempre ha sido auditado por el periodismo y lo seguirá siendo en el futuro; es una obligación y un deber. Hacer preguntas incómodas o difíciles. Decirle a la gente, incluso, lo que no quiere oír, es un deber ético y profesional. Porque “el poder para moldear el futuro de una República estará en manos del periodismo de las generaciones futuras” (Joseph Pulitzer).

El periodismo colabora indirectamente con las instituciones dedicadas a la transparencia y rendición de cuentas, sobre todo en escenarios cuando estas instancias están contaminadas o cooptadas por la corrupción y la impunidad.

Pero los medios y los periodistas NO son opositores; no les interesa ostentar el poder, pero sí comunicar la verdad de los hechos con el mayor rigor y la mejor metodología posible. No hacen oposición sino periodismo. No hacen política partidaria; no toman partido electoralmente hablando; no apoyan a ningún candidato, y a todos (as) los que ostentan el poder para gobernar se les suele abrir las puertas, siempre que tengan propuestas razonables basadas en ideales democráticos; a los autócratas o aprendices de dictadores y sus simpatizantes no deberían tener lugar en medios serios.

La idea de confundir oposición con periodismo es una estrategia politiquera de marketing, para engañar a la población, haciéndole creer que hay intereses ideológicos o partidarios oscuros. Se repite una y mil veces, al estilo del manual de Joseph Goebbels, hasta que la mentira se vuelve verdad. El hecho de que los opositores utilicen el material periodístico es otra realidad.

Los medios de comunicación serios no son una maquinaria opositora, partidaria o electoral. Son un grupo de personas que profesan el periodismo y la verdad; como seres humanos nos podemos equivocar y hay evidencia de corregir y rectificar. Incluso, dentro de la libertad democrática de muchas organizaciones puede haber o no simpatizantes con cualquier partido político, pero esto no debería contaminar las líneas editoriales.

Las audiencias de los medios serios u objetivos deben tener clara la vocación de informar con calidad y ética, recibiendo noticias para que tomen las mejores decisiones en base a datos y evidencias. La clase política y particularmente al gobierno, también deben comprender la vocación que tienen las empresas de comunicaciones de hacer país y cultura desde un periodismo comprometido con la verdad de los hechos.   

Finalmente, debemos exigir respeto, un trato digno y acceso a la información para cumplir la misión en función de la libertad de expresión. La política y el periodismo caminan por sendas distintas pero paralelas, y ambas deberían llegar a un destino común: el bienestar de la ciudadanía en una democracia plena. En efecto, tal como lo señala Javier Darío Restrepo: “El periodismo que dignifica la profesión es aquel que sirve a la parte más noble del ser humano y aporta a la vida de la sociedad, que impulsa cambios y hace mejores a las personas”.

Los periodistas no son enemigos, pero si vigilantes del comportamiento político. Hagan las cosas bien, de modo ético y transparente, y podrán ver mejores ediciones del periódico y de noticieros. Los medios no existen para atacar ni para complacer a nadie; no tienen vocación para aplaudir ni para destruir a nadie, sino que cuentan historias y Ustedes generalmente deciden cómo será el guion…

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor. Nos disculpamos por las posibles e involuntarias erratas cometidas, sean estas relacionadas con lo educativo, lo científico o lo editorial. A los nuevos críticos: Paren de sufrir…  

Director editorial

oscar.picardo@altamiranomedia.com

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