Una lectura apasionante y aleccionadora

Leo actualmente una novela histórica de G. H. Guarch, titulada “El testamento armenio”, donde narra el primer gran genocidio del Siglo XX, tan horripilante como el Holocausto judío llevado a cabo por Hitler, pero del que se conoce muchísimo menos. Aunque, hoy que escribo, todavía me falta por leer la mitad del libro, lo narrado hasta ahora es espeluznante.

La novela se desarrolla en Turquía, a fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, principalmente en la fascinante ciudad de Constantinopla (actualmente Estambul), sede del tiránico califato de la Sublime Puerta, durante el período tardío del Imperio Otomano. La descripción que Guarch, (mediante Henry, el personaje principal), hace del sultán y su gobierno (corrupción al máximo, desenfreno, mentiras ante la población propia y hacia el mundo exterior, endeudamiento imparable que se diluye entre los favoritos, sin mejorar en nada a su país, etc.), me hizo pensar que en el mundo actual, y desafortunadamente en el Occidente, no existen sultanes ni califas que se conozcan bajo esos nombres, pero posiblemente actúan exactamente como tales. De allí que pregunté a mi amigo Gepeto (chat GPT) qué semejanzas podemos encontrar entre gobiernos actuales con la Sublime Puerta. Su respuesta fue muy interesante y la resumo a continuación:

Similitudes:

1. Concentración del poder en una figura central. El califa otomano tenía poder absoluto sobre todo el territorio y sobre todos sus habitantes. Actualmente hay gobernantes que pretenden lo mismo, eliminando o tomando el control de todos los poderes del estado.
2. Uso de propaganda para justificar el liderazgo. Los sultanes otomanos se consideraban líderes divinamente designados, guardianes del islam y defensores del imperio. Hay gobernantes que se idealizan utilizando estrategias de comunicación modernas, redes sociales y discursos populistas para endiosar su imagen.
3. Militarización y represión política. Los jenízaros, una élite militar que servía al sultán, era instrumento de control interno y expansión. También reprimía disidencias y rebeliones. Actualmente eso se logra mediante el uso del ejército, al que se corrompe para que reprima a la población y viole sus derechos.
4. Uso del miedo para mantener el orden. En la Sublime Puerta, los sultanes gobernaban con mano dura, aplicando castigos severos a la disidencia y promoviendo la idea de que cualquier intento de desobediencia era una amenaza al Estado. Lo mismo continúa haciéndose en los regímenes totalitarios.

Diferencias:

1. Sistema político y contexto histórico. El Imperio Otomano era una monarquía islámica que duró varios siglos y gobernó vastos territorios. Los países actuales se presentan como repúblicas y democracias, y sus territorios son mucho menores.
2. Duración del régimen. El califato otomano vivió 600 años. Actualmente ¿se permitirá que algún régimen totalitario tenga tan larga vida?
3. Justificación ideológica. Los otomanos justificaban su gobierno basándose en el islam; actualmente los gobiernos totalitarios lo hacen ofreciendo seguridad y terminar con la corrupción.
4. Expansión territorial vs. enfoque interno. Los otomanos eran expansionistas, los totalitarios actuales se enfocan en dominar su propio territorio, buscando un control absoluto en éste.

Realmente, leyendo se aprende. Aprendamos, compatriotas.

Empresaria.