“El pintor aburrido”
.
Bostezaba de aburrimiento el artista, sentado sobre una piedra a la orilla del río. Había pintado un lindo paisaje y, sin embargo, no se sentía alegre de haberlo hecho. Se preguntó entonces por qué no era completamente feliz, teniendo los colores de la vida entre sus manos. Una codorniz -que detuvo su vuelo en una rama- dijo al pintor: “El secreto de tu felicidad es fácil de averiguar.” “¿Quién eres tú, viajera del viento, para venir a aconsejarme?”-refutó malhumorado. La codorniz, ignorando sus palabras, contestó: “El secreto está en que debes copiar lo bello del mundo, no sólo en los lienzos de tela, sino también en tu corazón…” Entonces el pintor de mundos lejanos se fue por la vida a pintar la belleza interior de los amaneceres, meridianos y ocasos. El ave coturnix terminó diciendo: “La paleta de colores que tienes contigo te la ha dado el Divino Artista de las estrellas para copiar la belleza de su Creación. Tú, el árbol, el río y la flor, son parte de sus obras preferidas. Pinta además lo invisible -como lo es el amor y las dulces ilusiones. Así encontrarás la invisible felicidad del lienzo de tu alma.” Moraleja: No sólo en sus obras el hombre expresa la belleza y el prodigio, sino también en la alegría de su corazón. (De fábulas “Pastor de Ovejas Perdidas” de C. B.)

CONTENIDO DE ARCHIVO: