CRISTOSAL: Del acompañamiento pastoral al compromiso con los Derechos Humanos
CRISTOSAL nació del encuentro fraterno entre el Obispo Martín Barahona (QDDG) y el sacerdote episcopal estadounidense Richard Bower.
Ambos compartieron vecindad en Panamá durante los años 80s del siglo pasado, y de esa cercanía surgió una visión común: ofrecer acompañamiento pastoral de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos a comunidades vulnerables en El Salvador. Decidieron bautizar el proyecto como “Cristosal”, la unión de “Cristo” y “El Salvador”, como símbolo del encuentro de la fe con una nación marcada por el dolor y la esperanza.
La organización fue fundada en el año 2000, en medio de la urgencia de una posguerra aún latente y una sociedad golpeada por los terremotos de 2001. Su origen está enraizado en la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador (IAES), y su primera junta directiva estuvo integrada por miembros salvadoreños y norteamericanos.
A este colectivo se sumó mi buena amiga Lee Crawford, aún vinculada a la Iglesia Episcopal de El Salvador como Canóniga Misionera, y quien diseñó su logo, -una paloma de paz alzando el vuelo-fue Estefania Bower, esposa del Padre Bower. La solidaridad y el internacionalismo se vivía plenamente.
Durante su primera década, CRISTOSAL adoptó un enfoque asistencialista, con énfasis en la reconstrucción del tejido social y la infraestructura comunitaria. Bajo el liderazgo de personas comprometidas como Walter Orantes, filósofo y teólogo que dirigía el programa comunitario, y el abogado José López, a cargo del área de Derechos Humanos, otros profesionales también nos sumamos al esfuerzo. La organización fue sembrando confianza en las comunidades más golpeadas.
El obispo Martín Barahona, profundamente convencido de que las instituciones —como los hijos— deben madurar y aprender a volar con sus propias alas, apoyó la autonomía de CRISTOSAL. Así como lo hizo en décadas anteriores con el Centro de Reorientación Familiar Comunitario (CREFAC), que fue impulsado por el Padre Ramiro Chávez (QDDG) en los años 70s y más tarde con la organización Concientización para la Recuperación Espiritual y Económica (CREDHO), también fundada por el sacerdote anglicano Luis Serrano (QDDG). Barahona apostó a la dignidad y la justicia.
Entre 2010 y 2013, CRISTOSAL vivió una transformación profunda. Con la llegada de reconocidos especialistas en Derechos Humanos, la organización amplió su mirada más allá del marco eclesial. Se consolidó entonces su "opción preferencial por las víctimas", distanciándose institucionalmente de la iglesia nacional y asumiendo una nueva etapa con firmeza y autonomía.
Hoy, CRISTOSAL representa un referente regional en la defensa de los Derechos Humanos, del que sin duda, el Obispo Martín y Richard Bower estarían orgullosos y al mismo tiempo tristes.
Sin embargo, este día marca también una jornada histórica, quizá dolorosa para muchos. Es, posiblemente, un momento de soledad para Ruth y para tantas personas inocentes que alguna vez se sintieron abrazadas por CRISTOSAL.
En el año número 25, CRISTOSAL cierra sus operaciones en El Salvador, atrás quedan historias de lucha, sueños de transformación y justicia y el testimonio profundo de la amistad de dos pastores que creyeron que la fe, el diálogo, el debate de las ideas, la unidad en medio de la diversidad y la democracia podrían cambiar el mundo.
El Salvador duele.
Periodista- Episcopal
Ex Comunicadora e historiadora de la Iglesia Anglicana en El Salvador
Ex Directora de la Escuela Global de CRISTOSAL

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