Otra carta al Embajador William Duncan
Sabemos que la misión del Embajador Duncan fue muy difícil, sobre todo con el cambio del gobierno de Biden al de Trump, y más aún con la conversión ideológica de Marcos Rubio.
Ahora que se retira el embajador William Duncan, recientemente condecorado con la “Gran Orden Francisco Morazán”, por su misión y las excelentes relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y El Salvador, traigo a cuenta una “anécdota” que refleja las acostumbradas “conversiones” y/o cambios de discursos o narrativas de los líderes políticos contemporáneos en función de la “popularidad”.
No debemos olvidar que la diplomacia es el arte y la praxis de gestionar las relaciones internacionales mediante el diálogo, la negociación y otras formas de comunicación no coercitivas, con el objetivo de alcanzar acuerdos y resolver conflictos entre naciones. Tarea muy complicada en los países en vías de desarrollo y con una cultura política infame.
El 28 de julio de 2022, en la sede del Congreso de los Estados Unidos, el entonces Senador Marcos Rubio entrevistó al Embajador nominado para El Salvador William Duncan. La entrevista duró tres minutos treinta y siete segundos, fue directa y sin ambages, con una introducción y pregunta del Senador y una respuesta breve y previsible del Embajador. A continuación, presento la transcripción completa y detallada:
Senador Rubio: “Quiero hablar de El Salvador. Es un rompecabezas difícil de desentrañar. Ciertamente, las tendencias en términos de la visión del presidente Bukele sobre Estados Unidos se han deteriorado rápidamente en los últimos años, hasta el punto de que ahora es una situación realmente preocupante. Estoy muy preocupado por ello. No parece importarle mucho la política exterior estadounidense con respecto al país. Critica y se burla abiertamente de Estados Unidos y otras instituciones occidentales. Y la realidad es que, a pesar de todo esto, tenemos que lidiar con el hecho de que su popularidad sigue siendo bastante alta y su partido ha disfrutado de ganancias electorales como resultado. Por alguna razón, está aprovechando un sentimiento populista en el país que se está convirtiendo en apoyo político y creo que eso les da licencia, al menos a nivel nacional, para continuar con esta tendencia. Pero hay una dinámica interesante: por un lado, estamos llevando a cabo esta campaña de denuncia desde Washington, donde estamos sancionando a individuos y señalándolos por su presunta corrupción y comportamiento, y por otro lado, lo vemos negociando con el FMI, donde somos, como saben, el principal contribuyente, y parece que nuestra administración mantiene abierta la posibilidad de que aún haya un acuerdo con el FMI; imagino, porque se entiende que, si no lo hiciéramos, podría haber una migración masiva que afectaría a los países vecinos, o podrían recurrir a medios alternativos de financiamiento fuera del sistema estructurado sobre el que Estados Unidos tiene influencia. ¿Cómo equilibramos nuestros intereses nacionales y el deseo de tener no solo estabilidad allí, sino también alguna relación con esta campaña que se está llevando a cabo y que, creo, ha generado una hostilidad diplomática y económica bastante abierta?”
Embajador Duncan: “Gracias por la pregunta, senador. Ante todo, debemos abordar al gobierno salvadoreño como corresponde, como la mayoría de los gobiernos, desde una posición de respeto y reconocer, como usted dijo, que eligen a sus propios líderes y parece que su presidente actual es, en este momento, muy popular. Es una realidad y debemos reconocerlo. Sin embargo, creo que también es cierto, como usted indicó en su declaración inicial, que ha habido algunos acontecimientos en El Salvador que no parecen contribuir al fortalecimiento de la democracia salvadoreña. También ha habido algunas tendencias económicas que son algo preocupantes con respecto a las sanciones a las que hizo referencia. Creo que es importante que usemos las herramientas que nos ha dado el Congreso, ya sea la Lista Magnitsky, la lista de la sección 353 o la sección 7031, para usarlas adecuadamente y atacar a las personas que han estado involucradas en actos de corrupción o actos que socavan la democracia o el estado de derecho. Creo que podemos hacerlo mientras continuamos manteniendo una relación respetuosa con el gobierno de El Salvador. No veo ninguna inconsistencia allí. Con respecto a las negociaciones con el FMI que usted mencionó, no estoy al tanto de dónde están exactamente esas negociaciones. Creo que todavía están en conversaciones con el FMI. Sé que el FMI ha expresado públicamente algunas preocupaciones que, según tengo entendido, quieren ver satisfechas antes de seguir adelante solo con eso, así que, hasta donde sé, no se ha tomado una decisión final al respecto”.
La entrevista completa se puede ver en el canal del Senador Marcos Rubio, en el siguiente URL de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=fkl62d5x0no
En conclusión: la vida da muchas vueltas; así como los políticos dicen una cosa, dicen otra…; incluso en los países más desarrollados. Al parecer, la “popularidad” es algo demasiado importante para los funcionarios y diplomáticos; tan importante, que puede torcer la ética, las ideologías, los valores y principios.
Estamos muy acostumbrados a ello…; algunos políticos antes eran de izquierda, progresistas, respetaban la Constitución y se interesaban por los derechos humanos; ahora, son de derecha, conservadores y creen que la Constitución estorba y debe reformarse conforme a los nuevos intereses y los derechos humanos son vistos como un respaldo de criminalidad.
Sabemos que la misión del Embajador Duncan fue muy difícil, sobre todo con el cambio del gobierno de Biden al de Trump, y más aún con la conversión ideológica de Marcos Rubio; asimismo, le tocó administrar un contexto político complejo, de muchas transformaciones internacionales y nacionales. Como sea, le deseamos la mejor de las suertes en su retiro.
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