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Agricultura vertical urbana

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Por Ondina Ramos
Publicado el 20 de junio de 2025


La urbanización en El Salvador continúa creciendo y cada día la demanda de alimentos es mayor con más exigencias de mejor calidad y seguros. Los expertos advierten de la escasez de alimentos en las próximas décadas. La falta de disponibilidad de tierras fértiles para sembrar y los cambios extremos de clima, nos irán colocando pruebas mucho más difíciles de superar si no se está preparado. 

Considerada una innovación tecnológica la agricultura vertical se basa en cultivar en capas verticales, optimizando el espacio y utilizando recursos de manera eficiente. Es decir que, en lugar de expandirnos horizontalmente, ascendemos. Así, aprovechamos la altura para cultivar más en el mismo espacio y resolvemos uno de los grandes desafíos que el sector agropecuario enfrenta en la actualidad, que es la disminución del espacio cultivable sobre todo para el área urbana. 

Esta práctica se apoya en sistemas hidropónicos, aeropónicos y otras tecnologías avanzadas. La optimización de la luz, el agua y los nutrientes se convierte en el núcleo de esta metodología, permitiendo un control preciso del entorno de cultivo.

La agricultura vertical es un método para cultivar plantas en interiores, sobre repisas usando tecnología para crear las condiciones ambientales perfectas y controladas para que las hortalizas o plantas crezcan en espacios reducidos. Se siembra en charolas o semilleros, con luz artificial, usando sólo el agua necesaria. Se controla el sustrato, la temperatura, humedad, agua y ventilación para crear las condiciones climáticas óptimas para cada cultivo.

Este método tiene múltiples beneficios para los agricultores y el consumidor final. Entre los cuales podemos destacar: 1. Aumento en la eficiencia del uso de recursos: maximiza el espacio, permitiendo el cultivo en ubicaciones urbanas y áreas limitadas. Esto no solo reduce la presión sobre la tierra, sino que también minimiza el transporte de alimentos, disminuyendo la huella ambiental. 2. Reducción de la huella ambiental: Con el control de factores ambientales, como la iluminación y la temperatura, se reduce la necesidad de pesticidas y herbicidas. Beneficiando no solo la salud del consumidor, sino que también preserva la biodiversidad y la calidad del suelo. 3. Mejora en la productividad y calidad de los cultivos:  ofreciendo condiciones óptimas para el crecimiento de las plantas, resultando en cosechas más rápidas y de mayor calidad. 

Está comprobado una reducción en los costos versus la agricultura tradicional donde se tiene un uso extensivo de tierra: En la agricultura tradicional, la expansión horizontal requiere grandes extensiones de tierra, aumentando los costos asociados con la adquisición y mantenimiento de parcelas. Consumo de agua: La agricultura convencional a menudo depende en gran medida de sistemas de riego extensivos, lo que resulta en un consumo significativo de agua. Transporte y distribución: La distancia entre las áreas de cultivo y los centros de distribución generan costos considerables asociados con el transporte de los productos agrícolas. Pérdidas por enfermedades y plagas: La agricultura tradicional está más expuesta a enfermedades y plagas transmitidas por el suelo. Esto resulta en pérdidas significativas de cultivos y aumento de los costos asociados con la prevención y el tratamiento. Uso de agroquímicos: La necesidad de utilizar agroquímicos para combatir plagas y enfermedades representa un costo adicional. 

En cambio, con la agricultura vertical los costos de tierra se ven reducidos ya que se utiliza el espacio de manera eficiente. Se mantiene un ahorro sustancial de agua ya que los sistemas de riego son precisos. Se eliminan los costos de transporte a larga distancia porque se cultiva en entornos urbanos cercanos a los centros de consumo. Menor uso de agroquímicos: La disposición controlada y vertical de los cultivos reduce la exposición a plagas y enfermedades del suelo. Disminuyendo la necesidad de agroquímicos y los costos asociados con ellos.

Estudios como el de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señalan reducciones de costos con modelos agroecológicos como la agricultura vertical. Por ejemplo, sugieren ahorros de hasta un 30% en el consumo de agua y del 20% en el uso de tierra.

La agricultura vertical representa una innovación para la forma de cultivar nuestros alimentos. Al aprovechar la altura y las tecnologías avanzadas, abriríamos nuevas posibilidades para una producción agrícola más eficiente y sostenible.

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