Carta: Extradiciones y deportaciones - lo que está en juego para Bukele en los líos de Trump
Para los planes anti inmigrantes de Trump el deal negociado con Bukele de usar el CECOT para deshacerse de migrantes, con el pretexto de tildarlos de criminales, tiene mucha más importancia que el juicio de Nueva York contra los líderes de la MS. Sobre todo, cuando este juicio puede comprometer a Bukele, justo cuando éste se ha convertido en aliado útil para Trump.
Durante años, el gobierno en Washington exigió a El Salvador la extradición de los líderes de la MS para enjuiciarlos por delitos cometidos en Estados Unidos. El gobierno de Nayib Bukele siempre se negó a hacerlo. Tenía razones: Una vez enfrentando la justicia estadounidense y las amenazas de severas condenas, estos hombres podían acceder a colaborar con los fiscales en su investigación ya avanzada del pacto negociado de Nayib Bukele con las pandillas. Pacto que aseguró a Bukele a ganar las elecciones presidenciales del 2019 y la abrumadora mayoría parlamentaria en el 2021. Pacto que le permitió bajar sustancialmente la tasa de homicidios y que concedió múltiples beneficios penitenciarios a las cúpulas de las pandillas.
Por tanto, por más que la administración Biden presionó a Bukele a extraditar a los líderes de la MS, se negó. Su gobierno incluso llegó al colmo de ofrecer 1 millón de dólares al cartel de Sinaloa si les entregaba al Crook, uno de los dirigentes de la MS, antes de que los encontraran los investigadores del FBI. El Crook (Elmer Canales Rivera) estaba escondido en México, luego de que el gobierno de Bukele, en una fase anterior del pacto con las pandillas, lo había liberado y le había facilitado la salida del país. Al fin, el FBI lo detuvo en México y lo llevó a Estados Unidos a disposición de una corte de Nueva York.
Todo esto cambió, cuando Trump regresó al gobierno. Ya nadie exige a Bukele a que extradite a los dirigentes de la MS que están cumpliendo sus penas en Zacatraz. Por lo contrario: la nueva cúpula que Trump instaló en el Departamento de Justicia comienza a desmantelar el juicio contra la MS en Nueva York, antes de que cause daño a Bukele. A uno de los cinco acusados en poder de las autoridades estadounidenses, el Greñas (César Humberto López Larios), en una acción nocturna secreta, lo montaron en el mismo avión con los supuestos criminales venezolanos. Junto con ellos, terminó en el CECOT.
Cuando esto se hizo público, porque alguien reconoció al Greñas en el video que mostró el recibimiento de los deportados en el CECOT, cuando le pelaron el cabello, se filtró la noticia de que el Departamento de Justicia había revocado la acusación contra él. Parece que sobre esto existe un pleito con el juez de Nueva York, Steven Tiscione, quien días después, el 1 de abril, confirmó que la acusación contra Greñas seguía vigente, una acusación que busca la pena de muerte.
Pocos días después se retiraron los cargos contra Henry Josué Villatoro Santos, quien a finales de marzo fue detenido y acusado de ser el responsable de la MS en toda la costa este de Estados Unidos. La secretaria de Justicia, Pan Bondi; el director del FBI, Cash Patel; el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, y otros líderes de las fuerzas del orden realizaron una conferencia de prensa para anunciar y celebrar su arresto. Pero dos semanas después, el Departamento de Justicia de Estados Unidos decidió retirar el caso penal contra el detenido, diciendo que se planea deportarlo a El Salvador en lugar de procesarlo en Estados Unidos.
Este insólito hecho cae precisamente en la coyuntura en la cual en Estados Unidos estalló una gran controversia legal y política sobre la deportación ilegal de venezolanos y salvadoreños a El Salvador y su encarcelamiento en el CECOT. Obviamente para los planes anti inmigrantes de Trump el deal negociado con Bukele de usar el CECOT para deshacerse de migrantes, con el pretexto de tildarlos de criminales, tiene mucha más importancia que el juicio de Nueva York contra los líderes de la MS. Sobre todo, cuando este juicio puede comprometer a Bukele, justo cuando éste se ha convertido en aliado útil para Trump.
Hay que entender una cosa: La política de Trump contra los migrantes nada tiene que ver con justicia, sino con la necesidad de mostrar mano dura. Cuando la justicia se convierte en obstáculo, se le corta las alas, haciendo uso del control partidario que esta Casa Blanca ejerce sobre el Departamento de Justicia que dirige a los fiscales federales.
Habrá que ver si los jueces involucrados en este asunto -tanto el que preside el juicio contra la MS, como los que tratan de detener las deportaciones bajo la obscura Ley de Enemigos Extranjeros, dictada en el Siglo 18 para situaciones de guerra- se mantienen firmes y si para esto gocen de apoyo de la Corte Suprema. De esto depende tanto el Estado de Derecho en los Estados Unidos como la suerte de miles de migrantes bajo el riesgo de terminar, inocentes o no, en el CECOT, que en la prensa internacional ya es tildado “el gulag salvadoreño’, en asociación a los campos de concentración de Stalin - o, de manera más tropical, “el infierno en El Salvador”.
De la batalla legal y política que ha desatado Trump con los vuelos al CECOT y su intento de doblegar la justicia, también depende la suerte de Bukele: O gozará de impunidad bajo un Trump que nadie puede detener ni juzgar - o caerá con él.
Es en este contexto que hay situar la visita de Bukele a la Casa Blanca.
Saludos,
Paolo Lüers

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