Uno de los 40 estudiantes detenidos ayudaba económicamente a su mamá como payaso
El joven trabajaba como payaso y cursaba el último año de bachillerato en el Instituto Nacional Técnico Industrial.
Un fuerte golpe metálico abre la desnivelada puerta del inmenso portón del "Penalito", de su interior sale Norma. Con la mirada perdida y los hombros encogidos, busca protegerse de las gotas de lluvia. Ha visto a su hijo, Álvaro Mendoza, un joven estudiante del bachillerato Técnico Automotriz del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI).
A estas bartolinas policiales han llevado a un grupo de jóvenes estudiantes de diversos institutos de educación media, menores y mayores de edad, acusado por el Ministerio Público de agrupaciones criminales. Lo que menos existe es información, pero Norma es afortunada, ha establecido contacto con su hijo y tiene certeza en la versión que le contó.

"Son las personas con la que se ha relacionado las que lo perjudicaron, mi muchacho no tenía nada, según me dice fueron unos "stickers" que se intercambiaba por teléfono con otros jóvenes y por esas conversaciones lo han implicado", comenta. Luego de la detención, un grupo de cinco policías llegó a su casa "a registrar", pero no encontraron nada.
Norma se gana la vida como payasa, caracteriza a un personaje que se llama "Esponjita". Su hijo mayor es Douglas, padece del síndrome Down y hace unos meses fue diagnosticado con insuficiencia renal crónica. A pesar de eso, también se ganaba la vida haciendo reír a los demás. Debido a la ausencia de su padre, Álvaro también optó por ayudar a su madre con su personaje de payaso "Rayito".

Los tres artistas de la risa reciben apoyo de un grupo de artistas aglutinados bajo el nombre de "Payasos Unidos de Corazón". Esta organización llegó ayer a las inmediaciones de un centro comercial del bulevar de Los Héroes y con alcancías plásticas en mano iban de carro en carro pidiendo colaboración.
Según el vocero de la organización, Juan Carlos "Payaso Frijolito", estas actividades se realizan periódicamente para ofrecer apoyo a los payasos en apuros económicos. "Estamos pidiendo ayuda para Esponjita, tiene un hijo enfermo y a otro que lo han detenido, que igual es payasito. Nosotros damos buena fe de él y por eso estamos apoyando para que ella le pueda comprar su comidita y gastos de ir al lugar donde él está detenido",
Otros casos
Hace unos días "Juan" caminaba con sus compañeros de clase en el patio del Instituto Nacional General Francisco Morazán (INFRAMEN), un intercambio de miradas, en caras de pocos amigos, habría provocado una pelea verbal con un compañero. El altercado no pasaría de ser algo relativamente normal en estos ambientes, pero Juan fue detenido a principios de la semana supuestamente por pertenecer a una célula pandilleril.
Su hermano afuera del "Penalito" no tiene dudas que fue implicado, "alguien que sale en las fotos, con uno de ellos se peleó, él mintió y se llevaron a mi hermano", comenta teniendo precaución de no dar detalles de su familiar.

Una señora toca el vidrio polarizado de información del "Penalito", de sus mechones de cabello gotea agua lluvia. Al abrirse la ventana, la mujer emite los cuatro nombres y dos apellidos de su hija. "Debe ser la única con cuatro nombres allá adentro", lo dice con una risa que rápidamente se convierte en seriedad. Es la tercera vez que llega a dejarle comida, a la joven menor de edad que la han cambiado varias veces de celda.
Esperando información también se encuentra a un hombre fornido de casi dos metros de estatura, sostiene una pequeña toalla que retuerce nerviosamente y la usa para limpiarse el exceso de grasa de sus manos. "Mire es que los cipotes no creen que sus actos tendrán consecuencias en el futuro, ya no es como antes", comenta como representante legal de su sobrino, a su cargo hasta hace unos días cuando fue detenido en un instituto nacional. "Cuando era pequeño yo le preguntaba: ¿Qué quiere ser el niño cuando sea grande? y me contestaba: pandillero".
La necesidad de procedimientos científicos
Un miembro del Ministerio de Justicia y Seguridad se relaja con una bebida energética mientras observa la entrada y salida de personas del recinto. Su trabajo se relaciona con el traslado, detención y específicamente en este caso, ha manejado de cerca el proceso.

"Hoy por hoy cualquiera lo puede perjudicar a uno, solo por que le cae mal, pero el trabajo que nos toca hacer es más científico, aquí vamos a demostrar que no nos podemos dejar llevar por lo que dicen, ni en bien ni en mal, hay recursos científicos y tecnológicos para demostrar vinculaciones delictivas, de eso va a depender el proceso, claro, siempre y cuando se quieran hacer debidos procesos", comenta.

CONTENIDO DE ARCHIVO: