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Remesas-Interes-AFP

Salvadoreños pagarían $272 millones en impuesto a remesas

Este es el estimado que deberán pagar al año, si se toma en cuenta el monto recibido en 2024. Las remesas enviadas desde EE.UU. a El Salvador corresponden al 22% del PIB.

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Por Moisés Alvarado
Publicado el 04 de junio de 2025


Los salvadoreños en Estados Unidos que envían dinero a sus familias en El Salvador pagarían un estimado de $272 millones al año si se aprueba en el Senado norteamericano el impuesto de 3.5% a las remesas, que forma parte de la Ley Grande y Hermosa (One Beautiful Bill Act), el megaproyecto presupuestario del presidente Donald Trump. 

Esta cifra se ha calculado teniendo en cuenta el total de las remesas recibidas en El Salvador desde Estados Unidos en 2024, cuando desde ese país ingresaron $7,769.16 millones en 12 meses. 

Estados Unidos es el país desde el que se recibe la mayor parte de recursos en El Salvador en concepto de remesas familiares. En 2024, esa nación fue el origen del 91.62%. En un muy lejano segundo lugar está Canadá, con el 0.98%. 

Para el expresidente del Banco Central de Reserva (BCR) Carlos Acevedo, es necesario matizar la cifra, pues inicialmente se ha propuesto que estarán excluidos del impuesto los ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, siempre deberán pagarlo en el momento de hacer la transacción, a pesar de que luego se les restituya. Esta medida puede desincentivar el envío, agrega.

"Yo calculo que serán unos $200 millones", dice Acevedo. 

VER: | Impacto del impuesto a las remesas aprobado en el Congreso de EE.UU.

Para Miguel Gutiérrez, empresario guatemalteco y economista perteneciente a la Fundación Economía para el Desarrollo, si bien es un impuesto relativamente bajo, puede tener cierto impacto en las economías nacionales de los países de Centroamérica, dado el alto porcentaje de las remesas con respecto al Producto Interno Bruto (PIB). 

En El Salvador, por ejemplo, en el 2024 las remesas recibidas representaron el 22% del PIB. El impuesto pagado al Gobierno de Estados Unidos rondaría el 1% del tamaño de la economía salvadoreña. 

La producción de un país se distingue del ingreso nacional y esto último se conforma de lo producido más lo recibido desde el extranjero, como las remesas o donaciones. Por lo tanto, Gutiérrez opina que es muy poco probable que el impuesto vaya a impactar en la producción local, pero si lo hará en el consumo. 

"El impacto dependerá del que envía, si decide absorber este costo extra. Pero, teniendo en cuenta que se trata de un impuesto a las transacciones financieras, lo que va a pasar también es que la gente va a intentar evitar el impuesto a través de otras vías", añade Gutiérrez. 

Una fuente bancaria comentó a El Diario de Hoy que es probable que los salvadoreños en Estados Unidos busquen alternativas para evitar el pago del impuesto. Menciona que una de estas puede ser el envío físico, a través de un encomendero. También menciona que podría optar por darle la ayuda a su familia a través de compras en línea en el supermercado o en otro comercio; o en el abono de saldo para el teléfono. 

Otros analistas han concluido que este impuesto también fomentaría el envío a través de medios ilegales.

Banco Central de Reserva
Las remesas forman parte importante de la economía de muchas familias salvadoreñas. Foto/ Referencia

El impacto del gravamen 

El impuesto a las remesas se perfila como un arma de los republicanos en EE.UU. contra los inmigrantes indocumentados. De aprobarse, según activistas consultados por EFE y El Diario de Hoy hace unas semanas, impulsarían más la inmigración hacia el país y sería catastrófico para países latinoamericanos empobrecidos.

"En lugar de mejorar el panorama de la inmigración indocumentada, estas propuestas lo van a empeorar. Estos legisladores republicanos no tienen en cuenta la raíz del problema, que en la mayoría de casos es la pobreza", dijo a EFE Juan José Gutiérrez, director de la Coalición de los Derechos Plenos para los Inmigrantes.

La directora de la Asociación de Salvadoreños de Los Ángeles (ASOSAL), Teresa Tejada, pronosticó una "catástrofe" para las economías de países centroamericanos si se aprueba alguno de estos impuestos.

También el experto salvadoreño en relaciones internacionales, Napoleón Campos, señaló que la propuesta de impuesto a las remesas es una "materialización de esa ideología antimigrante, de esa visión draconiana sobre la migración".

Añadió que a las autoridades de EE.UU. "no les importa considerar que quienes ganan un salario como trabajadores migratorios ya reciben los descuentos de ley, ya hicieron su aporte con el pago de impuestos federales, estatales, locales; no les importa eso, sino que es ejecutar en el ámbito fiscal otra medida represiva".

Un llamado a la acción 

Para la diputada de la Asamblea Legislativa Marcela Villatoro, el pago del impuesto afectará directamente la economía de El Salvador en esa misma medida, es decir, que entrarán $272 millones menos al año a la economía nacional. 

"La gente va a comenzar a mandar menos dinero... si mandaban $100, ahora van a mandar lo que resta de la operación del remanente menos el impuesto", comenta la parlamentaria. 

Villatoro lamenta que desde la administración de Nayib Bukele no exista ningún pronunciamiento en contra de esta medida. 

Para la diputada, es necesario que desde el Ejecutivo se trabaje por que los salvadoreños no sean objeto de este impuesto, "en lugar de estar buscando encarcelar a más gente", en referencia a los acuerdos para albergar en el CECOT a migrantes salvadoreños y venezolanos con procesos en Estados Unidos. 

Pero la ausencia de pronunciamientos sobre el impuesto a las remesas se repite en el resto de gobiernos afectados, a excepción del mexicano. Su presidenta, Claudia Sheinbaum, ha insistido en que Estados Unidos debe ceder en sus intenciones de gravar las remesas. Además, un contingente de parlamentarios visitaron a su vecino del Norte para negociar la eliminación del impuesto. Por lo pronto, está en manos de Senado la decisión final sobre su aplicación. 

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