Trabajadoras domésticas impulsan sus emprendimientos en el "Mercadito"

Frente a los bajos salarios y la inestabilidad  que enfrentan en su trabajo diario, un grupo de mujeres trabajadoras del hogar remuneradas han encontrado en el emprendimiento una alternativa para mejorar sus ingresos y fortalecer su autonomía económica. 

Con este objetivo, el sábado desarrollaron el "Mercadito SIMUTHRES", espacio en el que ofrecieron variedad de productos elaborados por ellas mismas de manera artesanal. 

La iniciativa es impulsada por el Sindicato de Mujeres Trabajadoras del Hogar (SIMUTRHRES) que busca generar un espacio para visibilizar el talento y esfuerzo de sus afiliadas. 

Lee también: Más de 140,000 trabajadoras del hogar siguen invisibilizadas por el Estado salvadoreño

Jabones con extractos naturales, champús, velas aromáticas, artículos como carteras y bolsos tejidos, ropa y calzado de segunda mano, son algunas de las opciones que ofrecieron al público.

Otra de las líneas disponibles es la de los alimentos y dulces típicos: Elotes locos y sancochados, así como plátanos asados estaban a la venta. No podían faltar, además, las típicas tostadas de plátano y las cocadas, entre otros.

“Muchas de nosotras ganamos entre 170 y 200 dólares al mes, lo cual no alcanza para cubrir las necesidades básicas de nuestras familias. Por eso decidimos emprender”, explica Erika Regalado, secretaria de organización de SIMUTHRES. 

Los productos que ofrecen tienen precios que van desde los $0.25. Los jabones, champú, acondicionadores y lociones, por ejemplo, están elaborados con extractos naturales como avena, arroz, romero y vitamina E. Los precios oscilan entre $3 y $3.50. 

Cada una de estas mujeres recibió capacitaciones en emprendedurismo. A través de SIMUTHRES, con apoyo de otras organizaciones, también se les ha brindado talleres para que aprendan a elaborar diferentes productos. 

Asimismo, se les capacita en temas como derechos humanos y laborales, y en oficios como panadería y cuidado de personas mayores. 

También:  “Me siento útil y motivada de ayudar a otras mujeres”, representante de Simuthres

Una de las organizaciones que les ha brindado apoyo es la Fundación Círculo Solidario, una ONG que trabaja para promover la solidaridad y el desarrollo humano con equidad de género a través de la formación y acompañamiento a las personas y comunidades organizadas. 

“El mercadito es una forma de resistir, pero también de inspirar a otras compañeras”, expuso Regalado.

Doña Morena De León tiene 63 años y se ha desempeñado como trabajadora doméstica desde muy joven. Hace cinco años, señala, empezó con su emprendimiento sobre tejidos. 

"Yo sola aprendí a elaborar carteras y bolsos en crochet. Los hago con hilo de algodón", explica. 

De León también forma parte de un grupo de ocho mujeres que han creado la marca "Aromas de relajación". 

"Inicié mi emprendimiento porque yo necesitaba cómo vivir, porque ya a una persona que pasa de 50 años ya no le quieren dar trabajo. Ahora ya solo hago trabajo doméstico tres días a la semana", comentó. 

Yanira Ramón, de 58 años, habla sobre el proceso de elaboración de los jabones: 

"Usamos glicerina transparente, vitamina E. Preparamos la avena con arroz, es algo que nosotras mismas preparamos, se le saca el extracto y se agrega el espumante", acota.  

"Para nosotros estos espacios nos ayudan, trabajamos en casa de lunes a viernes y en fin de semana podemos aprovechar para generar otros ingresos", dijo Gloria Luz Melara, quien tiene un emprendimiento de dulces típicos y encurtidos. 

El "Mercadito" se desarrolló en la Colonia San Luis, en San Salvador, y estuvo abierto al público hasta el medio día.

Sus organizadoras explican que aunque la actividad se desarrolla desde hace unos años se tuvo en pausa por un tiempo, pero decidieron retomarla.

La proyección es desarrollarlo con una frecuencia quincenal, para ello buscan además el apoyo del gobierno local; de tal manera que se les abra los espacios para poder llevar su iniciativa en diferentes zonas del municipio. 

Además, promueven que más asociadas se animen a participar y a vender sus productos.

Un sector vulnerable

A pesar de que su labor en los hogares es esencial para el funcionamiento de muchas familias —ya que cuidan de niños, personas mayores y del hogar en general— las trabajadoras del hogar denuncian que su trabajo no es reconocido ni valorado como debería.

 “Sin nosotras, muchas personas no podrían ir a sus trabajos, porque no tendrían con quién dejar a sus hijos o a sus padres. Aun así, no se nos garantiza el acceso a prestaciones laborales justas”, denuncian.

Para las participantes, este tipo de iniciativas no solo representan una alternativa económica, sino también un acto de dignificación y empoderamiento para un sector históricamente invisibilizado.

“El emprendimiento no es un lujo para nosotras, es una necesidad para sobrevivir”, concluye doña Morena.

Margarita Munguilla, una de las fundadoras del sindicato y capacitadora, resalta la necesidad de empoderar a las trabajadoras trabajadoras del hogar a través de talleres de autonomía económica (como la elaboración de mermeladas, artesanías, etc). 

Asimismo, hace hincapié en la importancia de superar el silencio laboral y fortalecer la autoestima para abordar sin temor los temas que les afectan.