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Pandillero homicida deberá cumplir condena total de cárcel
El convicto mató a un hombre y fue sentenciado a 25 años de prisión. Deberá continuar en el penal de Izalco luego que un juzgado le negó la libertad anticipada.
José Feliciano Ventura Chicas está encarcelado desde 1999, pagando una pena de 25 años de prisión por haber cometido un asesinato. De acuerdo con documentos judiciales, el convicto por homicidio agravado es miembro de la Pandilla 18.
La víctima de José Feliciano fue Walter Ventura Cabrera.
Al homicida le falta un par de años para cumplir la totalidad de su condena y por ello había solicitado que se lo beneficiara con la libertad anticipada, pero ese beneficio le fue negado por la Jueza Primero de Vigilancia Penitenciaria de Santa Tecla, según informó la oficina de prensa del organismo judicial.
Ventura Chicas deberá continuar pagando hasta el último día de su condena en el centro penal de Izalco, donde purga la sentencia, debido a que “No ha logrado superar los factores que le impulsaron a cometer el delito”, según la resolución de la referida jueza.
De acuerdo con un boletín publicado por la cuenta Centros Judiciales El Salvador, el convicto argumento: “Yo solo pido una oportunidad para reingresar a la sociedad…he aprendido mucho aquí adentro y quiero ayudar a mi familia”.
Sin embargo, la Fiscalía sostuvo en la audiencia especial que el dictamen del consejo criminológico determinó que “el interno es una persona peligrosa para la sociedad y por eso no es procedente que salga en libertad anticipada”.
Otro convicto con similar revés
A otro convicto que le fue negada la libertad anticipada por el mismo juzgado fue a Edwin Geovanny Morán Linares, quien paga con cárcel una pena de siete años de prisión que le fue impuesta por los delitos de lesiones agravadas y posesión y tenencia de droga.
A Morán Linares no le favoreció la recomendación del consejo criminológico, que consignó en su informe que “No ha logrado cambios conductuales, mantiene baja capacidad para evitar riesgos, no cuenta con proyecciones”.
El convicto quiso convencer al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria de Santa Tecla, argumentando que: “Soy una persona pasiva, tranquila, no soy una persona agresiva”. La jueza no le creyó.