Esto debes hacer para no caer en noticias falsas

La desinformación es como una mala hierba, aunque la podamos, siempre vuelve a crecer. Así describe Amparo Marroquín, profesora del Departamento de Comunicaciones y Cultura de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), la exposición a los procesos desinformativos a los que la población salvadoreña se enfrenta a diario.   

La investigadora considera que lo primero que se debe tener en cuenta es que siempre estamos expuestos a noticias falsas, y lo estamos más si utilizamos internet y redes sociales. 

"Tenemos que entender que la desinformación es un resultado de la exposición a una gran cantidad de información, nuestro cerebro no puede procesarla y construye 'atajos', sesgos para decidir lo que es verdadero y lo que no", menciona Marroquín. 

Pero, ¿Cómo se puede contrarrestar todo esto? Marroquín y el analista de datos Omar Luna dan cinco pistas o claves para no consumir información errónea. 

Identificar qué más se ha publicado sobre las noticias que recibimos y revisar las fuentes informativas son dos aspectos esenciales para protegerse ante una plaga de desinformación. 

"Siempre es necesario verificar la información en distintos espacios. Por ejemplo, revisar si la información está publicada en otros medios de comunicación, en otras plataformas: si vi algo en la tele, lo reviso en la web; si vi algo en la web, lo reviso en otros medios o plataformas", explica Marroquín. 

Añade que siempre se debe revisar la fuente de una noticia. Si la nota está publicada en internet verificar si tiene firma o si proviene de algún nombre extraño. 

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Con respecto a ese punto, la docente recuerda que la desinformación es un proceso a través del cual se puede monetizar y cita una nota de la BBC, que reveló que una noticia falsa "que despierta emociones y que llama la atención", puede hacer que un usuario en redes gane hasta $10,000. "(Por eso) debo desconfiar y confrontar la información", advierte.   

Además, enumera algunos filtros que ayudan a saber si algo que está publicado es verdad o no. "Notas firmadas por periodistas, por medios informativos, notas que tienen fuentes y fotografías nos ayudan a saber que algo es verdad, pero cada vez más la desinformación busca imitar esto con historias creíbles y con fotografías alteradas", explica la académica. 

Luna considera, por su parte, que aparte de estos filtros, se deben analizar aspectos esenciales del contenido consumido y hacer algunas preguntas: "¿Fue elaborado con Inteligencia Artificial?, ¿Utiliza expresiones grandilocuentes para resaltar un hecho?, ¿Contrasta información con diferentes fuentes (sitios oficiales, estadísticas, especialistas, entre otros)?". 

Marroquín concluye que para evitar caer en la desinformación es importante exponerse a puntos de vista contrarios a los de cada persona a manera de "ejercitar el cerebro". "Cuando hacemos ejercicio físico, somos capaces de resistir grandes distancias, cuando ejercitamos nuestro cerebro podemos resistir mejor la desinformación. Siempre tenemos que estar alerta y tener herramientas para enfrentarla y mantenerla a raya".  

En el reciente informe del Instituto Reuters, de la Universidad de Oxford, publicado en junio de este año intentaron responder a la pregunta ¿Qué hace la gente cuando ve una información importante, sospecha que puede ser falsa o engañosa y quiere chequearla? 

El estudio realizado en diferentes países proporcionó algunas pistas sobre a qué lugares acude el público cuando quieren verificar una información que sospechan es falsa. 

Según lo descrito por Reuters, la mayoría identifica dos o más fuentes a las que puede recurrir, y los medios de confianza suelen ser una de las más nombradas, o la más nombrada.  

"Aun así, muchos encuestados no acuden a la prensa, y los menos propensos a hacerlo son quienes tienen niveles más bajos de educación y quienes están más desvinculados de las formas convencionales de la política", destacan.