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Costo de la vida- Ilustracion

"Mamá, ¿me compras leche?", el pedido de un hijo que reveló el golpe de un hogar en crisis económica

¿Cuántas veces cientos de familias han enfrentado la escasez en el bolsillo mientras las necesidades se multiplican? ¿Cuándo nos golpea, sin aviso, el alto costo de la vida?

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Por E. Chacón
Publicado el 06 de julio de 2025


Ana recuerda el día en que su esposo le comunicó que había un recorte en la empresa y lo habían despedido. Pasaron de depender de dos sueldos para sostener a la familia a vivir con uno solo. Al principio, confiaban en que, gracias a su experiencia y conocimientos, él encontraría pronto otro trabajo. Pero eso no ocurrió, y tuvieron que enfrentar situaciones que los marcaron para siempre. Este es su testimonio.

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"Ver a mi esposo reparar cada noche los agujeros en los zapatos escolares de nuestro hijo era desgarrador. El niño estaba en la etapa en que los recreos eran para correr, saltar, reír… en fin, para jugar. Pero cada tarde, al volver a casa, el parche del día anterior, una vez más, estaba roto. Así que, luego de acostar al pequeño, su padre tomaba de nuevo el calzado gastado para pegarlo y lustrarlo hasta dejarlo como nuevo. Lo maravilloso de esto es que el 'cipote' jamás pidió otros porque nunca notó que estaban en mal estado.

No recuerdo cuándo pudimos comprarle un par nuevo, pero sí esa sensación de alivio. Y, aunque lo anterior fue doloroso, lo que realmente me desbordó fue cuando ese mismo niño -mi hijo- me pidió leche… y no tenía dinero para comprarla.

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De ese episodio nos acordamos muy bien los tres. Fuimos al supermercado a comprar lo básico, íbamos tan ajustados de dinero que sumábamos el precio de cada producto para no pasar.nos. Al pasar por el pasillo donde estaba la leche, mi hijo -que entonces tenía unos seis años- nos suplicó que compráramos. Para despistarlo, le respondí que después. Él no lo aceptó, se molestó y exigió que se la comprara con el dinero que le habían dado sus abuelos. Pero ya lo había usado para otros alimentos, así que solo apreté los labios para no responder.

No recuerdo cuándo llegamos a la caja a pagar las pocas compras que hicimos. Pero lo que nunca olvido es el eco de su voz reclamando, y apenas salí del supermercado empecé a llorar de impotencia hasta llegar a casa. No fui capaz de explicarles a mi esposo y a mi hijo mis lágrimas interminables; solo al llegar, entre sollozos, pude expresar algo, pero no fue suficiente para aclarar cómo me sentía.

Para muchas familias, el látigo implacable del hambre no ha tenido piedad, y nosotros no fuimos la excepción. Pero siempre, en el camino, apareció una mano amiga que, sin saberlo, calmó nuestro vacío de necesidad.

Sin contarle a nadie nuestra precaria situación económica, amigos cercanos comenzaron a llegar sin explicación alguna con guineos, plátanos y frijoles. Uno de esos gestos que jamás olvidaré ocurrió cuando llegué a mi trabajo, angustiada por no tener qué darle de comer al niño al día siguiente. Una persona me abordó sonriente: "Mi mami le manda algo", y de la nada me entregó una gallina. Esas ayudas inesperadas eran, sin duda, una respuesta del cielo en el momento preciso.

Enfrentar el desempleo es una de las pruebas más duras para una pareja. El estrés, la presión y la frustración de no poder resolver los problemas económicos pueden fracturar a la familia... o hacerla descubrir sus fortalezas: apoyarse mutuamente, fortalecer la fe y buscar alternativas para superar la crisis.

Fueron esos días difíciles los que nos motivaron a sembrar en macetas en el pequeño patio de nuestra casa. Cultivamos moras, espinacas y otros alimentos que llegaron a nuestra mesa. Incluso tuvimos gallinas. Por bendición, todo prosperó.

Esas difíciles lecciones de la vida nos moldearon, y hoy se han convertido en anécdotas que recordamos, y le agradecemos a Dios por lograrlas superar.

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Tarjetas de crédito como "salvavidas"

La vida es un largo camino. Tiene días de tormentas y otros con un sol espléndido; similar como cuando tenemos trabajos estables, salarios arriba del mínimo (en El Salvador el nuevo salario mínimo a partir de junio de 2025, es de $408.80 al mes).

En nuestro caso, pasaron algunos años para conquistar una estabilidad económica y laboral. Pese a ello tropezamos con algunas trampas que nos hicieron tambalear, incluso a nosotros que vivimos momentos de adversidad.

Existe una realidad que miles de asalariados experimentan: las tarjetas de crédito tocan a la puerta. Pero aclaro que no son malas en sí, sin embargo la falta de educación financiera las convierte en una trampa y esto provoca que caigamos en un círculo vicioso donde nos endeudamos y luego usamos gran parte de nuestro salario para hacer los pagos mensuales del plástico, y así evitar caer en números rojos.

Nosotros también aprendimos esta lección para no dar el famoso "tarjetazo" por antojos, paseos o un gustito porque "me lo merezco". O en el mejor de los casos, administrarla para pagar medicinas, educación o imprevistos.

Precisamente durante nuestros tiempos de bonanza donde las finanzas nos permitían comer fuera de casa, descubrimos que alguien de mi familia padecía de diabetes.

Por eso creo que la parte económica, tanto en los días de escasez como en abundancia, pone a prueba a las parejas y también marca a los hijos, influyendo incluso en su vida adulta. ¿Ustedes también han atravesado situaciones financieras que les marcó la vida?", pregunta Ana, mientras concluye el relato de su experiencia.

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