Falta de alineación entre educación y empleo afecta desarrollo económico
En El Salvador, esa desconexión entre los programas educativos y las necesidades reales del mercado laboral sigue siendo uno de los grandes desafíos estructurales, dice experto.
La desconexión entre la oferta educativa técnica y profesional y las necesidades reales del mercado laboral sigue siendo uno de los grandes desafíos estructurales que enfrenta El Salvador. Así lo advirtió Jeser Candray, doctor en educación matemática e investigador en Educación y Educación Matemática en el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.
Sus palabras coinciden con los hallazgos del Séptimo Informe Estado de la Región 2024, primer volumen, que analiza el perfil educativo y las competencias laborales en Centro América y República Dominicana (CARD), donde se exponen que hay un bajo nivel educativo de la población trabajadora y puestos de trabajo mal remunerados y sin garantías laborales.
A pesar del crecimiento sostenido en la creación de empleo en estas naciones, los avances resultan insuficientes para atender la creciente demanda laboral, especialmente entre jóvenes y mujeres, expone el estudio publicado en agosto del año pasado.
El estudio muestra que los sectores económicos que más empleos generan son la construcción, comercio e industria, los que concentran entre el 72% y el 90% de los nuevos puestos laborales creados entre 2018 y 2022.

Sin embargo, la calidad del empleo sigue siendo baja, puesto que muchos trabajadores reciben ingresos por debajo del salario mínimo, carecen de protección social y laboran en condiciones de informalidad.
El panorama se agrava ante un mercado laboral que exige nuevas competencias, especialmente digitales, técnicas y socioemocionales, añade, mientras los sistemas educativos de la región aún no logran responder con la agilidad necesaria.
No obstante, revela el estudio, si bien la educación y formación técnica profesional (EFTP) ofrece mejores oportunidades de empleo, que a quienes han cursado hasta la educación media, esta oferta educativa todavía no se alinea adecuadamente con las necesidades del sector productivo.
Uno de los grandes desafíos para El Salvador
El doctor Candray afirmó que el país aún carece de una apuesta clara sobre qué modelo económico quiere seguir, lo que repercute directamente en el diseño y adecuación de sus programas educativos y de formación.
Añade que este es un tema que ha estado en discusión desde hace un buen tiempo entre el sector productivo y las autoridades del Ministerio de Educación, no obstante, "todavía no hay un alineamiento entre las exigencias del sector laboral y la oferta que se da en las universidades", indicó el especialista.

A su juicio, uno de los problemas centrales es que El Salvador no ha definido con claridad hacia dónde va su estrategia productiva.
"¿Estamos apostando al turismo? ¿A la tecnología? ¿A la agricultura? No está claro. Incluso se han lanzado iniciativas como el bitcoin o cuestiones relacionadas a la energía nuclear, para las que no tenemos personal preparado", advirtió. Durante los gobiernos de Arena, el país se alineaba a un sistema económico más de servicio,
ejemplifica.
Para el académico, esta falta de rumbo, sumada a la percepción de los jóvenes sobre las pocas oportunidades reales de empleo, estaría motivando incluso una caída en la matrícula universitaria.
"Antes los estudiantes se daban cuenta de la crisis laboral hasta que se graduaban. Ahora, con la inmediatez de la tecnología, saben que lo que estudian muchas veces no les garantiza empleo", explicó.
"La juventud percibe que los programas están desactualizados y no conectan con las oportunidades reales de empleo", añade el Informe Estado de la Región 2024, que advierte sobre la urgencia de modernizar la educación y formación técnica profesional en los países.
"Existe un vacío en la oferta de formación técnica especializada"
Ante esta realidad, dice el experto, en el país se observa una creciente preferencia por carreras cortas y técnicas que prometen una inserción laboral más rápida. Sin embargo, también existe un vacío en la oferta de formación técnica especializada, agravado por el cierre de iniciativas como el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP), la falta de continuidad de programas como los Megatec y la falta de información clara sobre el funcionamiento del nuevo Instituto Nacional de Capacitación y Formación (INCAF).
"El problema no es solo académico. Es estructural. El país necesita un acuerdo nacional entre universidades, sector privado, gobierno y sociedad civil que defina un modelo económico al que se le apueste de forma sostenida en los próximos 30 años", recomendó el experto.
A su juicio esto también tiene que ver con una reconfiguración del mercado laboral, algo que en El Salvador todavía se da de manera lenta al no estar influenciado por la actualización de las tecnologías en el campo laboral, "pero que le llegará en algún momento".
En tanto añade que la apuesta también pasa por indagar si las universidades, incluso, están ofreciendo más carreras técnicas para atender la demanda.
Al consultarle si puede llegar a ser posible la construcción de ese acuerdo o consenso entre los diferentes actores, Candray se refirió a la incertidumbre jurídica y económica que prevalece en el país, lo que califica como otro de los obstáculos.
"Cambios como la actualización del salario mínimo que tiene su origen en un simple tuit generan inseguridad y minan la confianza de los inversionistas (...) ¿Con qué criterio se incluyó el salario mínimo? Estamos claros que el salario mínimo es una parte pequeña dentro de la economía, pero incide en un sector de la economía.", criticó.
"Tenemos una asamblea que hoy dice una cosa y mañana sale con otra", continuó.
El académico señaló que esta falta de alineación entre educación y empleo no es un fenómeno exclusivo de El Salvador, pero mientras otros países avanzan en estrategias claras de formación vinculadas al desarrollo, "aquí estamos invirtiendo recursos públicos en formación sin una idea clara de para qué estamos educando", sostuvo.
A nivel regional, dice el informe, deben crearse prioridades para revertir este panorama.
El estudio plantea recomendaciones como fortalecer la cobertura de la Educación y formación técnica profesional, actualizar la oferta curricular según las tendencias del mercado, formar más docentes especializados y mejorar los sistemas de seguimiento y evaluación. Además de fortalecer capacidades institucionales y el marco normativo para garantizar calidad y adaptabilidad del sistema educativo técnico.
"Es imprescindible cerrar la brecha entre educación y empleo si queremos evitar que millones de personas siguen atrapadas en un ciclo de baja escolaridad, empleos precarios y pobreza", dijo Jorge Vargas Cullell, director del Programa Estado de la Nación, de Costa Rica, donde se desarrolló el estudio.
Este resalta la importancia del tema en un contexto regional de envejecimiento poblacional y transición demográfica, donde elevar la productividad laboral mediante educación pertinente y de calidad es uno de los principales retos para el desarrollo humano sostenible en Centro América y República Dominicana.

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