Conferencia Episcopal presenta una Carta Pastoral: Un mensaje al gobierno en su aniversario

Se trata de la Carta Pastoral: “Una voz que con esperanza clama en el desierto” (Jn 1,23) presentada el 29 de mayo de 2025, en ocasión de la celebración de San Pablo VI, pero con un fuerte mensaje frente a la coyuntura actual a las autoridades de gobierno

La carta –con dos capítulos y una conclusión- está centrada en una idea de la “iglesia que peregrina con los pies en la tierra”, y parte con una cita significativa de la cíclica “Populorum Progressio” de Pablo VI: “Verse libres de la miseria, hallar con más seguridad la propia subsistencia, la salud, una ocupación estable; participar todavía más en las responsabilidades, fuera de toda opresión y al abrigo de situaciones que ofenden su dignidad de hombres; ser más instruidos; en una palabra, hacer, conocer y tener más para ser más” (PP 6)

Los obispos, como centinelas espirituales y también preocupados por las cosas terrenas alertan preventivamente ciertas preocupaciones en tres ámbitos: Social y cultural, económico y político

Capítulo I: Con los pies en la tierra

En lo social y cultural: La reunificación escolar –citando a Alberto Masferrer- no está respondiendo a los desafíos de las necesidades de cobertura y calidad del sistema escolar; además solicitan priorizar lo educativo sobre otros temas para lograr la verdadera inserción exitosa en la cuarta revolución industrial o digital. La carta aporta datos preocupantes, solo el 14 % de los estudiantes llegan al nivel superior, entre otras evidencias. 

En materia de salud, los obispos señalan la necesidad de descentralizar los servicios acercándola a la población en lugar de centralizándola; haciendo un llamado, además, a equipar los centros sanitarios y capacitar a su personal para lograr un servicio de calidad y con calidez. 

DE INTERÉS: Rodolfo Cardenal SJ: "En la iglesia que imaginó el Papa Francisco todos tienen cabida"

Por otra parte, los obispos felicitan los logros en seguridad, pero demandan espacios de esparcimiento, arte, cultura y deportes para los niños y jóvenes; acceso a educación y formación técnica “pues la pobreza y falta de oportunidades conducen a la ignorancia, a la violencia, al odio de clases y, por ende, a la criminalización…” (1.1.3)

Añaden, además, revisar los casos “con gran objetividad” de las personas que están en prisión, para que los inocentes sean liberados a la brevedad. No colaborar con el colonialismo y el trato indigno a los migrantes, ya que éstos “no son delincuentes ni criminales” sino personas que buscan oportunidades, como nuestros compatriotas en otros países. Asimismo, llaman a no promover nuestras cárceles a nivel internacional, y agregan: “les rogamos que piensen bien lo que hacen”. Exigen que no se persiga a los defensores de Derechos Humanos, y solicitan, sobre los que están detenidos, estudiar los casos y ponerlos en libertad.

En otro orden de lo social retoman el tema de medio ambiente, denunciando es descuido y abandono de nuestros recursos y proporcionando una serie de datos y evidencias alarmantes, por lo que exigen: reforestación, limpieza de ríos y lagos, derogar la Ley de Minería, escuchar las voces de los ambientalistas –evitando su persecución y encarcelamiento-.

En lo económico: Señalan la alta tasa de desempleo y los despidos que se han conocido en los últimos meses, aspectos que generan “pauperización de los más pobres”; añaden, además, la situación del sector informal asociada a los desalojos. Valoran positivamente el aumento reciente al salario mínimo, pero esto es insuficiente para el sector agrícola, el cual además padece problemas productivos asociados al cambio climático; en este contexto hacen un llamado a apoyar a los agricultores con tecnificación, subsidios, promoción comercial, respeto a sus tierras y capacitación.

Otras ideas importantes que demandan los obispos es la creación de una Ley de Seguridad alimentaria y subsidio a la canasta básica. Asimismo, señalan a las autoridades el principio que no se ha hecho al ser humano para el trabajo sino al trabajo para la persona, respetando sus derechos humanos, salario digno, condiciones de trabajo adecuadas y dignas. Finalmente, en lo económico, lamentan la pérdida del poder adquisitivo de los salvadoreños (as)

PUEDE LEER: Dra. María Isabel Rodríguez: "No se cansen de imaginar, creer en sí mismas y trabajar duro"

En lo político: Citando al Papa Francisco, los obispos nos recuerdan que los funcionarios del Estado brindan un servicio al pueblo “la política no es el mero arte de administrar el poder, los recursos o las crisis. La política no es mera búsqueda de la eficacia, estrategia y acción organizada. La política es vocación de servicio, diaconía laical que promueva la amistad social para la generación del bien común (…) el político está en medio del pueblo y colabora con este medio u otros a que el pueblo que es soberano sea el protagonista de su historia”.

Solicitan con claridad la derogación del estado de excepción, pese a su éxito pasado en el contexto actual ya no es necesario. Demandan, además, una “política familiar” para recuperar el tejido social destruido por la violencia, iniciando una nueva política social.

Capítulo II: Desde el bien y la unidad

Incluye en este apartado la necesidad de escuchar verdaderamente al pueblo; el fomento al diálogo y a la escucha de los otros; procurar el bien común con un lenguaje propositivo, respetuoso e inclusivo, primando el bien de la sociedad sobre los intereses particulares. Incluso, el texto indica: “Como lograrlo, ese es el reto que ustedes tienen ante sí…”, lo cual implica un llamado directo a los gobernantes.

La carta concluye afirmando: “No es nuestro deseo contradecir a las autoridades nacionales (…) tampoco lo hacemos con un interés ideológico partidista ni por intereses de grupos de poder. Lo que nos mueve verdaderamente es el bien del pueblo. Con nuestra voz queremos hacer audible el clamor del pueblo pobre y de las grandes mayorías cuyos derechos son vulnerados”.

La carta, sin lugar a dudas, revive la voz de San Oscar Romero y de una iglesia aún vibrante y activa.