El barbero venezolano de Aragua confinado en el CECOT

Mirelys Casique es la madre de Francisco Javier García Casique, de 24 años, originario de la ciudad de Maracay, estado de Aragua. Él es uno de los 238 venezolanos que el sábado 15 de marzo, en la noche, llegaron a El Salvador, procedente de Estados Unidos, para ser encarcelados en el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (CECOT), señalados de pertenecer a la banda delincuencial Tren de Aragua.

Desde el sábado a la medianoche, la vida de Mirelys le dio un vuelco, al enterarse en las redes sociales y noticieros que un avión repleto de venezolanos había aterrizado en El Salvador, donde los encerraron en una cárcel especialmente construida para confinar pandilleros y terroristas.

Mirelys esperaba a su hijo porque en la última llamada que le hizo el sábado a media mañana, éste ya se lo había dicho que llegaría entre sábado y domingo; que él iba en el segundo grupo. “Tranquilo hijo que con el favor de Dios usted viene para su país”, le dijo ella a manera de despedida.

Aquella noche del sábado, a Mirelys le inquietó la información que tanto funcionarios estadounidenses como el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, daban sobre el contingente de venezolanos: los 238 eran terroristas, miembros de la peligrosa banda Tren de Aragua.

Mirelys se quedó pensativa en lo que había leído y escuchado. Aunque sabía que su hijo no era ningún delincuente, presentía que los venezolanos que esperaban que llegaran a Venezuela realmente habían sido enviados a El Salvador, etiquetados todos como miembros del Tren de Aragua.

El domingo, Mirelys y sus hijos comenzaron a buscar imágenes en redes sobre los venezolanos enviados a El Salvador, hasta que identificaron a Francisco por los tatuajes que tenía en los brazos, que son los nombres de sus abuelas, los nombres de sus hermanos. Así fue que lograron identificarlo.

“Hasta el día de hoy no hemos recibido información; no hay ningún pronunciamiento de parte del gobierno de El Salvador, a qué personas tienen, aunque ellos dicen que tienen pandilleros y personas del Tren de Aragua, pero eso es falso porque mi hijo no es del Tren de Aragua, no es ningún delincuente, mi hijo no es pandillero”, afirmó la venezolana.

En la noche del sábado anterior, tanto funcionarios estadounidenses como el presidente salvadoreño aseguraron que los 238 venezolanos eran terroristas, miembros de la peligrosa banda Tren de Aragua. Pero pocas horas después trascendió que no todos eran delincuentes, que 101 de los 238 eran personas deportadas bajo las leyes migratorias, por haber entrado a Estados Unidos de manera ilegal. 

Uno de esos 101, según Mirelys es Francisco Javier, un joven que entró a Estados Unidos el 18 de diciembre de 2023, por el paso fronterizo de Piedras Negras, donde se sometió a un proceso judicial para solventar su situación migratoria.

Lee también: Trump incluye a 101 deportados venezolanos, no criminales, entre enviados al CECOT

"Mi hijo no es delincuente..."

“Mi hijo entró por un canal humanitario pero tuvo un tropiezo porque perdió su primera cita judicial”, apuntó.

El 22 de abril de 2024, un juez lo puso en libertad tras haber firmado una orden de deportación. “En esta oportunidad vas libre porque tú no representas un peligro para la sociedad”. Desde entonces mi hijo estaba en Estados Unidos y no había tenido ningún problema porque acudía a todas las citas. Pero los problemas comenzaron con el cambio de gobierno. 

El Gobierno de Estados Unidos los mete en un solo saco a todo el mundo pero con base a qué… si Estados Unidos sabe que él estaba allá; Estados Unidos le tomó huellas a mi hijo; mi hijo estaba en un proceso, con un grillete, ellos sabían quién era mi hijo y todo el tiempo que estuvo allí. De qué hablan, de qué lo acusan”, expuso Mirelys.

“El gobierno de El Salvador está haciendo un silencio castigador contra personas que son víctimas de una situación; yo estoy hablando de forma general, en plural, porque somos muchos venezolanos que estamos viviendo esta situación, pero a nivel personal, mi hijo no es un delincuente”, aclaró.

Mirelys afirmó que su hijo siempre se ha dedicado a la barbería, oficio en el que lleva varios años, prácticamente toda su vida laboral ha ejercido este oficio; lo hizo mientras vivió en Perú y eso mismo hacía en Estados Unidos.

“Quiero justicia, quiero que le respeten sus derechos a su inocencia. Está violando su derecho a integridad física y psicológica. El no tiene antecedentes aquí en su país; no tiene antecedentes en Perú, donde vivió por un tiempo, tampoco los tiene en Estados Unidos. Lo que corresponde es que lo manden a su país”, dijo Mirelys a El Diario de Hoy.

Una entrevista en Facebook, en el sitio llamado La Estación A.C., de México, publicada el 30 de septiembre de 2023, Francisco narró a grandes rasgos cómo fue su travesía desde que salió de Perú, donde trabajaba como barbero, hasta llegar a México. En la misma indica que viajaba solo y que en Jalisco estuvo a punto de perder la vida cuando se cayó del tren que abordó. Afortunadamente, los golpes que sufrió no fueron tan graves. 

El lunes anterior, una mujer peruana que asegura ser la dueña de la barbería donde Francisco trabajó por varios años como barbero, lamentó que simplemente por tener tatuajes lo hayan enviado a una cárcel salvadoreña señalado de ser miembro del Tren de Aragua.

“El se fue a Estados Unidos para tener un mejor futuro. Juntaba centavo a centavo para poder lograr su sueño de irse a trabajar allá de barbero; porque era un buen barbero. Es un chico muy habilidoso. Pido a las autoridades que no malogren a los jóvenes sanos”, afirmó la peruana.