EE.UU. sanciona al juez brasileño que impuso medidas cautelares a Bolsonaro
Las sanciones financieras se enmarcan en la Ley Magnitsky, que autoriza al Gobierno estadounidense a sancionar a ciudadanos extranjeros.
Estados Unidos sancionó este miércoles al juez del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes, quien impuso una serie de medidas cautelares al expresidente Jair Bolsonaro, procesado por intento de golpe de Estado, como el uso de una tobillera electrónica y la prohibición de usar redes sociales.
El Departamento del Tesoro detalló en un comunicado que las sanciones financieras se enmarcan en la Ley Magnitsky, que autoriza al Gobierno estadounidense a sancionar a ciudadanos extranjeros implicados en actos de corrupción o violaciones a los derechos humanos.
Se trata de una nueva medida de presión por parte de la administración del republicano Donald Trump, aliada de Bolsonaro (2019-2022), que el pasado 18 de julio ya revocó el visado a De Moraes y le prohibió entrar a territorio estadounidense.
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Como resultado de las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, todos los bienes y participaciones de Moraes que se encuentren en Estados Unidos o que estén en poder quedan bloqueados. Y prohíben a ciudadanos estadounidenses realizar cualquier transacción con ellos.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, acusó en un comunicado a De Moraes de ser "el responsable de una campaña represiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y procesos judiciales politizados, incluido contra el expresidente Jair Bolsonaro".
"Se ha tomado la libertad de ser juez y jurado en una caza de brujas ilegales contra ciudadanos y empresas estadounidenses y brasileñas", añadió.
Bessent advirtió además que Estados Unidos "seguirá exigiendo responsabilidades a quienes amenacen los intereses estadounidenses y las libertades de nuestros ciudadanos".
El anuncio del Tesoro se produce después de que De Moraes impusiera varias medidas cautelares a Bolsonaro, como el uso de una tobillera electrónica, la prohibición de usar redes sociales o un toque de queda nocturno, es decir, la obligación de pasar las noches y los fines de semana en su casa.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, aumentó la presión en otro comunicado. "Estados Unidos utilizará todos los instrumentos diplomáticos, políticos y legales apropiados y eficaces para proteger la libertad de expresión de los estadounidenses de actores extranjeros maliciosos que intentan socavarla", advirtió.
Bolsonaro, muy cercano a Trump, está acusado de liderar, junto con varios de sus colaboradores, entre ellos antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, que ganó Luiz Inácio Lula da Silva.
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Según la Fiscalía brasileña, Bolsonaro incurrió en los delitos de "golpe de Estado", "organización criminal armada", "tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho", "daño cualificado por violencia grave o amenaza" y "deterioro de patrimonio protegido".
Trump, que ha calificado de "cacería de brujas" el proceso judicial contra el expresidente Bolsonaro, anunció aranceles del 50 % sobre Brasil como medida de presión.
Este no es el único caso reciente en el que Washington se ha involucrado en procesos judiciales en América Latina: también condenó el fallo contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe por fraude procesal y soborno en actuación penal.

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