Trump dice que puede facilitar el retorno de Kilmar Ábrego a Estados Unidos, pero no lo hará
Las palabras de Trump dejan en entredicho a sus más cercanos funcionarios que han alegado que el gobierno estadounidense no tiene capacidad para traer a Ábrego nuevamente a EE.UU. Además, desconocen la orden de la Suprema Corte y de jueces federales de “facilitar” el regreso del salvadoreño, deportado el 15 de marzo por un confesado “error administrativo” y recluido en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que podría facilitar el retorno del salvadoreño Kilmar Ábrego ese país, pero no lo hará, en contravención a una orden de la Suprema Corte de EE.UU.
“Con todo el poder de la presidencia, podría llamar al presidente de El Salvador y decirle: ‘Que lo devuelvan’… Y si él (Ábrego) fuera el caballero que usted dice que es, lo haría, pero él no lo es", declaró al ser entrevistado por Terry Moran, de ABC News.
Las palabras de Trump dejan en entredicho a sus más cercanos funcionarios que han alegado que el gobierno estadounidense no tiene capacidad para traer a Ábrego nuevamente a EE.UU.
Además, desconocen la orden de la Suprema Corte y de jueces federales de “facilitar” el regreso del salvadoreño, deportado el 15 de marzo por un confesado “error administrativo” y recluido en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT).
Kilmar Ábrego emigró a Estados Unidos con apenas 16 años para huir de las pandillas de El Salvador. Pero ahora, a los 29, terminó preso en la temida megacárcel de pandilleros de su país, adonde llegó encadenado con otros 260 deportados por el gobierno de Donald Trump.
Fue detenido frente a su niño de cinco años cuando salía de una tienda en Maryland, en el noreste de Estados Unidos, donde vivía con su esposa estadounidense y otros dos hijos de ella.
Setenta y dos horas después, el 16 de marzo, llegaba a San Salvador en medio de un impresionante despliegue de seguridad, junto a 238 venezolanos y otros 22 salvadoreños acusados de integrar las bandas Tren de Aragua y Mara Salvatrucha (MS-13).
El gobierno de Trump lo acusa de ser parte de la MS-13, sin dar pruebas. Pero un juez de inmigración le dio en 2019 una protección legal para que no fuera deportado por estimar que corría peligro en su país.
Sentado junto a Trump, en la Casa Blanca, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, su aliado más fiel en América Latina, aseguró el lunes que era "absurdo" devolver a un "terrorista" a Estados Unidos.
Ábrego es hoy símbolo de la política antiinmigración que ejecuta Trump con el apoyo de Bukele, quien asegura haber hecho de El Salvador "el país más seguro del hemisferio occidental" con su guerra antipandillas.

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