Daniel Ortega juramenta 30,000 paramilitares represores encapuchados en Nicaragua
Desde hace algunas semanas, unos 50.000 hombres y mujeres de varias provincias se han integrado a este "cuerpo auxiliar y de apoyo" a las fuerzas de seguridad.
El régimen de Nicaragua juramentó a 30.000 civiles encapuchados como "policías voluntarios", quienes son considerados por la oposición como paramilitares destinados a colaborar en tareas de represión política.
Vestidos con camiseta blanca y pantalón negro, los encapuchados formaron filas al anochecer en la Plaza de la Fe en Managua, la capital del país, para jurar con la mano en alto ante el presidente Daniel Ortega y su esposa, la "copresidenta" Rosario Murillo.
La "policía voluntaria" fue creada como parte de una amplia reforma a la Constitución, sellada el 30 de enero por un Congreso controlado por el gobernante Frente Sandinista (FSLN).
El periódico digital Confidencial dijo que se ha quintuplicado la fuerza policial en Nicaragua con más de 28,400 oficiales y 76,800 "voluntarios", la mayoría empleados públicos disfrazados, que constituirían su propio ejército represivo de paramilitares, afirman especialistas.
Desde hace algunas semanas, unos 50.000 hombres y mujeres de varias provincias se han integrado a este "cuerpo auxiliar y de apoyo" a las fuerzas de seguridad.
En un informe publicado en Ginebra este miércoles sobre derechos humanos en Nicaragua, un grupo de expertos de la ONU indicó que "el Gobierno reclutó a excombatientes, militares y policías retirados, jueces y empleados públicos, para que se unieran a la 'policía voluntaria'".
"Los llamados 'policías voluntarios' [...] evocan el papel nefasto de los grupos enmascarados que protagonizaron la represión letal de las protestas antigubernamentales de 2018", dijo a la AFP Reed Brody, uno de los expertos.
Durante esas protestas, que según la ONU dejaron más de 300 muertos, hombres encapuchados fuertemente armados, que el gobierno llamó el "pueblo", intervinieron para retirar las barricadas que habían colocado en las calles los manifestantes, buena parte de ellos universitarios.
Murillo, quien también ocupa el cargo de "copresidenta" según la reciente reforma constitucional, calificó a estos reclutas de "guerrilleros de la paz".
En este contexto, la creación de esta fuerza de "policías voluntarios" podría ser interpretada como un paso más en el proceso de consolidación de un régimen de control absoluto, donde la represión de cualquier oposición, tanto interna como externa, parece estar en aumento.
Juramentan jefe de policía a consuegro
En el mismo acto, Ortega y Murillo tomaron juramento al jefe de la policía, comisionado Francisco Díaz, para continuar por otros seis años en su cargo, que asumió en 2018 en medio de las protestas.
Díaz es consuegro de la pareja presidencial y está sancionado por Estados Unidos.
Brody expresó que "estos grupos ahora se suman a la Policía Nacional y al Ejército, que, según la nueva Constitución, puede ser desplegado en tareas policiales, consolidando así el poder represivo del gobierno".
Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, está en el poder desde 2007 y sus críticos lo acusan de instaurar una "dictadura familiar", junto a su esposa, de 73 años.
Ortega repasó en un discurso pasajes de la vida del sandinismo y recitó algunas consignas, coreadas por los "policías voluntarios".
ONU denuncia al régimen
El Grupo de Expertos de Derechos Humanos sobre Nicaragua, creado por la ONU, denunció que el régimen ha asumido poderes totales e instó a demandarlo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por privar de la nacionalidad a nicaragüenses.
En vista de esto, Ortega anunció este jueves su retirada del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La entrada en vigor de la reforma constitucional en Nicaragua, que eliminó la división de poderes y aumentó la concentración de poder de Ortega y Murillo, "es una sentencia de muerte para el Estado de Derecho", subrayó a EFE Reed Brody.

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