Camboya y Tailandia: riesgo de conflagración en Asia del Sureste

¡Asia del Este parece tomar fuego!  

Enfrentamientos violentos han ocurrido toda la semana en la frontera entre Tailandia y Camboya. Posiciones militares camboyanas han sido atacadas por aviones tailandeses mientras una escalada verbal apareció. El primer ministro interino del Reinado tailandes afirmó “proteger la soberanía” nacional mientras su homólogo camboyano, Hun Manet, denunció “una agresión militar”, llamando a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.  

¿Pero por qué el nivel de tensiones subió tanto entre los dos países, Reinados de Asia del Sureste? 

Todo empezó el miércoles pasado, cuando un soldado tailandes perdio su pierna sobre una “mina quita-pie” en la frontera entre los dos países. Camboya ha sido un país en el cual millones de minas antipersonal han sido depositadas durante decenios de guerra. Hoy en día, está acusado por Tailandia de haber instalado unas minas que provocaron la muerte del soldado. Según una investigación, Bangkok establece la responsabilidad de Phnom Penh, que rechaza la acusación, haciendo recordar que las zonas de fuertes tensiones sufren de una presencia de minas antipersonal relacionadas “a antiguos conflictos”. Reforzamiento militar regionalmente, reducción de las relaciones diplomáticas bilaterales… Las relaciones bilaterales atraviesan un momento difícil. 

Las fronteras, heredadas de la Indochina francesa (de 1867 hasta 1954 con el Laos, Vietnam y Camboya contemporáneos) están en el centro de tensiones, las cuales alcanzaron estos últimos días un nivel de violencia que no se había visto desde más de 15 años. En 2008, los combates ocurrieron alrededor del templo de Preah Vihear, inscrito en el patrimonio mundial de la Unesco. Habían provocado el exilio de decenas de miles de personas. Hoy en día, las tensiones se encendieron a raíz de un choque militar que provocó la muerte de un soldado camboyano en una región llamada “el triángulo de las Esmeraldas”. 

Las disputas continuas siguen en el norte de Camboya, por las provincias de Surin (Sur este) de Tailandia, Oddar Meanchey para Camboya. Entre acusaciones de violación de la integridad territorial para Phnom Penh (capital de Camboya) y una respuesta a las acciones militares para Bangkok, la situación está inflamable. 

La crisis tiene repercusiones inmediatas: Camboya suspendió importaciones de productos tailandeses. mientras que Bangkok controla más los intercambios fronterizos. En Tailandia, la Primer Ministra saliente, Paetongtam Shinawatra, ha sido sospendida de sus funciones  a raíz de conversaciones telefónicas controvertidas en junio pasado, con el “hombre fuerte” de Camboya, Hun Sen, Presidente del Senado, el primer ministro durante más de 30 años, y padre del jefe de gobierno actual, para prevenir una escalada entre ambos países. Quejas por “violación a la seguridad nacional” podrían llevar a la destitución de la primera ministra si lo decide la Corte constitucional. 

China declaró “estar profundamente preocupada” por este aumento de violencia y llamó a los dos países, socios económicos regionales, a arreglar a través de la vía diplomática sus divergencias. 

De igual manera, Malasia, actualmente encargada de la presidencia de la Asociación de las Naciones de Asia del Sur Este (ASEAN). Todos conocen la sensibilidad de las relaciones entre ambos países relacionado a la definición de las fronteras comunes, largas de 800 kilómetros. 

Pero nunca se había alcanzado el nivel de tensión que se vive actualmente: el primer ministro Hun Manel decidió instaurar a partir de 2026 el servicio militar obligatorio, justificándose con las relaciones degradadas con Tailandia. La región de Asia del Sudeste, abriéndose sobre el mar sur de China, es esencial para China: al nivel comercial por supuesto, tanto como en materia de influencia y presencia de seguridad. 

Filipinas -cuyo presidente Ferdinand Marcos Jr. acaba de realizar una visita oficial en los Estados Unidos- Malasia e Indonesia están frente a la parte terrestre del Sudeste Asiático, constituyendo un bloque de alianzas estadounidense, mientras China reforzó sus posiciones territoriales. Las tensiones entre Bangkok y Phnom Penh hacen correr el riesgo de una escalada bilateral, posicionando a China como un posible mediador y país estabilizador, mientras la región indo-pacífica queda sensible; de la península coreana en el Norte frente a Japón, al Mar de China en el Sur, puesto bajo presión con las tensiones entre Tailandia y Camboya, obligando a países como Vietnam a estar muy atentos a la evolución de la situación. 

Pascal Drouhaud / Especialista en relaciones internacionales / Presidente de LATFRAN (www.latfran.org)