El santuario de cactus de Francisco Baños con más de 600 especies
Francisco Baños es un ingeniero agrónomo que resguarda una colección de 600 cactus en el jardín de su casa, algunos con 30 años de existencia

Francisco Baños es un ingeniero agrónomo salvadoreño, con 57 años de edad. En 1990 recibió un cactus como obsequio y desde entonces, la reproducción de estas plantas pasó de ser un hobbie a su rutina diaria. Foto EDH/Emerson Del Cid 
"Me identifico con los cactus, porque realmente yo puedo estar acá (en el vivero o en la colección) sudando y todo lo demás. Somos resilientes, me adapto a los cambios". Foto EDH/Emerson Del Cid 
Actualmente, el cactus más antiguo que posee es este "asiento de suegra" conocido popularmente, con 34 años de edad. Su nombre científico es "Kroenleinia grusonii". Foto EDH/Emerson Del Cid 
Por etapas los cactus brindan una flor que destaca sobre las espinas. Este pertenece a la Mammillaria, los cuales son originarios de México. Foto EDH/Emerson Del Cid 
El "Cactus de San Pedro" o "Garambullo" resalta por su peculiar forma. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Las espinas de estos cactus suelen generar formas geométricas y simétricas. Foto EDH/Emerson Del Cid 
En 2020, en plena pandemia por Covid19, Francisco renunció a su empleo formal y se dedicó a tiempo completo a la reproducción de sus especies. Foto EDH/Emerson Del Cid 
"Para mi, son plantas de Dios", piensa sobre los estigmas de la sociedad con los cactus, sobre que atraen la mala suerte, representa soledad o absorben las energías negativas y demás supersticiones. Foto EDH/Emerson Del Cid 
El "Astrophytum asterias" destaca por su forma circular y areolas lanosas. Su color puede llegar a variar entre verde y marrón verdoso. Foto EDH/Emerson Del Cid 
El detalle de sus espinas muestra la belleza de la naturaleza manifestado de distintas formas. Foto EDH/Emerson Del Cid 
A lo largo de los años, este apasionado de los cactus ha visto cómo la demanda de este tipo de plantas ha crecido, en parte por su resistencia y belleza exótica, pero también por su simbolismo. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Desde 2020, su vivero no solo creció en tamaño y especies, sino también en propósito. Con el tiempo abrió una sala de ventas ubicada en la carretera al lago de Coatepeque, uno de los destinos turísticos más visitados del país. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Muchas personas me dicen que un cactus les recuerda que pueden soportar tiempos difíciles. Otros simplemente se enamoran de sus formas. Y eso está bien. Cada quien tiene su conexión”, expresó. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Francisco también ha aprovechado cualquier depósito reciclable para convertirlo en una maceta para sus ejemplares. Foto EDH/Emerson Del Cid 
“Mi idea es ir creciendo más y más, nunca obstaculizarme", asegura. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Los cactus que más predominan son los que pertenecen a la familia Cactaceae, originaria de México. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Francisco tiene claro que mientras las fuerzas y la edad le permitan dedicarse a mantener su colección. Foto EDH/Emerson Del Cid 
Las mesas de sus viveros parecen mares de cactus. Foto EDH/Emerson Del Cid

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