La Dra. María Antonia Navarro Huezo, primera ingeniera iberoamericana
Cada 11 de febrero es el Día Mundial de las Mujeres y las Niñas en las Ciencias.
Una fecha como la del 11 de febrero tiene como objetivo reconocer el trabajo que desarrollan las mujeres en las áreas de ciencia y tecnología, inspirar a las niñas y jóvenes hacia el estudio y oportunidades en estas carreras técnicas y universitarias; así como visibilizar la brecha de género en ellas. En El Salvador, es una oportunidad para recordar y honrar el legado de las intelectuales científicas salvadoreñas que marcaron ruta, como fue el caso de la doctora María Antonia Navarro Huezo.
Pese a sus diversos problemas de salud, María Antonia Navarro Huezo (San Salvador, 10.agto.1869-22.dic.1891) presentó una solicitud de excepción educativa ante el general Francisco Menéndez. La solicitud, que fue respondida en el Diario Oficial (San Salvador, tomo 20, no. 132, viernes 11 de junio de 1886, pág. 629) da cuenta del interés gubernamental por incorporar a las mujeres en nuevas áreas, en un afán de mostrar la idea de una nación progresista y moderna:
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"Palacio Nacional
San Salvador, junio 10 de 1886
En la solicitud de la señorita Antonia Navarro para que se le permita hacer con profesores particulares sus estudios de Ciencias y Letras, el Poder Ejecutivo, atendiendo al informe del Consejo de Instrucción Pública, acuerda: de conformidad: haciendo extensiva esta disposición a todas las señoritas que deseen estudiar Ciencias y Letras, quedando en lo demás sujetas a lo prescrito por la Ley Reglamentaria de Institutos de Segunda Enseñanza; y debiendo ser designados los profesores por los directores de los Institutos respectivos.
Comuníquese.
(Rubricado por el señor Presidente [, general Francisco Menéndez]).
El secretario del Ramo [de Gobernación,
Instrucción Pública, Fomento y Beneficencia,
doctor Baltasar] Estupinián."
El ingreso de Antonia Navarro estuvo marcado por los exámenes correspondientes en la Facultad de Ciencias y Letras del claustro universitario. Sus actas de notas, conservadas en el Diario Oficial (San Salvador, nos. 7 y 22, tomos 16 y 18, martes 8 de enero de 1884 y lunes 26 de enero de 1885, págs. 27 y 85-87) y en los documentos 52 y 65 del Libro de actas de exámenes 1886 (Fondo Educación, Archivo General de la Nación, San Salvador), dan cuenta de las notas y excelentes resultados académicos:

Al terminar sus estudios de bachillerato, el acto de graduación llamó la atención de la prensa. El abogado y escritor Dr. Abraham Chavarría le dedicó unos párrafos en su artículo Antonia Navarro (La juventud salvadoreña, San Salvador, tomo IV, no. 1, parte III, febrero de 1892, págs. 12-13):
"El timbre resonando en el salón hizo estremecer a todos los espectadores, como despertándolos de un sueño profundo. El acto principiaba. La venerable calva del sabio [Dr. Juan Bertis] se contemplaba entre dos jóvenes; los tres representaban el tribunal universitario. Frente a este, en el centro del salón, se contemplaba la figura de la señorita Antonia Navarro que, una vez concluidos los estudios de Ciencias y Letras, se presentaba a sufrir la última prueba reglamentaria para obtener el título de bachiller. La sustentante sube a la tribuna y con voz argentina y trémula a la vez por la emoción, pronuncia un breve pero interesante discurso, a manera de prólogo de aquel acto singular; la discusión se entabla y durante hora y media los corazones y las inteligencias de todos estaban atentos y entregados a aquel momento en que una mujer disertaba con desenfado y naturalidad ya sobre ciencias naturales, ya sobre filosofía, ya sobre literatura, ya sobre idiomas. El acto fue brillante; el éxito, espléndido. Un atronador aplauso de las mil manos que allí había dio la medida del triunfo alcanzado. Como abrumada por tan inusitada ovación, se levantó la señorita Navarro del sillón donde se encontraba para ir a los brazos de amigas y condiscípulas que fuertemente la estrecharon en significación de regocijo y de parabién.

Cuadro muy natural; era la consecuencia precisa de un antecedente glorioso, el fruto de la no interrumpida labor de cinco años, pues quien había luchado con abnegación inquebrantable, quien había arrostrado sarcasmos y burlas necias, quien había vencido obstáculos de todo género para llegar a la anhelada cima, ¿no debía recoger también el fruto necesario, saborear el triunfo de tanto afán y tanto trabajo? La señorita Navarro recibió esa misma tarde, de manos del Rector de la Universidad, su diploma de Bachiller en Ciencias y Letras. Tenía, pues, abierto ya el camino que conduce a glorias mayores; podía adoptar cualquiera de las materias científicas que en la misma Universidad se enseñan."
La trayectoria universitaria de María Antonia estuvo marcada por la élite intelectual que impulsó el desarrollo de las ciencias en la Facultad de Ingeniería, como los hermanos Santiago Ignacio y Juan Barberena (decano y subdecano), Alberto Sánchez Huezo, José Emilio Alcaine, Manuel A. Gallardo y Carlos Flores Figeac, entre otros.
La prensa local, como El municipio salvadoreño (jueves 26 de septiembre de 1889, pág. 3), contiene testimonios directos de cuando María Antonia defendió su tesis para obtener el doctorado en Ingeniería Topográfica en el paraninfo de la Universidad de El Salvador y convertirse en la primera graduada universitaria de Centroamérica. En las Colecciones Especiales del CRAI de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), se conserva un ejemplar de ese impreso, dañado por la humedad y la carcoma, pero que nos acerca al espíritu de la época:
"Primera doctora centro americana. Después de lucido examen, ante numerosa concurrencia en que figuraban distinguidas señoras y señoritas y los honorables Delegados [a la D]ieta de Centro América, la señorita Antonia Navarro recibió, en la tarde del 20, el título [de] ingeniero topógrafo, entre las aclamaciones del público que premió con sus aplausos [el acierto] y despejo con que la sustentante [satisfizo] las cuestiones que le fueron propuestas [por los] examinadores, irrefutables comprobantes de su inteligencia y dedicación.

[Después del acto,] el cortejo condujo a la nueva académica a su casa de habitación y allí fue debidamente obsequiada. Por la noche, la familia Navarro celebró el grato suceso con un animado baile, y en la cena fue felicitada con frases elocuentes y oportunas por los doctores don Luciano Hernández, don Manuel Delgado y don Jerónimo Pouy, respectivamente.
La banda marcial amenizó el acto universitario y por la noche se dio un concierto dedicado por el señor Presidente de la República [general Francisco Menéndez] a la señorita Navarro, conforme a un programa de escogidas piezas.
Entre las felicitaciones que ha recibido la titulada se ha hecho notar el de la sociedad científico-literaria 'La juventud salvadoreña', que [delegó] comisionados para poner en sus manos, [bella]mente empastada, una obra en dos tomos [que lle]va por título Historia universal de la [¿física?] con una dedicatoria que así honra a la [agraciada] como a [la docta] asociación.
El editor de [La revista] ilustrada de Nueva York [Román Mayorga Rivas], que redacta [el doctor Nicanor] Bolet Peraza, venezolano, sabe[dor] de los estudios de la señorita Navarro, [le ha pedido] su retrato y [sus] datos biográficos para [una] página de aquella acreditada [publicación]".
Por su parte, el poeta Adolfo Castro publicó un soneto sin título, honrando la importancia de ese acontecimiento. Fue reproducido por la Academia Salvadoreña de la Historia en San Salvador y sus hombres (San Salvador, Imprenta Nacional, 1938 y Dirección General de Publicaciones-Ministerio de Educación, 1967, págs. 293 y 294):
Salve a la Ingeniera hermosa,
cuya cualidad primera
es ser antes que Ingeniera
y antes que hermosa, ingeniosa.
Hoy que das cima gloriosa
a una carrera, altanera
empiezas ya la carrera
de la vida fatigosa.
Ten fe, Antonia: no hay reveses
donde hay caricias maternas
y óyeme: sin esquiveces
te darán sus luces tiernas,
si no lunas de las mieses
lunas de mieles eternas.
La prensa internacional, principalmente mexicana, le dedicó también espacios a ese acontecimiento doctoral. El martes 12 de noviembre de 1889, el diario mexicano El tiempo publicó:
"Ingeniera. La Srita. Antonia Navarro, hija de la ciudad de Cuscatlán [sic], Salvador [sic], ha obtenido el título de ingeniera topógrafa.

En el examen que la inteligente cuscatleca sustentó ante la Universidad Nacional de San Salvador, sostuvo la siguiente tésis [sic]: 'La luna de las mieses es un fenómeno ilusorio para nosotros y para la mayor parte de los países de la tierra'".
Pero no todos los medios recibieron con buenos ojos a la primera graduada ingeniera. El viernes 22 de noviembre de 1889, el periódico mexicano Diario del hogar –La patria publicó una bochornosa nota machista en la que le endilgó el mote de "ingeniero con faldas"-, pretendiendo menospreciar el trabajo y la proeza realizada por la Dra. Navarro Huezo:
"Una ingeniera.- La señorita Antonia Navarro, hija de la ciudad de Cuscatlán [sic], Salvador [sic], ha obtenido el título de Ingeniera topógrafa.
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En el examen que la inteligente cuscalteca [sic] sustentó ante la Universidad nacional [sic] de San Salvador, sostuvo la siguiente tésis [sic]: 'La Luna de las mieses es un fenómeno ilusorio para nosotros y para la mayor parte de los países de la tierra'
Felicitamos a la nueva profesora, pero deseamos que no tenga muchas imitadoras, pues de ser así, los pobrecitos individuos del feo sexo tendrán que apelar a los ejercicios de costureros, pilmamos, doncellos, etc, y se convertirá el mundo en una nueva San Balandrán".
Si bien se conservan escasas imágenes de Antonia Navarro, la publicada por el intelectual nicaragüense Román Mayorga Rivas (1862-1925) en su artículo Una mujer salvadoreña (La revista ilustrada de Nueva York, enero de 1890, pág. 23) es la más popular que se conserva. Es una imagen que pone cara al esfuerzo y trabajo de una salvadoreña que se abrió camino en un área que ninguna mujer había ocupado en la región centroamericana. En la actualidad y salvo un colorido mural en la Universidad de El Salvador, ningún espacio público del país -biblioteca, calle, avenida, plaza, parque, etc.- le rinde homenaje a la Dra. Navarro Huezo, hito en la historia educativa y cultural de las mujeres centroamericanas.

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