Lo más condenable, por mucho, en París 2024
OPINIÓN. Hay un episodio poco mediático, y grave, tras el enfado de millones por la ceremonia de inauguración de París 2024, atención con lo que sucedió
Los Juegos Olímpicos de París 2024 finalizaron, pero las consecuencias de la ceremonia inaugural no se borran aún y ni de casualidad.
Durante el pasado 06 de agosto la policía parisina arrestó a seis cristianos quienes viajaban en un autobús que circulaba por las calles dicha metrópoli al reclamar atención tras la burla a la Santa Cena y su mensaje anticristiano.
La organización CitizenGo es una comunidad de ciudadanos activos quienes trabajan juntos, utilizando peticiones en línea y alertas de acción como recurso, para defender y promover la vida, la familia y la libertad.
CitizenGo sacó un autobús para que recorriera la capital francesa con este mensaje estampado en uno de sus costados: “¡DETENGAN LOS ATAQUES A LOS CRISTIANOS!”.

La medida fue en respuesta al vergonzoso episodio durante la ceremonia de apertura –y en presencia de un menor de edad en la escena– donde parodiaron la reunión de Cristo y los 12 apóstoles en la Santa Cena.
La organización publicó en la plataforma de redes sociales X que “seis de los miembros de nuestro equipo fueron obligados a pasar la noche en la cárcel simplemente por denunciar las ofensas a los cristianos”.
CitizenGo, informó que, tres integrantes del grupo eran mujeres y “fueron obligadas a desvestirse para poder registrarlas en busca de drogas”, así como también fueron “encarceladas sin comida ni agua”.
La organización afirmó que un abogado confirmó que el uso del autobús no era ilegal en ningún sentido. El abogado declaró:
"Parece imposible que se constituya el delito de omisión de comunicación de protesta, porque no la hay con la presencia de un sólo vehículo". El abogado añadió también: “El fiscal abusó de la ley hasta el límite para detener el autobús y limitar su libertad de expresión. Además, el procedimiento fue irregular”.
En resumen, CitizenGo manifestó que “esto es una persecución política e ideológica anticristiana”. Poco después del arresto, la policía escoltó el autobús fuera de la ciudad.
Esto demuestra, una vez más, que el anticristianismo acampa a sus anchas desde el Estado francés y luego hacia todas las esferas políticas y sociales del país galo mediante todo tipo de estrategias.
Un Estado de Francia, cómplice, y con un discurso claro: al Cristianismo se le ofende en cualquier momento y bajo la excusa que sea, así que los fieles galos y foráneos deben soportarlo y en silencio; de lo contrario habrá represalias.
Una entidad gubernamental, que, ni siquiera, unas decadentes disculpas se dignó en ofrecer.
Así como al menos lo hicieran varias autoridades organizadoras en conferencia de prensa tras la ceremonia inaugural de París 2024; aunque estas claro está, sin un ápice de autocrítica.
Esperemos que en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028 el Cristianismo no sea de nuevo ofendido tal y como ocurriese en Francia, de forma tan masiva y completamente impune.
Qué hubiese ocurrido si lo acontecido en ese evento de apertura, consideraba entonces burlarse -en lugar del Cristianismo- ridiculizar al... ya saben ustedes cual confesión...
Por si no lo recuerdan, una pista no más: Charlie Hebdo.

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