FAS, Águila y el "déja vu" de los clásicos

La excelente fase regular del Águila, el equipo con mejor plantel del fútbol salvadoreño, no le alcanzó para superar a un equipo que venía en penurias y clasificó con lo justo a los cuartos de final pero que en los últimos torneos se ha convertido en su "bestia negra". FAS lo volvió a hacer, contra todo pronóstico.

Ayer, tal como lo había hecho en el torneo pasado, el octavo superó al primero y se metió entre "los cuatro mejores", las comillas van por el mal torneo de FAS pero que lo encuentra en semifinales, encomendado ayer a Kevin Carabantes, responsable absoluto de la clasificación santaneca, salvando varias situaciones en los 90 minutos y parando tres remates en la definición por penales. Cuantos se habrán tragado sus críticas al portero...

Las durísimas declaraciones de Darwin Cerén contra sus compañeros tras la derrota apuntaba a la poca jerarquía para patear los penales y el escaso compromiso. Aunque explosivas y en caliente las palabras, Darwin no deja de tener razón: daba la impresión de que para algunos no se trataba de un clásico nacional en una definición por penales y hasta se notaba cierta displicencia.

Darwin y antes el técnico Messina habían mostrado su malestar por jugar un clásico -que se debía disputar en San Miguel- en el Cusca. Esto, que pasa como moneda corriente en nuestro fútbol, sería impensado en ligas de otros países. Imaginen por un momento -y ya no hablemos de clásicos- si el Rayo Vallecano decide jugar de local ante el Real Madrid en el Bernabéu y no en Vallecas. Sus hinchas no tolerarían un día más a los dirigentes de semejante decisión. Pero aquí pasa muy seguido y se naturaliza. Si hasta un equipo de Ahuachapán, el reciente campeón, cambió de nombre y ahora jugará en San Salvador. ¿De dónde saldrán los aficionados a este nuevo equipo? ¿Qué opinan de esto los seguidores ahuachapanecos? Así se hace muy difícil crear identidad y sentido de pertenencia

Águila priorizó lo económico a lo deportivo al jugar en el Cuscatlán y no en su casa, el Barraza. Así le fue, eliminado en lo deportivo y se quedó sin más recaudaciones en este torneo. Nadie asegura que en San Miguel hubiese clasificado el equipo de Messina pero, a priori, uno se siente más cómodo en su casa y con mayoría de gente local.

De los cuatro mejores del torneo, por lejos, solo pasó uno a semifinales: Alianza. Los planteles más fuertes han quedado afuera y las semifinales están repletas de sorpresas.