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“Exterminio: la evolución”, el regreso más esperado del cine apocalíptico
El nuevo capítulo de la saga expande el universo devastador del virus de la furia, con más horror, tensión emocional.
Casi tres décadas después, el virus regresa más brutal y mutado que nunca. Columbia Pictures presenta “Exterminio: la evolución” (“28 Years Later”), la nueva entrega del universo post-apocalíptico iniciado por “Exterminio” (“28 Days Later”), bajo la dirección de Danny Boyle y con guion de Alex Garland. Protagonizada por Jodie Comer, Aaron Taylor-Johnson, Jack O’Connell, Alfie Williams y Ralph Fiennes, esta producción lleva el terror a un nivel más íntimo, centrado en los vínculos humanos y la necesidad de reconstrucción tras el colapso total de una nación.
Esta espeluznante historia, catalogada como “horror de autor”, retoma la cronología original del virus de la furia: una devastadora arma biológica que escapó del control hace casi treinta años y convirtió a Inglaterra en un páramo de infectados rabiosos, en el que la cuarentena se convirtió en el nuevo orden.
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Ahora, el filme plantea una pregunta inquietante: ¿qué queda de la humanidad cuando todo se ha perdido?
En esta nueva entrega, la sociedad ha sido forzada a renacer desde las cenizas. Pequeñas comunidades se han establecido en aislamiento total, lejos del caos continental. Una de estas está situada en la llamada Isla Sagrada, una extensión de mil hectáreas en la costa noroccidental de Inglaterra, protegida por una carretera elevada que se convierte en su única vía de entrada y de salida.
“El punto de partida fue imaginar cómo un mundo podría rehacerse tras el apocalipsis, cuando todas las cosas modernas se han vuelto inútiles”, explicó Boyle. “¿Cómo obtienes comida? ¿Cómo consigues gasolina? ¿Cómo sobrevives con lo esencial?”, agregó.
La película sigue a una familia atrapada en ese nuevo orden: Jamie (Taylor-Johnson), un esposo comprometido y protector; Isla (Comer), su pareja, enferma de una misteriosa dolencia no relacionada con el virus; y su hijo Spike (interpretado por el joven Alfie Williams), quien se enfrenta a su primer rito de paso: cruzar al continente para matar a su primer infectado. Esta tradición brutal es la única manera de confirmar la madurez de los nuevos miembros de la comunidad.
Pero en esta isla no hay médicos ni medicinas modernas. El aislamiento es total. Y el mandato es claro: si alguien no regresa de una expedición a tierra firme, no se permite ir tras él. No hay rescates. No hay segundas oportunidades.
Para Boyle, estas reglas extremas permiten desarrollar a los personajes de forma profunda.
“Nos interesaba explorar cómo las personas definen sus prioridades y moralidad cuando están atrapadas en un mundo sin estructuras sociales”, afirmó.
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Alex Garland añade que la historia no solo se alimenta del terror, sino también de la política global.
“Quisimos imaginar cómo respondería el mundo real a una catástrofe de este tipo. Gran Bretaña está infestada, pero el resto del mundo, en gran medida, ha seguido adelante. Es como cuando una nación colapsa y el resto del planeta simplemente la ignora”, expresó.
Según notas de producción del filme, ese enfoque, más realista y crudo, se convierte en la base del argumento. En el oscuro corazón del continente, un personaje abandona la isla con una misión especial, enfrentándose a nuevos horrores y maravillas que revelan hasta qué punto han mutado tanto los infectados como los sobrevivientes. El mundo que queda fuera de la isla es un territorio salvaje, lleno de reglas nuevas, donde la brutalidad, la adaptación y el silencio marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
El productor Andrew Macdonald lo resume así: “Queríamos una película con una sensación épica y única. El momento era perfecto para volver con los infectados y mostrar qué ha pasado en estas tres décadas”.
Uno de los mayores aciertos de esta nueva entrega es el enfoque en la familia como núcleo narrativo.
“Queríamos contar una historia con corazón, una historia sobre relaciones humanas. Esto es más que una secuela; es una reinvención que tiene alma propia”, comentó Boyle.
La tensión emocional es tan protagonista como el horror. En medio de ataques, mutaciones y secretos ocultos, “Exterminio: la evolución” se convierte en una exploración sobre el amor, el sacrificio y la supervivencia cuando todo parece perdido. La fotografía sombría, el guion cargado de simbolismos y el ritmo trepidante construyen una película que es tan devastadora como humana.
En definitiva, “Exterminio: la evolución” es más que el regreso de una saga icónica. Es una reflexión sobre lo que queda cuando el mundo termina y cómo, incluso entonces, la esperanza encuentra una forma de resistir.}