CONTENIDO DE ARCHIVO:
Cocolito presenta a Cocolito Jr., su hijo y futuro sucesor
Roberto Alfaro, el entrañable payaso Cocolito, comienza a preparar su despedida de los escenarios. Con el corazón dividido entre la nostalgia y la esperanza, forma a su hijo, con quien comparte hasta su nombre, para que herede no solo su personaje, sino también su amor por hacer reír.
Roberto Adrián Alfaro, mejor conocido como “Cocolito”, es una de las figuras más queridas del entretenimiento salvadoreño. Su personaje, un payaso hiperactivo y ocurrente con la frase característica “¡Qué chivo va, vos!”, ha acompañado a varias generaciones desde la televisión hasta los circos y escenarios internacionales.
Su incursión en el mundo del humor no fue casualidad: desde joven estuvo influenciado por su tío, el reconocido payaso “Chirajito”, con quien aprendió los primeros pasos en el arte de hacer reír. Tras vivir un tiempo en México, regresó a El Salvador con la convicción de construir su propio camino en el mundo artístico. Su gran oportunidad llegó en los años 90 cuando se presentó en el programa infantil Jardín Infantil, donde nació el personaje de Cocolito.
Te puede interesar: Pop Orquesta rinde tributo a la "Sonora Santanera" con un concierto sinfónico
Desde entonces, su carrera se ha consolidado con participaciones en programas de televisión, espacios radiales y eventos benéficos. Ha creado su propio circo, con el que ha recorrido todo el país y también ha llevado su humor a comunidades salvadoreñas en Estados Unidos. A pesar de las dificultades personales, como la pérdida de sus padres y problemas de salud, Cocolito ha mantenido su compromiso con el entretenimiento familiar, sin vulgaridad y siempre apostando por el humor blanco.
En 2023, su trayectoria fue reconocida oficialmente con la declaración del “Día Nacional del Payaso Salvadoreño”, donde se le rindió homenaje por su aporte cultural y social. Casado y padre de cuatro hijos, tres de ellos también involucrados en el circo, Cocolito continúa vigente como un ícono de la risa y la perseverancia en El Salvador.
En una entrevista exclusiva con El Diario de Hoy, Roberto Alfaro confesó su intención de retirarse de los escenarios y dejar el legado del Circo de Cocolito en manos de su hijo, quien no solo comparte su nombre real, sino que también ha adoptado su identidad artística.
“Yo quiero que las personas recuerden a Cocolito como un payaso joven, no viejo”, expresó con sinceridad. Su deseo es que el público lo conserve en la memoria como un artista lleno de energía, no como alguien limitado por su condición física.
Lee también: “Chespirito”: revive la desgarradora historia del actor del elenco que murió en el set
Por eso, su hijo de 21 años, Roberto Alfaro Jr. o como lo llaman con cariño, Robertiyo, ha asumido desde hace un par de años el liderazgo en la organización del circo: desde la logística y el equipo, hasta el armado de la estructura y la puesta en escena del espectáculo.
Para la familia, esto no fue una sorpresa. Desde pequeño, Robertiyo mostraba el mismo carisma que su padre. “En la escuela me subía a bailar sobre las mesas solo para hacer reír”, recuerda entre risas.
Su emoción por ser hijo del famoso Cocolito se multiplicaba cuando sus compañeros lo llamaban “Coco” con admiración. Rememora con alegría sus primeras apariciones en escena junto a su padre: “Hacíamos un reto de baile. La habilidad de mi papá para manejar al público es impresionante; hacía que siempre me eligieran como ganador para seguir con los chistes”.
Más adelante, asumió el reto de controlar la música del espectáculo. “Me temblaban las manos, no quería cometer errores”, confiesa.
Mira además: Mafer Salinas de "Prendidos" celebra el nacimiento de su hija
La admiración por su padre lo llevó a absorber cada detalle: sus chistes, su forma de caminar, sus gestos. Fue así como nació Cocolito Jr., un personaje con identidad propia. “El personaje de mi papá es como un niño de 10 años, inquieto y malilla; el mío es más adolescente, como de 15, más loco y lleno de energía”, explica con entusiasmo.
Además de contar chistes, Robertiyo ha aprendido malabares y acrobacias, siendo su número favorito el del “Péndulo de la Muerte”, donde realiza maniobras a 12 metros de altura, vestido como su personaje.
En estos días, padre e hijo están trabajando en el armado del circo en un terreno a las afueras de Metapán, donde celebrarán las fiestas patronales. El proceso toma unos cuatro días intensos, pero las lluvias y el viento han obligado a retrasar la labor.
Desde tempranas horas, la familia Alfaro y su equipo afinan cada detalle para garantizar que, cuando se abra la carpa, el público reciba un espectáculo inolvidable.
Entérate: Serie "Papá Soltero" reflexiona sobre el rol de progenitor en la familia moderna
Aunque el ambiente es de trabajo duro, bajo el sol, el buen ánimo de todos no puede faltar. Mientras trabajan, una bocina suena al máximo las canciones favoritas de todos, entre cumbias, salsa, reggae y más, ellos colocan anclas, reparan luces, elevan la carpa del circo entre cantos y baile.
Durante el almuerzo aprovechan para charlar sobre sus asuntos familiares, se hacen bromas entre ellos, lo cual sería raro que no pasará en una familia circense, además planifican futuros viajes al exterior del país para llevar el show a salvadoreños radicados en otras partes del mundo, no solamente Estados Unidos, sino también a países como Italia, Madrid, Suecia y más.
Según cuenta Cocolito, a su esposa Patricia, madre de Roberto Jr. se le ruedan las lágrimas al ver a su hijo sobre el escenario. No solo por emoción, sino también por preocupación: el arte circense puede ser tan duro como apasionante.
“Sé que es un trabajo pesado, que a veces no deja mucho, pero esto me apasiona y esto quiero hacer”, afirma convencido Roberto Jr.El Circo de Cocolito y Cocolito Jr. estará presentándose en los próximos días en el campo de la feria de Metapán, junto al automercado municipal. Ellos invitan a todos a disfrutar de su nuevo espectáculo, creado para seguir provocando risas y asombro, y demostrar que el legado de Cocolito no se apaga: apenas comienza una nueva función