Una velada de talento y emoción en el preestreno de “Luciérnagas en El Mozote”

La Sala 1 de Cinépolis Galerías Escalón se convirtió la noche del 9 de diciembre del 2025 en el epicentro de una producción ambiciosa y que comenzó a conceptualizarse desde hace 16 años.

A las 7:30 p. m. inició la alfombra roja de “Luciérnagas en El Mozote”, un evento que reunió a buena parte de la industria cinematográfica del país: camarógrafos, técnicos de iluminación y sonido, productores, guionistas, actores, maquillistas, además de representantes de la empresa privada y el Estado que apoyaron la realización del largometraje.

La película, inspirada en hechos reales y ficción, retoma uno de los episodios más duros de la guerra civil: la masacre de El Mozote y los caseríos aledaños, ocurrida entre el 10 y el 13 de diciembre de 1981.

Mientras la historia oficial reconoce a Rufina Amaya como la única sobreviviente, la cinta toma una ruta dramática distinta para reflejar este hecho: José, un niño que escapa de la masacre en la ficción, se convierte en el eje narrativo que permite ver el conflicto desde múltiples miradas.

En él y en los otros personajes convergen los arquetipos salvadoreños que participaron en la guerra: coroneles, soldados, guerrilleros, civiles, los que informaban desde las montañas lo que ocurría y familias campesinas que quedaron atrapadas en medio de la violencia.

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El sueño que Ernesto Melara persiguió durante más de una década

La película se dedica a las víctimas de El Mozote y los siete caseríos afectados, pero también constituye un homenaje profundo a su director, Ernesto Melara, quien falleció en marzo de 2025.

Durante la premiere, la sala se puso de pie para aplaudir a su familia, presente entre los asistentes, en un gesto que se sintió como la culminación de su anhelado sueño: filmar esta historia en su país.

El productor Bob Yari lo resumió con claridad momentos antes de la proyección: “Ernesto tenía dos pasiones: su familia y el cine. Su mayor sueño era grabar la película en El Salvador, para honrar lo que ocurrió aquí.”

Y ese sueño llevó más de una década de perseverancia. Melara comenzó el proyecto alrededor de 2010, cuando adquirió los derechos del libro Las mil y una historias de Radio Venceremos, de José Ignacio López, cuyas narraciones inspiraron personajes y situaciones de la película.

El proceso fue largo y lleno de obstáculos: países como México, Colombia y República Dominicana fueron opciones de rodaje, pero las condiciones nunca fueron ideales.

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Fue hasta 2021, cuando otro de los productores, Elias Axume, visitó El Salvador y notó un ambiente diferente, más propicio para el desarrollo cinematográfico, que impulsó finalmente la decisión de producir la obra en el país.

Mucho del impacto visual de “Luciérnagas en El Mozote” proviene de sus locaciones. El 80% de la cinta se rodó en el Parque Walter Thilo Deninger, cuya geografía permitió recrear la sensación de selva y montaña de Morazán.

Otros escenarios incluyeron El Playón, Suchitoto, Francisco Lempa y zonas de San Salvador, todas elegidas tras un extenso trabajo de scouting que inició meses antes del rodaje. El equipo incluso evitó filmar en El Mozote mismo por respeto al significado histórico del lugar.

Un elenco y un equipo que honran la memoria desde la pantalla

La cinta destaca también por la participación mayoritaria de talento salvadoreño, tanto frente como detrás de cámaras. Varios actores locales obtuvieron papeles importantes, mientras que otros, sin experiencia previa en cine de ficción, dieron vida a personajes secundarios.

Para la producción, esto no solo sumó autenticidad, sino que también abrió camino a nuevas oportunidades para intérpretes nacionales.

El niño protagonista, Mateo Honles, fue una revelación. Su casting fue uno de los primeros recibidos, y a pesar de que el equipo evaluó a más de diez niños, fue su naturalidad la que convenció a Melara desde el inicio.

Su interpretación del joven José —un niño marcado por la tragedia, la pérdida y el deseo de sobrevivir— es una de las piezas más emotivas del filme.

Honles, quien ya se encuentra desarrollando su carrera fuera del país, asistió a la premiere y expresó: “Estoy seguro de que Ernesto está con nosotros.”

En la parte técnica, la película contó con un valioso apoyo: Panavision donó la óptica utilizada para el rodaje, algo que elevó significativamente la calidad visual.

El sonido directo fue realizado por profesionales salvadoreños, mientras que la edición estuvo a cargo de Claudia Castellón. La postproducción final se completó en estudios de Hollywood.

Durante la premiere, también resonaron palabras del actor colombiano Juan Pablo Shuk, quien interpreta uno de los papeles centrales: “Reciban la película con el corazón, porque la hicimos con el corazón.”

En una entrevista para el podcast Sin Agenda de elsalvador.com, el productor Elías Axume, quien conoció a Melara desde 2010, reveló detalles adicionales del proceso creativo, del arduo camino de financiamiento y de la determinación del director por honrar la memoria histórica del país.

Axume también subrayó que la fecha de estreno, el 11 de diciembre, fue pura coincidencia determinada por la distribuidora, aunque resultó simbólica por coincidir con las fechas reales de la masacre.

“Queremos que la gente tenga un buen rato en el cine, que llore si es sensible, y que también reflexione sobre la parte histórica de El Salvador", aseguró Axume.

“Luciérnagas en El Mozote” ya se encuentra en cartelera en San Salvador, Santa Ana y San Miguel. La duración de la película en cartelera está asegurada durante la primera semana, desde el 11 de diciembre hasta el 17. Si el apoyo nacional llena butacas, se puede extender por muchas semanas más.

Más allá de entretener como cualquier pieza artística del séptimo arte, la película propone recordar, reflexionar y valorar la capacidad del cine salvadoreño para contar sus propias historias con dignidad, rigor y belleza.