Ninel Conde cambia el color de sus ojos y desata alarma médica

El reciente cambio en el color de ojos de Ninel Conde desató una ola de comentarios y preocupación en el mundo del espectáculo. La cantante mexicana, conocida como El Bombón Asesino, habría viajado a Nueva York para someterse a un procedimiento estético que altera el tono natural del iris, según informó el periodista Gustavo Adolfo Infante en el programa Sale el Sol.

“Se cambió los ojos, yo ya sabía que se había cambiado el color, pero hasta no ver, no creer. Fue a Nueva York”, comentó Infante durante la transmisión. La noticia sorprendió al público y a otros conductores del programa, quienes expresaron su inquietud ante los posibles riesgos de esta práctica.

La presentadora Joanna Vega-Biestro sugirió que la intervención se realizó en la clínica Kerato, conocida por ofrecer este tipo de cirugías a celebridades. “Cambiarse el color de los ojos es riesgosísimo”, advirtió, recordando casos anteriores con consecuencias graves.

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El peligro detrás de una tendencia estética en auge

El caso de Ninel Conde reavivó el debate sobre los límites de la cirugía estética y la salud ocular. Vega-Biestro mencionó como antecedente el de Jorge Kahwagi, quien casi perdió la vista tras someterse a un procedimiento similar. “Yo sé que uno puede decir: muy su cuerpo, muy su dinero, pero esto se me hace súper riesgoso”, expresó la conductora.

Por su parte, la periodista Ana María Alvarado citó a la actriz Alma Cero otra figura que pasó por el cambio de color ocular para destacar que la tecnología ha evolucionado. “Ha avanzado la tecnología, según dijo Alma Cero”, comentó Alvarado, aunque sin dejar de lado las reservas sobre la seguridad del proceso.

El aspecto económico también atrajo atención. Infante aseguró que el costo del procedimiento ha disminuido en los últimos años, pasando de alrededor de 20,000 a 12,000 dólares. Esta reducción podría estar impulsando a más figuras públicas a considerar la cirugía, pese a las advertencias médicas.

Aun así, persisten las dudas sobre los efectos secundarios y la estabilidad del pigmento artificial. “A la larga, a mí me preocuparía porque te estás metiendo algo a los ojos para cambiarte el color”, añadió Vega-Biestro.

Qué es la queratopigmentación y por qué preocupa a los expertos

La clínica Kerato, mencionada en el programa, ofrece un procedimiento conocido como queratopigmentación, una técnica quirúrgica que cambia de manera permanente el color de los ojos mediante la inserción de pigmentos en la córnea. Según su propia descripción, la cirugía dura unos 30 minutos, se realiza bajo gotas anestésicas y promete resultados inmediatos.

Sin embargo, diversos oftalmólogos advierten que se trata de una práctica de alto riesgo cuando se aplica por motivos puramente estéticos. Entre las posibles complicaciones figuran infecciones, inflamación ocular, pérdida de visión e incluso rechazo del pigmento. Por ello, las asociaciones médicas suelen desaconsejarla en pacientes con ojos sanos.

Casos como los de Kahwagi, Alma Cero o Enrique Orozco, pareja de la actriz,  ilustran que la tendencia no es nueva, aunque sigue generando controversia. Los expertos insisten en que cualquier modificación en la estructura del ojo implica un riesgo mayor que otros procedimientos estéticos.

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La búsqueda de la perfección y el espejo emocional

Más allá de lo médico, Ana María Alvarado reflexionó sobre el trasfondo emocional de quienes recurren de manera constante a transformaciones físicas. “Creo que va más allá porque es la aceptación de quién eres frente a un espejo”, dijo. “Una que otra cirugía está bien, pero cuando es constante el cambio, habría que replantearse si no es algo emocional”.

El caso de Ninel Conde vuelve a poner sobre la mesa la delgada línea entre la autoexpresión estética y el bienestar físico. En una época donde las redes sociales amplifican la presión por la imagen, los expertos recuerdan que la salud ocular no debe ponerse en riesgo por una tendencia pasajera.

Mientras tanto, la artista no ha emitido declaraciones públicas sobre el resultado de la cirugía ni sobre las reacciones que generó. Lo cierto es que su decisión volvió a encender una conversación global sobre los límites del cambio físico y la seguridad en los procedimientos estéticos.