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Giulia Zanoni luce su traje inspirado en los volcanes y la tradición cafetalera durante el Show Nacional de Disfraces de Miss Universo 2025.

Giulia Zanoni deslumbra en Miss Universo con traje típico inspirado en volcanes y el café

El traje volcaneño que Giulia Zanoni presentó en el Show Nacional de Disfraces del Miss Universo unió tradición cafetalera, estética colonial y un mensaje de paz.

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Por Karla Rodas
Publicado el 19 de noviembre de 2025

 

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El traje que Giulia Zanoni presentó en el Show Nacional de Disfraces de Miss Universo destacó por su inspiración en los volcanes y en la tradición cafetalera salvadoreña. El diseño, completamente blanco y asociado a un mensaje de paz, retomó elementos coloniales y la estética de las antiguas cortadoras de café del volcán de San Salvador. Con un vestido de amplios volantes, un canasto con flores y granos de café y una flor rosada en el cabello, Zanoni proyectó una imagen que conecta identidad cultural, memoria rural y proyección internacional, generando interés entre salvadoreños y audiencias globales.

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El traje que lució Giulia Zanoni, Miss El Salvador 2025, durante el Show Nacional de Disfraces de Miss Universo generó una reacción positiva entre salvadoreños en el país, la diáspora y seguidores del certamen alrededor del mundo. La delegación salvadoreña describió su concepto con claridad: “Este vestido de la era colonial nació o se inspiró en los volcanes. El color blanco representa la paz que vive el país”. Con esa premisa, el diseño se presentó como una mezcla de tradición, identidad y un mensaje visual fácil de interpretar para las audiencias globales.

En la escena se observa a Zanoni con un vestido blanco voluminoso, compuesto por múltiples capas de tela que crean un movimiento constante. La estructura, llena de volantes, evoca de inmediato la estética de la muñequita volcaneña, símbolo artesanal que representa la vestimenta de las cortadoras de café del volcán de San Salvador. El revuelo del vestido refuerza la sensación de fluidez y presencia escénica, logrando un balance entre tradición y formato de espectáculo internacional.

Como parte del concepto, la candidata llevó un canasto con flores y granos de café, un elemento que destaca la importancia histórica del café como producto básico del país. Este detalle ayuda a contextualizar la inspiración rural del diseño. Además, un arreglo de flores rosadas colocadas en su cabello aporta un acento artesanal que armoniza con el resto del atuendo.

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La muñequita volcaneña como puente entre tradición y escenario global

La referencia a la muñequita volcaneña tiene un peso cultural profundo. Estas figuras artesanales, presentes en mercados y tiendas de recuerdos, representan a las trabajadoras que cortaban café en las laderas del volcán de San Salvador. Para turistas y coleccionistas, son un símbolo reconocible del país; para la diáspora, un vínculo emocional con sus raíces.

Al trasladar esa estética al Show Nacional de Disfraces, el traje de Zanoni mantiene la fidelidad al icono original sin perder elegancia. El blanco del vestido interpretado como símbolo de paz contrasta con la textura del canasto y los colores de las flores, creando un relato visual que se entiende incluso sin conocer la historia detrás del atuendo. Las mangas caídas y la estructura amplia refuerzan la referencia a trajes coloniales reinterpretados, uniendo pasado y presente en una sola pieza.

Para quienes observan desde el extranjero, la propuesta resulta clara: un diseño que combina paz, tradición agrícola y geografía volcánica. Esto permite que el público internacional asocie al país con una narrativa cultural positiva, coherente y fácil de recordar.

Un mensaje que conecta con la diáspora y con nuevas audiencias

Aunque el Show Nacional de Disfraces es una presentación breve dentro del certamen, funciona como una plataforma poderosa para proyectar identidades culturales. Para la diáspora salvadoreña, ver un traje que rescata la memoria de las cortadoras de café puede despertar nostalgia y orgullo. El diseño actúa como un puente emocional que mantiene la conexión con la cultura de origen.

Para audiencias extranjeras, el atuendo es una invitación a descubrir un aspecto menos conocido de El Salvador: su historia agrícola y la vida rural que marcó generaciones. El canasto de café no funciona solo como un accesorio estético; también explica visualmente el origen del traje e introduce de forma accesible una parte esencial de la identidad nacional.

El color blanco, presentado como símbolo de paz, agrega un mensaje optimista que resuena bien en contextos globales. Su simplicidad visual facilita que el traje sea recordado entre decenas de propuestas más elaboradas.

Tradición convertida en proyección internacional

Transformar un atuendo de raíz tradicional en una pieza apta para un escenario mundial implica un trabajo de adaptación cuidadosa. El diseño presentado por Zanoni logra ese equilibrio al recuperar elementos emblemáticos el volumen del vestido, los volantes, los accesorios artesanales y combinarlos con una estética pensada para la competencia.

El resultado es una propuesta que no solo busca destacar visualmente, sino también contar una historia. En este caso, la narrativa está anclada en la herencia de las cortadoras de café del volcán de San Salvador, figuras que representan esfuerzo, identidad y conexión con la tierra.

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Una representación que amplía la narrativa cultural del país

El traje volcaneño de Giulia Zanoni no es únicamente parte del espectáculo del certamen. También sirve como una ventana hacia la memoria colectiva salvadoreña, construida alrededor de sus volcanes, su tradición cafetalera y la estética artesanal que muchos reconocen desde la infancia.

Para lectores salvadoreños, en el país o en la diáspora, así como para nuevas audiencias internacionales, este traje ofrece un punto de entrada para explorar una parte valiosa de la cultura salvadoreña. Su presencia en Miss Universo demuestra cómo un diseño local puede trascender fronteras y convertirse en una historia que se comparte con el mundo.

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