¿Las recordás? Las cinco salvadoreñas que han logrado clasificar en el Top 10 de Miss Universo

¿Cuántas veces El Salvador ha soñado con ver la corona universal? Aunque ese momento aún no llega, cinco mujeres lograron lo que solo una mínima élite en la historia del Miss Universo ha conseguido: entrar al cuadro de semifinalistas y ubicarse entre las mejores del planeta.

Sus nombres se repiten de generación en generación, en álbumes familiares, recortes de periódico y recuerdos que vuelven cada vez que llega una nueva edición del certamen.

Aquí te contamos quiénes son, por qué hicieron historia y cómo quedó marcado su paso por Miss Universo.

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1955 — Maribel Arrieta

Si hablamos de leyendas, el nombre de Maribel Arrieta siempre encabeza la lista. En 1955, con solo 20 años, la salvadoreña se convirtió en Primera Finalista, una hazaña que jamás se ha vuelto a repetir. A eso se suma el título de Miss Simpatía, que terminó de confirmar su impacto mundial.

Su parecido con Marilyn Monroe, su elegancia natural y su carisma la llevaron a la cima. Muchos aún creen que la corona estuvo al alcance de sus manos, pero un enrojecimiento en su rostro, producto de la exposición al sol, habría influido en las puntuaciones finales.

Actuó en México, fue embajadora en Bélgica, se convirtió en baronesa y dejó una obra artística admirada en Europa. Maribel no solo fue una reina de belleza: fue un ícono cultural.

1975 — Carmen Elena Figueroa

En 1975, Miss Universo se celebró en San Salvador y la representante salvadoreña Carmen Elena Figueroa brilló en casa. Desde los ensayos hasta la gala final, la joven de 20 años se ganó el cariño del público con su carisma, su dominio del inglés y una naturalidad que la convirtió en favorita.

Su clasificación entre las semifinalistas fue celebrada a lo grande. Carmen recuerda ese momento como uno de los más intensos de su vida: el gimnasio explotó en aplausos cuando escucharon “El Salvador” en la lista de finalistas.

Su experiencia la llevó a viajar, estudiar, formar una familia y construir una carrera sólida. Cuatro décadas después, sigue siendo uno de los rostros más recordados del certamen.

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1995 — Eleonora Carrillo

En 1995, Namibia fue testigo del regreso de El Salvador a las semifinales gracias a Eleonora Carrillo, quien clasificó entre las 10 mejores del Miss Universo. Su belleza serena, su presencia escénica y su natural elocuencia la destacaron entre más de 80 candidatas.

Su carrera tras el certamen fue igual de impresionante: estudió Derecho en Italia, se graduó con honores, se especializó en propiedad intelectual y llegó a dirigir la sede española de Jacobacci & Partners, la firma más grande de Europa en ese rubro.

Eleonora es recordada por su elegancia, pero también por su historia de superación y disciplina.

1996 — Milena Mayorga

Un año después, El Salvador volvió a sonar fuerte. Milena Mayorga, con 20 años, clasificó en el Top 10 del Miss Universo 1996 celebrado en Las Vegas. Su elegancia, su habla fluida en inglés y su presencia escénica la llevaron a ubicarse en el séptimo puesto, una de las mejores posiciones en la historia del país.

Milena conquistó al público con su pasarela y con una entrevista poderosa en la que habló de su abuela venezolana, figura pionera en política. Años después, Mayorga siguió una carrera en los medios y finalmente en la política. Desde 2020 es embajadora de El Salvador en Estados Unidos.

2023 — Isabella García-Manzo

Por casi tres décadas, El Salvador no volvía a aparecer en el cuadro de semifinalistas… hasta que llegó Isabella García-Manzo en 2023. La joven logró entrar al Top 20 y luego avanzar al Top 10, desatando una celebración nacional dentro y fuera del Gimnasio Nacional.

Su seguridad, su conexión con el público y su presencia en traje de baño y gala la posicionaron como uno de los nombres más fuertes de la edición. La transmisión se vivió en plazas, parques y hogares de todo el país, dando paso a una de las noches más emotivas para los salvadoreños.

Con Isabella, son ya cinco las mujeres que han marcado esta historia.

Si algo han demostrado estas cinco mujeres es que El Salvador tiene talento, presencia y fuerza para competir en grande. Cada una abrió una puerta distinta y dejó un legado que todavía inspira a nuevas generaciones.