Beyoncé alcanzó el estatus de multimillonaria según Forbes
La artista estadounidense superó el umbral de los mil millones de dólares, según Forbes, impulsada por giras récord, su catálogo musical y un sólido entramado empresarial.
Beyoncé Knowles-Carter alcanzó uno de los hitos más exclusivos de la industria del entretenimiento: el estatus de multimillonaria. De acuerdo con estimaciones publicadas por la revista Forbes, la cantante, compositora y productora estadounidense superó los 1,000 millones de dólares en patrimonio neto, convirtiéndose en una de las pocas figuras de la música global en lograrlo exclusivamente a partir de su carrera artística y sus negocios asociados.
El dato confirma algo que la industria venía anticipando desde hace años. Beyoncé no solo es una de las artistas más influyentes del siglo XXI, sino también una de las más estratégicas a la hora de convertir éxito creativo en valor económico sostenido. Forbes señala que el crecimiento definitivo de su fortuna se consolidó tras una seguidilla de giras de alto impacto, sumadas al control directo de su producción, su catálogo y sus marcas.
Según la publicación especializada, el punto de inflexión se dio después de una combinación poco habitual incluso para estrellas de su calibre: giras globales con recaudaciones históricas, lanzamientos musicales de alto rendimiento comercial y una estructura empresarial que le permite maximizar ingresos sin intermediarios tradicionales.
La gira como motor financiero
Uno de los factores centrales para alcanzar el umbral de los mil millones fue el desempeño de sus giras. El Renaissance World Tour, realizado en 2023, recaudó más de 579 millones de dólares en ventas de entradas, de acuerdo con cifras citadas por Forbes y la publicación especializada Pollstar. Esa cifra ubicó al tour entre los más exitosos de todos los tiempos y marcó un antes y un después en el balance financiero de la artista.
A ese antecedente se sumó el impacto comercial de los shows posteriores vinculados a Cowboy Carter, su proyecto musical más reciente, que amplió su alcance a nuevos públicos y reforzó su presencia en mercados donde ya tenía una base sólida de seguidores.
Desde Forbes explican que la clave no está solo en la recaudación bruta, sino en el porcentaje que Beyoncé retiene. A diferencia de otros artistas, ella opera bajo su propia compañía, Parkwood Entertainment, fundada en 2008. Esa estructura le permite capturar una mayor parte de los ingresos generados por conciertos, producciones audiovisuales y merchandising.
Un ejecutivo de la industria citado por Forbes lo resume así: “Beyoncé no funciona como una artista tradicional. Es una empresa creativa integrada, donde cada decisión artística también tiene un impacto directo en el negocio”.
Catálogo musical y derechos de autor
Otro pilar fundamental de su fortuna es el valor de su catálogo musical. Forbes destaca que la cantante mantiene el control de gran parte de sus grabaciones y composiciones, lo que genera ingresos constantes por derechos de autor, licencias y reproducciones en plataformas digitales.
Este flujo, menos visible que una gira mundial pero altamente estable, es uno de los activos más valorados en la industria actual. Analistas consultados por Forbes señalan que los catálogos de artistas consolidados se han convertido en instrumentos financieros comparables a bienes raíces o acciones de alto rendimiento.
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La especialista en economía de la música María Sherman explicó en declaraciones recogidas por la revista: “El verdadero poder financiero de Beyoncé está en la combinación de ingresos inmediatos y activos de largo plazo. Su música sigue generando dinero incluso cuando no está de gira”.
Negocios más allá de la música
El crecimiento patrimonial de Beyoncé no se limita al escenario. En los últimos años, la artista diversificó sus ingresos con proyectos comerciales que refuerzan su marca personal. Entre ellos se destacan líneas de productos de cuidado personal, acuerdos con plataformas de streaming y colaboraciones estratégicas con marcas globales.
Forbes subraya que estos emprendimientos no funcionan como simples campañas publicitarias. En muchos casos, Beyoncé participa como socia o propietaria, lo que incrementa de forma directa su patrimonio neto.
La publicación también recuerda que parte de sus ingresos recientes provino de acuerdos audiovisuales de gran escala, incluidos proyectos documentales y musicales distribuidos por plataformas internacionales, con contratos valuados en decenas de millones de dólares.
Un club muy reducido
Con este logro, Beyoncé se integra a un grupo extremadamente limitado de músicos que alcanzaron el estatus de multimillonarios. Forbes identifica entre ellos a Jay-Z, Rihanna, Taylor Swift y Bruce Springsteen, cada uno con trayectorias y modelos de negocio distintos, pero con un denominador común: el control sobre su obra y una visión empresarial de largo plazo.

En un análisis reciente, Forbes señaló que “el caso de Beyoncé confirma una tendencia clara en la industria: los artistas que dominan su propiedad intelectual y reducen intermediarios son los que logran convertir fama en riqueza estructural”.
Más allá de las cifras, el hito tiene un peso simbólico importante dentro del mundo del espectáculo. Beyoncé construyó su carrera durante más de dos décadas, atravesando cambios profundos en la industria musical, desde la era del CD hasta el dominio del streaming.
Su trayectoria muestra cómo el rol del artista evolucionó hacia un perfil híbrido, donde la creatividad convive con la gestión empresarial. Para Forbes, ese equilibrio explica por qué su fortuna no depende de un solo éxito, sino de un sistema diseñado para sostenerse en el tiempo.
En un mercado volátil y competitivo, Beyoncé alcanzó un punto que muy pocos logran: convertir el talento artístico en un imperio económico global, con impacto cultural y financiero a escala mundial.
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