¿Sabes quién fue la primera cuentista de El Salvador?
Hace 88 años, ella publicó un libro de ruptura, con cuentos dedicados a difíciles temas cotidianos de las mujeres salvadoreñas: violencia, pobreza, violaciones, abortos, etc. Nunca más ha sido reeditado.
Josefina Peñate y Hernández fue su alias literario. Su verdadero nombre fue Josefa Claudina Peñate Hernández. Nació en la ciudad de Santa Ana, el 27 de abril de 1901, en el hogar de Ángel Peñate y Josefa Claudina Hernández. Hasta la fecha, no se cuenta con información acerca de su formación académica, aunque es probable que la mayor parte fuera autodidacta, pero con orientación clásica, como lo demuestra el tipo de lenguaje empleado en sus textos literarios.
En 1928 publicó su primer libro, titulado Esbozos, del que ahora no existe ningún ejemplar disponible en bibliotecas reconocidas de El Salvador. Su segundo volumen, Caja de Pandora (San Salvador, Centro Editorial Salvadoreño-Imprenta La República, diciembre de 1930, 118 páginas), fue compuesto por trece cuentos dedicados a la descripción y cuestionamiento del complicado estatus social y familiar en el que se encontraban las mujeres salvadoreñas en los ámbitos urbanos de las primeras dos décadas del siglo XX.
En la tarde del 20 de septiembre de 1889, la sansalvadoreña Antonia Navarro Huezo se convirtió en la primera mujer graduada de una universidad en la región centroamericana.
Con una prosa ágil y fuerte, feminista y anticlerical, Peñate y Hernández fue la primera mujer salvadoreña entregada -casi por completo- al cultivo de la narrativa breve.
Fue contemporánea de la corriente costumbrista nacional trabajada por autores nacionales como Arturo Ambrogi, Salarrué y otros, pero su aporte de ruptura, feminista y urbanista, ha sido ignorado en los esfuerzos por construir o revisar el canon literario salvadoreño.
Redactora de artículos en varios periódicos y revistas de Santa Ana y San Salvador, el 25 de noviembre de 1931 fue admitida en la Sociedad de Periodistas Salvadoreños, con sede en la capital.