Caricaturistas salvadoreños que marcaron 1900 a 1940

A principios del siglo XX, la caricatura se consolidó en El Salvador como un arte ligado al periodismo y la crítica social. Su antecedente más destacado fue Toño Salazar (1897-1986), cuyas caricaturas se exhibieron en septiembre de 1919 en el Teatro Colón, con patrocinio del pintor alemán Max Vollmberg. El guatemalteco Carlos Mérida valoró sus obras como parte de una nueva escuela que no solo deformaba rostros, sino que expresaba estados del alma y del ambiente.

Antes de Salazar, otros salvadoreños habían incursionado en el humor gráfico: Juan Francisco Estanislao Cisneros Guerrero (1823-1878), Salvador J. Carazo (1850-1910) y Juan José Laínez Castillo (1868-1937). En los inicios del siglo XX, Alfredo Espino Nájera (1900-1928) también dejó huella con sus dibujos.

La caricatura en publicaciones y revistas

De 1909 a 1910, los hermanos José y Antonio Dutriz dirigieron la revista La Caricatura. La gráfica ya era parte del periodismo salvadoreño desde 1879, con periódicos como El Recreo del Dr. Rafael Reyes (1847-1908).

Te puede interesar: Coffeeshop American, donde el café se toma con poesía y el arte se vuelve conversación

En las décadas de 1910 a 1930, revistas capitalinas como Actualidades, Espiral, Excelsior y el Boletín de la Biblioteca Nacional publicaron obras de caricaturistas como Salarrué (1899-1975), Víctor B. Recinos, Carlos O. Recinos, José A. Cañas (con seudónimos J. C., Cañitas o K-ñitas), Max León y Fernando Rodríguez Amaya (1888-1954).

El país también acogió a artistas extranjeros como Alfredo Juárez Aranda (Guatemala), Luis Añez Colomer y Leo Matiz (Colombia) y Carlos González Mon (España).

En 1931, Óscar Ríos lanzó en San Salvador la revista Caricatura. Poco después, el martinato comenzó a vigilar más de cerca estas publicaciones, pues muchas incluían sátira política difundida ampliamente entre la población.

En 1936, El Diario de Hoy publicó una caricatura fotográfica de Francisco Gavidia realizada por Aníbal Jesús Salazar Serrano (1854-1957), uniendo fotografía y dibujo.

De ese grupo, Toño Salazar alcanzó la mayor proyección internacional, seguido por Tuno Alvarenga y Max León.

Tuno Alvarenga y Max León

José Saturnino Hernández Alvarenga, conocido como Tuno Alvarenga (1915-1982), estudió en la Academia de San Carlos en México y publicó en medios como Don Timorato y Jueves de Excélsior. En 1956 expuso en San Salvador y en 1964 editó 99 cartones de Tuno Alvarenga para La Prensa Gráfica. Falleció en 1982 en Naucalpan, México.

Ángel Maximiliano de León Arana, alias Max León (1907-1972), nació en Ahuachapán y expuso en el Teatro Nacional y en las Exposiciones Nacionales de Artes Plásticas de 1936 y 1937. Trabajó en Brasil en el Almanaque Bayer de 1939 y más tarde residió en Perú, donde murió en 1972.

Entre 1900 y 1940, los caricaturistas salvadoreños aportaron un registro artístico que combinó humor, crítica y modernidad. Figuras como Toño Salazar, Tuno Alvarenga y Max León colocaron al país en la escena regional, mientras otros nombres locales y extranjeros dieron forma a una tradición gráfica que merece ser revisitada por las nuevas generaciones.

Con reporte de El Diario de Hoy.