Annie Leibovitz deslumbra con "Wonderland", su universo visual más íntimo

La fotógrafa Annie Leibovitz ha presentado su exposición Wonderland en A Coruña, según reportó la agencia EFE, en un recorrido visual que condensa cinco décadas de cultura pop y moda. La muestra, impulsada por la Fundación Marta Ortega Pérez, reúne imágenes de figuras como Rihanna, Penélope Cruz, Pedro Almodóvar y Elon Musk, y transforma cada retrato en un documento cultural con sello personal.

La fotógrafa, nacida en Connecticut en 1949, afirma con convicción que esta exposición es mucho más que una colección de retratos célebres. “He estado en una posición en la que he podido fotografiar una época de mi vida”, expresó durante la inauguración. Así, Wonderland se configura como un archivo emocional y social de nuestro tiempo, donde la moda y la cultura popular se entrelazan para contar historias que trascienden generaciones.

Una mirada desde el retrato hacia la moda

Aunque dos salas completas están dedicadas a la moda y Hollywood, Leibovitz confiesa que no siempre le dio un lugar central a este universo. “Cuando comencé no me tomaba la moda muy en serio. Me interesaba la técnica más que la moda”, reconoció. No obstante, con el tiempo descubrió que no se puede fotografiar moda sin entenderla. Su obsesión por observar los quioscos y estudiar a otros fotógrafos fue parte de ese proceso de aprendizaje silencioso pero constante.

El giro definitivo vino de la mano de Anna Wintour, editora de Vogue, quien la impulsó a convertirse en una referente del retrato de moda. Fue así como Leibovitz empezó a utilizar la estética como lenguaje narrativo, llevando cada sesión fotográfica a una dimensión casi teatral.

La moda como escenario de historias

Para Leibovitz, la moda no es un fin en sí mismo, sino un medio para descubrir el alma de sus personajes. Cada prenda, cada pose, cada fondo sirve para construir una escena que revele algo auténtico. Así lo demuestra su emblemático retrato de Demi Moore, embarazada y desnuda en 1991 para Vanity Fair, imagen que se convirtió en un ícono cultural y fue replicada años después por artistas como Rihanna.

“Todo el mundo es interesante. Todo el mundo tiene algo”, declaró Leibovitz al hablar sobre su aproximación al retrato. Esa curiosidad la ha llevado a fotografiar desde escritores y activistas hasta estrellas de cine, miembros de la realeza o incluso su propio entorno familiar.

Una fotógrafa con sentido periodístico

A pesar de su asociación con la moda, Leibovitz mantiene un profundo respeto por el fotoperiodismo. “Es la fotografía más extraordinaria”, aseguró, destacando la valentía de quienes arriesgan su vida por capturar una imagen. En su obra, esa sensibilidad se refleja en lo que ella llama su “faceta periodística”, en la que introduce comentarios sociales sutiles pero poderosos, como en la imagen de Kim Kardashian con su hija, su exmarido y varios dispositivos móviles compitiendo por retratar el momento.

El fotomural que abre la exposición es un testimonio de sus inicios, cuando se unió a la gira de los Rolling Stones en 1975 siendo aún estudiante. “Sabía utilizar el color, pero no era cierto”, bromea sobre aquella época. Ese mural funciona como un espacio de aprendizaje para jóvenes fotógrafos y marca el inicio de un recorrido donde se mezclan evolución técnica, sensibilidad estética y un agudo ojo para los detalles culturales.

Escenarios mágicos y colaboraciones de moda

En Wonderland también se exploran sus colaboraciones con diseñadores como Karl Lagerfeld y Tom Ford. Estas surgieron a partir de historias que leía a sus hijas, como El Mago de Oz, y que luego convertía en series fotográficas llenas de fantasía. Así, la moda se convierte en hilo conductor de narrativas visuales cargadas de emoción e imaginación.

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Su meticulosidad queda plasmada en cada proyecto. “Cuando realicé un reportaje a distintos poetas para la revista Life, me leí la obra de todos ellos; me preguntaba si en la fotografía se podría representar”, relató. Esa búsqueda por comprender a fondo cada universo retratado convierte su trabajo en algo más que una captura visual: es una forma de traducción emocional.

Una vida dedicada a la permanencia

Lejos del efímero brillo del clic, Leibovitz valora la permanencia. “Por encima de todo, pienso en la atemporalidad de mis fotos. Me gusta que duren”, dijo. Esa intención se refleja en la curaduría de Wonderland, donde muchas imágenes se presentan por primera vez y otras se vuelven a mirar bajo una nueva luz.

El recorrido se complementa con videos de figuras cercanas a su vida profesional, como Bruce Springsteen, su agente Karen Mulligan y la directora creativa Grace Coddington, quienes la describen como una mujer determinada, detallista y apasionada.

Arte para todos los públicos

A sus 76 años, Leibovitz mantiene intacto su compromiso con acercar el arte al público. “Soy partidaria de llevar el arte a todos los lugares, ciudades grandes o pequeñas”, afirmó. Esta exposición, abierta hasta mayo de 2026, es testimonio de esa visión inclusiva y generosa.

Y aunque confiesa que no estaba segura de querer hacer esta muestra, fue una visita a una exposición de Irving Penn junto a Marta Ortega y Carlos Torretta la que le dio el impulso final. “Se me saltaron las lágrimas, y aquí estamos”, concluyó, con la serenidad de quien sabe que ha dejado huella en la historia visual de nuestro tiempo.