Durante la época navideña, los hábitos alimenticios cambian más de lo debido. Y es que las reuniones suceden alrededor de la mesa, con viandas a todo dar. No importa qué círculo sea, los compañeros de trabajo, la familia y los amigos siempre invitan al buen departir.
Y en ese descontrol de entradas, platos fuertes, bebidas alcohólicas, cenas demasiado tarde y postres irresistibles es casi inevitable que surjan problemas estomacales, y la acidez es uno de los principales.
“La acidez estomacal y la regurgitación son los dos síntomas distintivos de la enfermedad de reflujo gastroesofágico”, explicó el doctor Jeffrey Alexander, gastroenterólogo de Clínica Mayo.
La acidez estomacal es un dolor que se siente bajo el esternón, por lo general, después de comer o mientras se está acostado, y junto a él también llega un sabor agrio o amargo en la garganta y la boca. Esa incómoda sensación puede durar unos minutos o unas pocas horas, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU.
Este malestar puede surgir a raíz de una posible abertura que queda entre el esófago y el estómago cuando se ingieren los alimentos. Esa brecha debe cerrarse cada vez que la comida ha terminado su trayecto por el esófago, pero si eso no pasa, el ácido del estómago puede pasar a través de la abertura hacia el esófago. Eso se llama reflujo.
La otra posibilidad de acidez estomacal es una hernia hiatal, “una afección en la que una parte del estómago sube a través del diafragma (la pared muscular que se encuentra entre el estómago y el pecho) y dentro del tórax”, según la biblioteca antes mencionada.
Cualquiera que sea la razón, esa sensación de ardor en el estómago y pecho puede ser diferente para otros, como “solo sienten presión o como si tuviesen un elefante en el pecho”, según el médico Alexander.
La regurgitación es otro signo de esta afección, que es la sensación de que el líquido regresa desde el estómago al pecho y, a veces, a la boca.
El tratamiento empieza con ajustes básicos al estilo de vida. Y si es una situación generada por la época también puedes apoyarte en medicamentos de venta libre.
“Hay que evitar comer en exceso, que es el principal detonante, y no recostarse después de comer. También puedes tomar antiácidos, que funcionan bastante rápido”, aconsejó el especialista de Clínica Mayo.
La comida picante y otras cosas, como el chocolate y la menta, el embarazo y el estrés también causan problemas estomacales.
También puedes optar por una alternativa más duradera, como un bloqueador H2 (medicamentos). Si la acidez estomacal y el reflujo ácido son problemas frecuentes, quizás debas probar un inhibidor de la bomba de protones, el cual reduce la producción de ácido en el estómago por hasta 24 horas.
Cuando los tratamientos de venta libre no funcionen, lo ideal será que consultes a tu médico de cabecera o a un gastroenterólogo y, posiblemente, necesites un tratamiento de venta bajo prescripción y otros análisis, como una prueba de ph para verificar la presencia de ácido en el esófago, o una endoscopia para verificar otras afecciones y descartar otros padecimientos.
CONSEJOS
*Coloca bloques de seis a nueve pulgadas debajo de las patas de la cabecera de la cama para levantarla. Evitarás que el ácido suba con facilidad a tu esófago.
*Intenta comer por lo menos de dos a tres horas antes de acostarse. Si duermes la siesta, intenta dormir en una silla.
*No comas en exceso.
*Come alimentos altos en proteínas y bajos en grasa.
*Evita la ropa ajustada y los cinturones apretados.
*Evita los alimentos y otros productos que te provoquen acidez estomacal (pizza, chile y curry, fruta cítrica, productos con tomate, cebollas, chocolate y caramelos de menta).
*Reduce (o elimina completamente)el café (tanto regular como descafeinado) y otras bebidas que contienen cafeína.
*No consumas bebidas alcohólicas y cigarrillos.