Paola Carpio es una salvadoreña como mucho ADN de tenis y de emprendedora. Recién culminó la universidad y fue condecorada el premio “División II National Arthur Ashe Leadership and Sportsmanship Award” en el Empire State Building. Dicha distinción, como explicó a EDH Deportes en su edición del viernes, le fue entregada a Paola por su destacada participación en del deporte blanco, así como también por su desempeño académico en St. Andrews University, de donde se graduó recientemente de Economía y Emprendimiento, una doble carrera profesional.
Paola fue condecorada junto a otros once atletas por el presidente de la Asociación Intercolegial de Tenis de Estados Unidos de un total de 19mil jugadores y más de 2mil universidades que tienen programas de tenis. “Es hasta cuando escuchas estas cifras cuando de verdad dimensiones lo que has logrado. Cuánto valió la pena el esfuerzo que he realizado y cuánto he avanzado desde que empecé a jugar desde pequeña”, manifestó.
Paola terminó su carrera ya y por ahora trabaja en Austin Texas, donde vive. Ella comenta que se interesó por el tenis porque desde muy pequeña junto a sus primas inició en el polideportivo. Irónicamente al principio no le gustó, pero a medida cogió experiencia y disputó varios torneos empezó a sentir gusto por el exigente deporte y es así como logró ponerse como meta sobresalir. “Me encantan los deportes en equipos, pero el tenis me dio la sensación de poder luchar por algo más para representar al país. Requiere de mucho tiempo estando sola en la cancha, concentrada. Me encanta ese sentimiento de poder resolver sola muchos problemas en la cancha”, comentó emocionada.
Explica también que Rafael Nadal fue su máxima inspiración para darlo todo en el tenis, a quien vio jugar y por supuesto a Marcelo Arévalo. También las personas con las que jugó desde muy pequeña.
? | Mic’d up with Pao!
You good out there? ?@SEUWTennis x #ITALeadership pic.twitter.com/apF58UPjvy
— ITA (@ITA_Tennis) August 25, 2019
Pero pese a destacar y ser premiada Paola no buscó nunca dedicarse de forma profesional y de lleno al tenis ya que le encanta lo que estudió relacionado con negocios. Cumplió su sueño de jugar tenis en la universidad y ahora quiere hacer lo propio para lo que me esforzó estos últimos años en St. Andrews.
“Dedico a mis padres este premio y a mis hermanas; mis padres me dieron todo lo necesario para avanzar en el deporte. Continuaré dando clases de tenis particulares a niños pequeños que comienzan. Estaré también entrenando con mi ex equipo de tenis. Le pregunté a quien fuese mi coach para poder entrenar por diversión y me dijo que no había ningún problema. Me siento satisfecha”, cerró.