Amistades y familiares sepultaron ayer los restos de Anahy Rivas, una mujer transexual que fue asesinada la madrugada del sábado pasado y su cuerpo abandonado frente a una discoteca del bulevar Los Héroes, de San Salvador.
Una compañera de Anahy relató ayer durante el sepelio, que hombres en una camioneta llegaron donde la víctima que se encontraba (por el hospital Benjamín Bloom), la tomaron por la fuerza y la raptaron.
“Los hombres no alcanzaron a subirla del todo a los asientos cuando la camioneta comenzó a rodar por lo que sus piernas colgaban y así siguió un trayecto de casi cinco kilómetros”, relató la amiga.
En el recorrido, fue asfixiada con una media que la víctima siempre acostumbra portar para acomodarse el pelo. Cuando ya parecía muerta, sus raptores la lanzaron al pavimento, detalló una compañera.
“Ese es un crimen de odio que se puede reflejar por ser una persona de preferencias diferentes. Nosotros queremos justicia”, reclamó una dirigente del gremio de transexuales, a las autoridades y especialmente a la Policía Nacional Civil y a la Fiscalía General de la República.
Hechos, aunque no similares, como el de Anahy se han dado en meses anteriores, afirmaron las dolientes.
Anahy, quien se crió en San Marcos, tenía estudios completos de bachillerato y ejercía trabajo sexual desde que tenía 17 o 18 años.
“El llamado a las autoridades es hacer justicia porque como ciudadanos todos y todas tenemos los mismos derechos en el país y pedimos que la sociedad nos acepte y que nos apoye”, afirmó Zuleyca Huezo, una de las mujeres trans que ayer lamentaban la muerte de Anahy.
Se quejaron de que por su condición, aún cuando sean profesionales, les niegan puestos de trabajo, lo que las obliga a prostituirse.
“Detrás de estos hechos está el estigma y la discriminación de los que no nos aceptan tal como somos, fomentado por la cultura y la misma religión”, sostuvo Huezo.
Una pariente se quejó de que debido a que Anahy no tenía padre ni madre o parientes cercanos, tuvieron muchas dificultades para que les dieran el cuerpo en Medicina Legal.
Además dijeron que no hallaban dónde enterrarla, pues no reunían los requisitos como el hecho de no ser parientes de la muerta. Al final lograron un espacio en el cementerio capitalino La Bermeja.