La muerte de miles de moluscos en la bahía y los esteros de La Unión también afectó a las 40 familias de la isla Perico, de San Alejo, quienes sobreviven de la extracción de almejas, curiles, cascos de burros y mejillones.
Los hombres salen a las faenas de pesca, mientras que las mujeres y los hijos salen en marea seca a los esteros de la zona a sacar conchas para comercializarlas en los mercados de La Unión y San Alejo.
Los isleños aseguran que la mortandad de los moluscos llegó a terminar de afectar su situación económica porque no tienen dinero para comprar los alimentos de los niños y cuentan con ninguna asistencia de las instituciones.
“Todas las mujeres nos dedicamos a eso, a sacar los moluscos para venderlos, y otra parte para el consumo en la familia; en la semana hemos dejado de ganar algunos 30 dólares”, agregó Guadalupe Torres.
La semana pasada más de siete kilómetros de costa en los municipios de La Unión y Conchagua se percataron de la muerte de más de un millón de conchas, cascos de burro y mejillones, lo que les generó pérdidas por más de $25,000.
Fue la primera vez que ocurre una muerte masiva, aseguraron los residentes del cantón Huisquil, de Conchagua.
A raíz de la muerte de los moluscos en los esteros de la bahía en las jurisdicciones de La Unión, Conchagua y San Alejo, biólogos del Modelo Educativo Gradual de Aprendizaje Técnico y Tecnológico (Megatec), con el apoyo de la Fuerza Naval, hicieron un monitoreo de parámetros físicos y químicos que pueda tener el agua en el Golfo de Fonseca y la bahía de La Unión, a fin de determinar la muerte de los especímenes. Los análisis aún no han finalizado.