Muerte de moluscos agrava la pobreza en la isla Perico

Los pobladores, que viven de la pesca y la extracción de moluscos, tienen problemas para subsistir.

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Almejas, cascos de burro y otros moluscos muertos en la bahía de La Unión. Foto EDH / Insy Mendoza.

Por Insy Mendoza

2019-11-22 4:30:31

La muerte de miles de moluscos en la bahía y los esteros de La Unión también afectó a las 40 familias de la isla Perico, de San Alejo, quienes sobreviven de la extracción de almejas, curiles, cascos de burros y mejillones.

Los hombres salen a las faenas de pesca, mientras que las mujeres y los hijos salen en marea seca a los esteros de la zona a sacar conchas para comercializarlas en los mercados de La Unión y San Alejo.

Los isleños aseguran que la mortandad de los moluscos llegó a terminar de afectar su situación económica porque no tienen dinero para comprar los alimentos de los niños y cuentan con ninguna asistencia de las instituciones.

“Todas las mujeres nos dedicamos a eso, a sacar los moluscos para venderlos, y otra parte para el consumo en la familia; en la semana hemos dejado de ganar algunos 30 dólares”, agregó Guadalupe Torres.

La semana pasada más de siete kilómetros de costa en los municipios de La Unión y Conchagua se percataron de la muerte de más de un millón de conchas, cascos de burro y mejillones, lo que les generó pérdidas por más de $25,000.

Fue la primera vez que ocurre una muerte masiva, aseguraron los residentes del cantón Huisquil, de Conchagua.

A raíz de la muerte de los moluscos en los esteros de la bahía en las jurisdicciones de La Unión, Conchagua y San Alejo, biólogos del Modelo Educativo Gradual de Aprendizaje Técnico y Tecnológico (Megatec), con el apoyo de la Fuerza Naval, hicieron un monitoreo de parámetros físicos y químicos que pueda tener el agua en el Golfo de Fonseca y la bahía de La Unión, a fin de determinar la muerte de los especímenes. Los análisis aún no han finalizado.

Alrededor de 7 kilómetros de costa son afectadas por la muerte de los moluscos en las costas del departamento de La Unión. Foto EDH/ Insy Mendoza

Las condiciones de la isla

Marvin Martínez, pescador, dice que cuando la pesca está mala y no logran sacar producto, la alternativa que les quedaba era irse a los esteros o pedreros de la zona a sacar las almejas y cascos de burro, “y ahora ni eso podemos hacer porque todo eso está muerto, es una tristeza, en estos momentos es que se necesita la ayuda con víveres”, agregó.

En Perico, las personas son de extrema pobreza, la mayor parte de las viviendas son ranchos construidos con láminas, pocas son de concreto. La principal fuente de trabajo es la pesca artesanal y la extracción de conchas.

Los pobladores cuentan con servicio de energía a través de paneles solares domiciliares donados por la Agencia de Los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través de la Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y Desarrollo Económico (Funsalprodese).

Tampoco hay servicio de agua potable y para abastecerse lo hacen de unos pequeños pozos que están a orillas del mar y deben hacerlo durante marea seca, el agua no es apta para el consumo por la salinidad. Algunos hacen el esfuerzo para viajar hasta La Unión a comprar los cántaros con agua.