“Los medios públicos no deben responder a líneas de propaganda”: Mauricio Alarcón

Mauricio Alarcón trazó la diferencia entre medio público y un medio oficialista o propagandístico.

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Mauricio Alarcón Salvador, director ejecutivo de la Fundación Ciudadana y Desarrollo (Ecuador). Foto EDH / archivo

Por Milton Rodriguez

2020-12-10 5:00:55

“Son los impuestos de la ciudadanía los que financian la existencia mínima del medio de comunicación, por lo tanto no pueden, ni deben responder a una línea gubernamental ideológica, no pueden ni deben responder a un aparato de propaganda en manos del gobierno de turno, un medio publico tiene que estar al servicio de la gente”, advirtió Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadana y Desarrollo de Ecuador.

Esta advertencia la dio al participar en un conservatorio sobre los desafíos de la libertad de expresión.

Alarcón partió de lo mencionado por Pedro Vaca, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y expuso que “los medios públicos no son malos, lo malo es el contexto en el cual se crean estos medios públicos, en países democráticos, democracias avanzadas tienen medios públicos, pero fundamentados en una máxima, le pertenecen a todos y cada uno de los ciudadanos”.

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El experto ecuatoriano señaló que se debe temer de las verdaderas intenciones cuando la creación de los medios públicos va de la mano del desgrane de los medios privados a través de la cooptación de periodistas, la contratación de periodistas para que pasen a servir al poder, cuando la creación de medios públicos va de la mano de la pauta oficial como sistema de premios y castigos en los medios privados y cuando el medio publico entre a competir, no en el mercado de la información, sino en la presentación de “la verdad”.

Alarcón también comentó que un medio público sano tiene necesariamente que formar parte de un ecosistema de medios lo más plural y abierto posible, donde se garantice la existencia de los medios privados y el libre ejercicio del periodismo de los privados para competir sanamente con los públicos que existan. Si no, la línea hacia tener un aparato de propaganda financiado con los impuestos de todos es muy delgada, advirtió.

“La verdad no puede ser impuesta, ni corresponde a una verdad oficial canalizada a través de los medios públicos”, razonó quien por años luchó contra la censura que en Ecuador impuso Rafael Correa.