Alexander Antonio Rivera Leiva salió del culto la noche del jueves y junto a otros jóvenes comenzó a visitar algunas familias para recolectar el dinero que serviría para comprar flores y así adornar el templo.
Sin embargo, cuando estaba en las afueras de una vivienda del bulevar Belén del cantón Cuyagualo, Lourdes, en el municipio de Colón, La Libertad, fue acribillado a balazos.
Alexander Antonio, de 24 años resultó herido de gravedad y fue llevado a la clínica del Fosalud de Lourdes, donde murió.
El reporte policial detalla que el ataque ocurrió a eso de las 7:45 de la noche cuando unos hombres a bordo de un automóvil le dispararon a quemarropa.
Hasta ayer por la tarde, las autoridades desconocían el motivo del ataque que acabó con la vida del joven, aunque no descartan que pandilleros sean los responsables de perpetrar el crimen.
Una comunidad que llora la muerte del joven ejemplar
El asesinato de Alexander ha causado indignación a toda la comunidad en la que se desempeñaba el joven, quien era miembro de la Iglesia La Luz del Mundo. El día de su asesinato le tocó presidir el culto de jóvenes, según contaron sus conocidos.
La víctima era el encargado del grupo de jóvenes y estaba involucrado en todas las actividades de la iglesia. Además sirvió como misionero en Guatemala y otras ciudades de El Salvador.
“Estaba en todas las actividades que se hacen en la iglesia, ventas y esas cosas y era un joven ejemplar, trabajaba y lo demás de su tiempo lo dedicaba para ir a la obra”, comentó una persona que lo conoció.
Alexander se destacó en su comunidad por su carisma, empatía, facilidad para hacer amigos y porque le gustaba mucho el fútbol.
“En sus tiempos libres le encantaba jugar fútbol con su grupo de amigos y se notaba que lo disfrutaba demasiado. Aquí en Hermosa Provincia deja un gran vacío. Era conocido por todos y su buen testimonio”, mencionó uno de sus amigos.
En las redes sociales muchas personas han mostrado su repudio por el asesinato del Alexander y piden a las autoridades que investiguen el caso y encuentren a las personas que acabaron con la vida de un joven entregado a las cosas de Dios.